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Alaska impulsa la caza de osos y lobos abatiéndolos desde helicópteros

Con esta práctica, calificada como «bárbara» por asociaciones ecologistas, este estado pretende aumentar las poblaciones locales de renos. Un centenar de osos, incluidas 20 crías, fueron aniquilados en el 2023 por este procedimiento

Alaska ha decidido dar un nuevo impulso a la caza de osos y lobos desde helicópteros en su territorio, una práctica condenada como «bárbara» por asociaciones ecologistas, que fue reintroducida en el primer mandato de Donald Trump y se mantuvo incluso bajo la presidencia de Joe Biden pese a las críticas.

El estado norteamericano ha justificado la práctica para permitir el aumento de las poblaciones locales de renos y ha designado un área de 8.000 hectáreas con el objetivo abatir a los depredadores a tiros desde helicópteros. Un centenar de osos, incluidas veinte crías, fueron aniquilados en el 2023 por este procedimiento.

El programa para este año concede licencia a los cazadores aéreos para acabar en la zona delimitada con el 80% de los osos negros norteamericanos (hasta reducir su población a 700) y el 80% de los lobos (hasta limitar su número a 37). La meta es acabar también con el 60% de los osos pardos (y dejarlos en 375).

«La práctica de abatir indiscriminadamente a los depredadores en Alaska es inhumana y absurda», declaró a The Guardian Rick Steiner, ex profesor de la Universidad de Fairbanks, que abandera ahora el grupo ecologista Public Employess for Environmental Responsibility (PEER).

«No hay prueba científica de que esta carnicería sirva precisamente para potenciar las poblaciones de renos y alces», advierte Steiner. «Es más, cada vez hay más evidencias de que sirve para alterar el equilibrio entre depredadores y presas en territorios silvestres». Según Steiner, la medida obedece en realidad a la presión de los cazadores, deseosos de ver cómo aumentan las poblaciones de renos para poder exhibirlos como «animales de trofeo».

Más de 70 académicos y biólogos unieron fuerzas en el grupo PEER durante el primer mandato de Trump, que decidió levantar la prohibición vigente desde la Administración Obama sobre prácticas como las cacerías desde helicópteros o las matanzas de crías en las madrigueras. La Administración Biden decidió mantener veladamente las prácticas, reactivadas ahora con la reelección de Trump y en un estado tradicionalmente republicano.

Los grupos ecologistas destacan cómo el nuevo impulso a las polémica práctica se produce apenas cuatro meses después de que un informe estatal reconociera que «no existen datos» para evaluar si las cacerías aéreas y el abatimiento de crías de lobos y osos han tenido un impacto en la población de renos. El informe destacaba como las enfermedades, la malnutrición y la severidad de los inviernos son los mayores causantes del declive de las poblaciones de renos.

Fuente: elmundo.es