Construyen un prototipo para que los cuervos recojan colillas a cambio de comida

La inteligencia artificial es la gran tendencia tecnológica en la que nos encontramos. Cualquier proceso laborioso que sea automatizable acabará siendo gestionado por un programa informático o por algún tipo máquina. Es cuestión de tiempo.

Mientras tanto, una pequeña compañía en Ámsterdam está replanteando soluciones utilizando “inteligencia animal”. En concreto la de los cuervos. Su primer concepto se trata de llenar las ciudades de pequeñas casas para que estos pájaros limpien las ciudades de colillas por nosotros.

Un problema que no debería existir, pero tristemente es la realidad, son las aceras y parques llenas de colillas, a pesar de una reducción del tabaquismo en la mayoría de países avanzados. La idea de CrowdedCities, como se llama esta startup, pasa por recompensar a los cuervos que habitan las grandes urbes cuando recojan nuestros restos. Por cada colilla que depositen serán recompensados con una pequeña cantidad de pienso.

Los córvidos son una familia de pájaros muy inteligente que se ha adaptado a vivir en el ecosistema de las ciudades humanas gracias a su relativamente gran capacidad de análisis de la situación. Especialmente comunes en el norte y este de Europa y de Asia, así como en Norteamérica, son conocidos por aprovechar el trasiego de humanos para su propio bien. Desde CrowdedCities piensan que sería una forma barata y cómoda de solucionar el problema de las colillas, con los cuervos ubicando y recogiendo las que encuentren para obtener su premio.

Un comportamiento que quizá sea mucho para otros pájaros comunes en las ciudades como los gorriones o las palomas, pero que está dentro de lo común por parte de los cuervos. En algunas ciudades, se les ha visto aprender a depositar frutos secos en los pasos de cebra para que los coches rompan la cáscara y poder recoger su interior durante el tiempo que el semáforo corte la circulación.

Un estudio reciente comparaba la inteligencia del cuervo con la de un niño humano de tres años o la de un chimpancé a nivel de control inhibitorio, que les proporciona unos pasos lógicos de reacción muy superiores a los de otros animales.

La compañía está creando sus primeros prototipos y piensan distribuirlos en los Países Bajos en un futuro próximo para evaluar su funcionamiento inicial, y el impacto que podría tener en la población de cuervos del entorno. Los elementos tóxicos de las colillas podrían afectar a su salud o incluso hacerles dependientes de este tipo de actos en vez de sus tradicionales alimentos, causando un desbalance en los ciclos del ecosistema con sus presas como gusanos y pequeños reptiles.

Fuente: lavanguardia.com