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Descubren que algunos pingüinos de la Antártida son más felices con menos hielo marino

Los pingüinos Adelia en la Antártida Occidental prefieren condiciones reducidas de hielo marino, por lo que este icónico depredador polar podría ser un raro ganador del calentamiento global a medida que los modelos climáticos proyectan una rápida reducción de la superficie helada del continente antártico.

Es la conclusión de un estudio liderado por Yuuki Watanabe, del Instituto Nacional de Investigación Polar (Japón), y publicado en la revista ‘Science Advances’.

La Antártida ha experimentado en las últimas décadas un aumento constante en la extensión de su hielo marino, incluso cuando su ‘gemelo’ polar, el Ártico, ha experimentado una apreciable disminución.

Pero esta situación no se espera que dure mucho más tiempo a medida que cambia el clima, ya que la Antártida también proyectará una reducción de su hielo marino, con consecuencias como cambios en el hábitat para los organismos que viven allí. Sin embargo, esas consecuencias no siempre son negativas.

Los biólogos polares han sabido durante algún tiempo que las poblaciones de pingüinos Adelia, la especie de pingüino más común en la Antártida, tienden a aumentar en años de escaso hielo marino y sufren masivos fracasos reproductivos en épocas de mayor crecimiento de hielo marino. Los investigadores realmente no sabían a qué achacar esa circunstancia hasta ahora.

175 pingüinos

La incógnita se ha despejado con la nueva investigación. Investigadores del Instituto Nacional de Investigación Polar de Japón analizaron 175 pingüinos de la bahía de Lützow-Holm durante cuatro temporadas de cría (2010-2011, 2011-2012, 2012-2013 y 2016-2017), a los que etiquetaron electrónicamente con dispositivos GPS, acelerómetros y cámaras de vídeo con diferentes condiciones de hielo marino.

Ello les permitió rastrear a esos animales, clasificar su comportamiento al caminar, nadar y descansar, y calcular la cantidad de presas capturadas durante las inmersiones. La temporada 2016-2017 tuvo inusualmente menos hielo marino, con lo que los científicos pudieron observar a los pingüinos alimentándose en esas condiciones excepcionales.

Descubrieron que los pingüinos pudieron gastar entre un 15% y un 33% menos de energía por viaje en comparación con los momentos de mayor hielo marino, lo que redundó positivamente en su crecimiento corporal y en la reproducción.

«Resulta que estos pingüinos son más felices con menos hielo marino», sentencia Watanabe, quien añade: «Esto puede parecer contrario a la intuición, pero el mecanismo subyacente es bastante simple».

Watanabe explica que esos animales pueden viajar más nadando que caminando en condiciones sin hielo. «Para los pingüinos, la natación es cuatro veces más rápida que caminar. Pueden ser elegantes en el agua, pero son muy lentos en tierra», agrega.

No en las islas

En temporadas con hielo marino pesado, los pingüinos tienen que realizar un largo camino para encontrar grietas en el hielo y acceder a las aguas donde cazan, tomando a veces descansos bastante largos en el camino.

Cuando hay menos hielo marino, pueden zambullirse en cualquier lugar que deseen. Esto es más eficiente en términos de energía y tiempo y amplía su rango de alimentación.

Lo más importante es que esto probablemente reduce la competencia con otros pingüinos por la comida y les permite atrapar más krill, la presa principal del pingüino.

Menos hielo marino también significa que entra más luz solar en el agua, lo que lleva a floraciones más grandes del plancton del que se alimenta el kril.

Sin embargo, todo esto sólo sucede para los pingüinos que viven en la parte continental de la Antártida. Lo contrario ocurre con los que están en la delgada Península Antártica que sobresale del continente o que habitan en sus islas.

Fuente: diariosigloxxi.com