Descubren cómo las serpientes de cascabel recolectan agua en condiciones extremas
Un grupo de investigadores descubren cómo las serpientes de cascabel de las praderas (Crotalus viridis) han desarrollado comportamientos únicos para recolectar agua en ambientes áridos
Los organismos que viven en ambientes secos tienen grandes dificultades para conseguir agua debido a las lluvias poco frecuentes e impredecibles. Los patrones climáticos cada vez más volátiles podrían exacerbar dichos desafíos, y la hidrorregulación se volverá más urgente. Comprender las formas en que los organismos obtienen agua frente a estas condiciones extremas es de interés básico, escribe un grupo de investigadores en un nuevo artículo publicado en Current Zoology. Allí, revelan que las serpientes de cascabel de las praderas (Crotalus viridis) han desarrollado comportamientos para recolectar la poca agua disponible y así, mantenerse vivas.
Varios animales que viven en ambientes secos han desarrollado formas sorprendentes de conseguir agua. Se sabe que unas 40 especies, como escarabajos, tortugas y reptiles (como serpientes y lagartijas), recolectan o transportan agua usando partes de su cuerpo y comportamientos especiales.
Por ejemplo, el escarabajo del desierto de Namib (Stenocara) tiene estructuras especiales en su exoesqueleto que le permiten capturar y condensar el agua de la niebla. La ganga macho (Pterocles namaqua) posee una estructura de plumas única que absorbe el agua de los charcos del desierto para transportarla a los polluelos a más de 20 km de distancia.
Algunas serpientes tienen una forma especial de recolectar agua de lluvia que se acumula en su piel. Por ejemplo, las escamas de las serpientes de cascabel tienen una estructura que les ayuda a capturar gotas de agua, algo que no tienen otras especies que no beben agua de la lluvia. Aunque estas serpientes tienen una piel que facilita la recolección de agua, se sabe poco sobre cómo lo hacen exactamente.
Los investigadores creen que las serpientes podrían beber agua preferentemente de su propio cuerpo para no moverse mucho o para evitar ser vistas. También piensan que el tiempo que pasan bebiendo varía dependiendo de la superficie. Como la piel de la serpiente de cascabel retiene el agua por más tiempo, es probable que beban más tiempo de su propia piel.
Para tener más detalles de este comportamiento, los investigadores crearon el primer etograma ilustrado para describir el comportamiento de la serpiente de manera cuantitativa y cualitativa. Un etograma es un registro detallado de los comportamientos de un animal, clasificados en diferentes categorías para entender cómo interactúa con su entorno. Usaron videos de los animales en su entorno natural para identificar movimientos específicos que ayudaron a definir las etapas del etograma. Además, señalaron varias características del comportamiento que no se habían descrito bien antes y que podrían ser interesantes para futuros estudios.
¿Cómo lo hacen?
El estudio presenta por primera vez un etograma detallado de este comportamiento en un vertebrado, es decir, un conjunto sistemático de fases que incluyen movimientos específicos como “elevación de la cabeza”, “beber”, “aplanamiento dorsoventral” y “chasquido de la lengua”. El etograma también ayuda a organizar las distintas etapas del comportamiento de recolección de lluvia en función de la actividad que realizan las serpientes, como la manera en que posicionan su cuerpo para maximizar la cantidad de agua que recogen.
En términos de comportamiento, las serpientes pasaron por diferentes fases rápidamente, especialmente las primeras (por ejemplo, “Iniciación” y “Exploración”), mientras que la fase de “Beber” fue la más prolongada. En algunos casos, las serpientes pasaron directamente de la fase de “Exploración” a “Beber”, saltándose otras fases. Los experimentos también revelaron comportamientos inesperados, como el “beber con la cabeza suspendida” o “beber de serpientes vecinas”, que no se habían documentado previamente.
Los autores discuten cómo las serpientes pueden interactuar socialmente, bebiendo agua de otras serpientes o de superficies como rocas y hojas. Esto sugiere, dicen, que las serpientes tienen una sociabilidad que podría ser útil para su supervivencia y que, en algunos casos, las agregaciones de serpientes pueden facilitar la recolección de agua, especialmente para las hembras preñadas que tienen mayores necesidades fisiológicas.
Los investigadores también resaltan la importancia del “aplanamiento dorsoventral”, un comportamiento observado cuando las serpientes se posicionan de manera especial para recolectar agua de lluvia. Este comportamiento, aunque conocido en otras situaciones (como defensas o ventilación), tiene un propósito nuevo relacionado con la recolección de agua en este contexto. En el estudio, se observó que un 34% de las serpientes que bebieron adoptaron esta postura. A través de este aplanamiento, las serpientes aumentan la superficie de su cuerpo, lo que les ayuda a captar más agua de lluvia, como se había sugerido antes.
Además, las observaciones sugieren que las serpientes pueden evitar ciertas fases del comportamiento cuando las condiciones no lo requieren, por ejemplo, en días no lluviosos. Una de las observaciones más fascinantes fue el comportamiento de las serpientes al beber con la “cabeza suspendida”, lo cual les permite permanecer ocultas de los depredadores, lo que es crucial para las especies que habitan ecosistemas áridos. Este comportamiento, en combinación con la habilidad de formar canales en sus cuerpos para acumular agua, muestra cómo las serpientes tienen una adaptación compleja y eficiente para recolectar agua en su entorno.
Fuente: msn.com