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Buscan descifrar en Galápagos los misterios del pez más grande del mundo el tiburón ballena

Científicos ecuatorianos, españoles, estadounidenses e ingleses desarrollan en el archipiélago de Galápagos una investigación para descifrar los misterios del pez más grande del mundo: el tiburón ballena.

De 55 pies de largo y 16 de ancho (incluidas las aletas pectorales), de entre cinco y seis toneladas de peso, los tiburones ballenas son de color grisáceo con puntos blancos, marcas que los científicos consideran huellas de identificación de los animales.

En un viaje de diez días a mediados de este mes, un grupo de investigadores recolectó información en la isla Darwin, al norte del archipiélago ecuatoriano, a fin de descubrir los patrones de comportamiento y movimientos del tiburón ballena, con lo que pretenden obtener datos para los programas de conservación.

A varios pies de profundidad, los científicos colocaron a nueve escualos dispositivos de rastreo que registra el movimiento horizontal y vertical del animal, que está en peligro de extinción.

Incluida la antena, el dispositivo mide unas 10 pulgadas y no representa una molestia para el tiburón ballena, al tratarse de una especie de pinza que se coloca en la parte dorsal, en una operación que no resulta agresiva para el gigante marino.

Cinco de los nueve tiburones ballenas portan desde este mes dos dispositivos, que tienen capacidad de registro hasta 6,500 pies de profundidad y que se caerán solos con paso de los meses.

Los restantes cuatro, tienen un dispositivo, de las mismas características físicas, pero que detectan movimientos hasta 16,000 pies de profundidad, explicó a Efe el biólogo Harry Reyes, uno de los participantes en la investigación.

“Tenemos registros de que navegan a 6,325 pies de profundidad, pero no sabemos más allá”, dijo al expresar su esperanza de que con los nuevos dispositivos se descubran otros patrones de buceo.

Reyes especula que los tiburones ballena llegan entre junio y diciembre a la isla Darwin por su alta biodiversidad.

“Puede ser un lugar de descanso, de encuentro social de tiburones para migrar a otro lado. No les hemos visto alimentándose ahí”, pero posiblemente lo hagan en las afueras de Darwin, comentó el biólogo.

La información de los dispositivos podría estar disponible en un año, pero todo depende de la salida del escualo a la superficie.

“Pueden estar buceando por tres meses y después salen a la superficie y ahí emiten la información porque ahí sale la antena”, explicó Reyes, quien espera que con los dispositivos colocados este mes se cubran “los vacíos de información” que hay.

Estos animales “no necesitan salir a la superficie”, y si lo hacen, “lo único que sale es la aleta dorsal o la de atrás”, indicó el también responsable del proceso de Conservación y Uso de Ecosistemas Marinos del Parque Nacional Galápagos (PNG).

En este viaje, también se dio prioridad a la foto-identificación de cada uno de los individuos marcados y visualizados, considerando que las manchas de la piel desde la cuarta agalla hasta la aleta dorsal son únicas para cada tiburón ballena.

Las gráficas tomadas se suben a la plataforma de análisis virtual “Wildbook for Whale Sharks”, la cual analiza los patrones y reporta si el animal ha sido avistado por buzos en otras partes del mundo o si es asiduo visitante del archipiélago ecuatoriano, catalogado en 1978 como Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco.

Esta información sirve como parte del estudio global de movimientos de tiburones ballena y es fundamental para la elaboración de normativas a favor de su conservación, según Reyes que indicó que en esta expedición en particular se reportaron 33 individuos diferentes.

Con una inversión superior a los $50,000, en la investigación trabajan en forma conjunta miembros del Proyecto Tiburón Ballena de Galápagos, la Dirección del PNG, el Galápagos Science Center, la Fundación de Mega Fauna Marina y el Acuario de Georgia en Estados Unidos.

El archipiélago de Galápagos, situado a unas 620 millas de las costas continentales de Ecuador, es considerado un laboratorio natural que permitió al científico inglés Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.

Fuente: elnuevodia.com