Cientos de abejas momificadas en sus capullos aparecen en Portugal

Los capullos de abeja de antena larga datan de hace 3,000 años; se encuentran en perfecto estado de conservación

Cientos de abejas fueron encontradas fosilizadas dentro de capullos en Portugal, como si se tratara de momias en sarcófagos. Científicos descubrieron un yacimiento paleontológico en la costa de Odemira con los restos de insectos que vivieron hace 3,000 mil años en un estado de conservación extremadamente raro.

Cuando una abeja muere su cuerpo se descompone y pulveriza en pocos días debido a su composición a base de capas de proteína de quitina. Al igual que sucede con otros cuerpos, el de las productoras de miel pasa por etapas como la deshidratación, la descomposición bacteriana y el consumo por otros organismos, donde los elementos blandos pasan a ser parte de la cadena alimentaria.

Los capullos descubiertos contenían a ejemplares de Eucera longicornis, o mejor conocidas como abejas de antenas largas. Los insectos estaban a punto de emerger de sus contenedores. El hallazgo tiene intrigados a los paleontólogos. No cuentan con una respuesta para explicar por qué cientos de abejas murieron repentinamente para preservarse por tres milenios. La mejor hipótesis que tienen es que pudo deberse a un descenso drástico de temperatura nocturna durante el inverno o una inundación prolongada en la zona. El resto de la colonia que se desintegró murió por asfixia o frío.

“En Carreira Brava, uno de los sitios estudiados, se encontraron abejas listas para abandonar sus celdas en un estado excepcional de conservación dentro de las cámaras de cría selladas. Las cámaras también conservan la membrana polimerizada hidrófoba de la célula interna y restos de la provisión de polen monoespecífico. Las condiciones anaeróbicas y la posterior litificación diagenética de carbonatos son las causas probables de la preservación de las abejas y de la membrana orgánica interna de las células”, señala el documento publicado en Papers in Paleontology.

Cuando analizaron los capullos, los investigadores identificaron sin dificultades el sexo de las abejas y el aporte de polen monofloral con lo que se nutrieron mientras emergían. Con ayuda de tomografías, los paleontólogos obtuvieron imágenes tridimensionales de los insectos sin alterar el sellado hermético de su contenedor natural.

El yacimiento de sarcófagos de abeja es parte de un proyecto de investigación de Portugal. Además del de la Costa de Odemira, los investigadores descubrieron otros 3 sitios con alta densidad de fósiles de capullos. La Eucera longicornis es una de las 700 especies del insecto que existen en la actualidad en la Portugal. En el mundo, se calcula que hay alrededor de 20,000 especies de ellas y no todas forman colmenas y producen miel.

Las abejas desempeñan un papel vital en los ecosistemas al ser polinizadoras clave, contribuir a la biodiversidad, promover la producción de alimentos y mantener el equilibrio natural. Por ello, los científicos no paran de estudiarlas y fomentar su preservación. Hace poco, por ejemplo, se encontró que las abejas necesitan de “maestras de baile” para aprender la forma correcta de moverse y comunicarse con el resto de su sociedad. También se estudia cómo su incorporación a las ciudades podría disminuir las temperaturas generadas por el calentamiento global.

Fuente: es.wired.com