Algunos pájaros invaden ciudades evitando riesgos

Un estudio basado en el zanate mexicano, que prolifera en entornos urbanos de Norteamérica, sugiere que los animales pueden prosperar en entornos dominados por humanos si son expertos jueces de riesgo.

La investigación, publicada en eLife, muestra que el sexo que lidera esta conducta (los machos dispersos) evita el riesgo, que es una característica que se adapta bien a entornos caóticos como las ciudades. Estos hallazgos proporcionan una visión única de cómo y por qué los animales y los humanos pueden coexistir.

Para los zanates de mexicanos, vivir junto a los humanos es un “negocio arriesgado”, porque para ellos las ciudades son caóticas: pueden tener más sitios donde conseguir comida, pero también están llenas de personas impredecibles y sus mascotas. Para ayudar a gestionar esta incertidumbre, los zanates podrían utilizar una estrategia específica al intentar encontrar comida.

La investigación se basa en nuevos análisis del comportamiento alimentario de los zanates. En tres poblaciones diferentes, los investigadores examinaron primero la rapidez con la que los zanates aprendían que la comida estaba escondida en un lugar particular y no en otro. Luego, cuando se intercambió la ubicación de la comida, los investigadores examinaron la rapidez con la que los zanates reaprendieron dónde encontrarla.

“Nuestro hallazgo conductual clave es que, en las tres poblaciones, los zanates machos fueron más rápidos que las hembras a la hora de reaprender la ubicación de una golosina fuera de la vista. Este resultado sólido significa que los zanates machos son recolectores más eficientes en ambientes inciertos”, dijo en un comunicado el coautor Alexis Breen, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig.

En condiciones de incertidumbre, ¿cómo es que los machos “aprenden más” que las hembras? “A diferencia de las hembras, los machos exhiben un pronunciado aprendizaje sensible al riesgo. Es decir, los machos prestan mucha atención a si encontraron comida recientemente y, de ser así, se limitan a comer de ese lugar, en lugar de apostar por explorar otro lugar”, explicó Deffner. Los investigadores dijeron que pudieron inferir esta estrategia a partir del comportamiento alimentario de los zanates mediante modelos cognitivos.

“Estas diferencias de sexo en el aprendizaje de los zanates tienen sentido biológico”, dijo Breen. “En esta especie, los machos son los que se dispersan y se mueven hacia nuevos territorios; en otras palabras, lideran la invasión urbana de su especie. Así, como líderes de la infestación urbana, los zanates machos deben proceder con cautela: los nuevos vecindarios plantearán nuevos desafíos”.

Los autores dijeron que pensaban que las hembras que llegaban más tarde podrían superar estos mismos desafíos aprendiendo de los machos ya establecidos.

Fuente: europapress.es