El depredador más peligroso de Australia no es el tiburón o la serpiente, sino el gato
Australia es un país verdaderamente fascinante. Situado justamente al otro lado del planeta, no es de extrañar que podamos encontrar costumbres, flora y fauna completamente diferente a los que estamos acostumbrados.
Los amantes de los animales lo tienen claro, Australia es el país a visitar: barreras de coral, dingos, numbats, cuoles, demonios de Tasmania, canguros, walabies, wombats, ornitorrincos… Y cómo no, los adorables koalas.
Los diferentes ecosistemas australianos están repletos de animales salvajes y extraños que podrían asesinarte antes de que te dieras cuenta: serpientes, cocodrilos, tiburones, orcas… De hecho, Australia tiene más serpientes venenosas que cualquier otro país del planeta, como ellos mismos detallan en la web oficial de turismo, Australia.
Sin embargo, hay un animal totalmente inesperado que se ha erigido como el asesino en serie más sanguinario y que más está afectando las cadenas tróficas del país. Para los pájaros de todo el mundo, se trata de un viejo conocido: el gato.
De acuerdo con un nuevo estudio publicado en la web divulgativa Phys, los gatos asesinan la friolera de un millón de pájaros al día.
«Uy, pero pájaros surcando el cielo hay muchos», dirás inocente de ti. Y no podrías estar más equivocado, ya que los científicos consideran que este voraz apetito felino se está convirtiendo en un serio problema.
¿Podría el gato alterar el equilibrio natural australiano?
La revista Science Direct, donde también se ha publicado la investigación, sugiere que los gatos salvajes liquidan 316 millones de pájaros anualmente, mientras que los gatos domésticos hacen lo propio con 61 millones de aves.
Las cifras son sencillamente abrumadoras, tanto es así que la diversidad de ese reino animal podría correr peligro en Australia.
John Woinarski, de la Universidad Charles Darwin, dirige esta investigación y explica para BGR la gravedad de las consecuencias:
Todo el mundo sabe que los gatos matan pájaros, pero en este estudio se ve que a escala nacional, el nivel de predación es alarmante. Están conduciendo a muchísimas especies al declive.
A este ritmo, en poco tiempo incluso podríamos hablar de la extinción de algunas de ellas, con la consecuente alteración de la cadena trófica del ecosistema del país oceánico.
No se ha tratado de un estudio fácil por las características de los sujetos a estudiar, pero a través de 93 tomas de puntos en distintas partes del país, los científicos han mapeado el impacto de la predación gatuna en las especies de aves nativas de Australia.
El estudio ha revelado que existen hasta 338 especies diferentes de aves cuya población se ve seriamente diezmada a causa de la predación de los gatos por todo el país. De todas ellas, más de 70 son consideradas como amenazadas al estar prácticamente en peligro de extinción. Por supuesto, con el ataque de los gatos, muchas de ellas podrían desaparecer de forma inminente.
Como ves, se sigue cumpliendo el estudio que relaciona el tamaño de una especie con la probabilidad de su extinción, aunque por causas muy distintas.
Sorprendentemente, los gatos no son un problema nuevo en Australia como recientemente lo fueron los conejos, para los cuales el país oceánico tuvo que liberar un virus letal de manera que pudiera controlar su población, como explica El País.
Y es que los felinos son viejos conocidos para los científicos australianos, que han desarrollado varios estudios para cuantificar su daño en la cadena alimentaria y la población de otras especies.
Pero como ves, cada vez va a peor. Tanto es así que ya se está construyendo una zona «libre de gatos», que cubre aproximadamente 170.000 acres de desierto (como dato, un acre son aproximadamente 4.000 metros cuadrados, o en medidas más mundanas, medio campo de fútbol) de modo que algunas especies nativas tengan alguna posibilidad de sobrevivir.
Además de esta «free cat zone», probablemente pronto las autoridades australianas tengan que tomar medidas aun más serias con la población de los gatos, ya sea a través de esterilización o regulándola.
Fuente: Phys