Salir a cazar asteroides: Una visión utilitarista de la ciencia
César Fuentes
Doctor en Astrofísica de la Universidad de Harvard, Estados Unidos. Actualmente es profesor asistente del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines, CATA.
Hace poco volví a ver la película “Karate Kid”, con Pat Morita y Daniel Russo. Al ver aquella mítica escena en que el señor Miyagi caza moscas con un par de palillos de madera pienso en esas actividades que pueden parecer inútiles pero que esconden algo esencial. Siempre hay cosas urgentes de las que preocuparse. Basta ver las noticias para entender que el número de desafíos y problemas en la superficie de la Tierra requieren de más atención, mejor distribución y eficiencia en el uso de recursos, y mucho… mucho trabajo. En dicho contexto, las noticias de exploración espacial, el boom de proyectos para volver a la Luna, ir a Marte, o explotar comercialmente asteroides cercanos a la Tierra parecen un ejercicio de gente que se dedica a “cazar moscas”.
Hace poco regresó la tercera misión espacial trayendo material minado de asteroides a la Tierra. A Osiris-REX le tomó poco más de 7 años desde su lanzamiento en traer poco más de 60 gramos de material superficial del asteroide Bennu. Con un costo de casi 800 millones de dólares, esta debe ser la operación minera menos eficiente de la historia. Sin embargo, ese tercio de taza de material es más que la suma de sus moléculas. Su denominación de origen es un asteroide del tipo más común, llamado C por ser rico en carbono, y tan oscuro como el carbón. Al medir su composición estamos leyendo las piezas de las cuales surgió nuestro planeta, y la búsqueda activa de compuestos orgánicos indica la motivación que guía este tipo de misiones, saber cómo se fue armando el puzzle que dio origen a la vida en la Tierra.
Pero el cinturón de asteroides esconde muchos otros secretos. El interior de la Tierra es en gran parte metálico. Esos minerales pesados formaron rápidamente las semillas o núcleos que arrastraron a parte del disco a colapsar para formar planetas. De hecho las características magnéticas derivadas de nuestro núcleo hacen que la Tierra proteja la información genética en su superficie de los efectos nocivos de la radiación solar. Los asteroides más metálicos, representantes de aquellos que formaron el núcleo terrestre, se denominan de tipo M. Con 220 km de diámetro 16 Psique es el más grande de esa clase. Fue descubierto en Italia en 1852 y concentra el 1% de la masa total del cinturón de asteroides, lo que da cuenta de su enorme densidad, casi cuatro veces mayor que la del agua.
Psique es el nombre de la misión que visitará a su tocaya. Desde que se diseñó la misión hasta su lanzamiento,este 13 de octubre, pasaron menos de 10 años. Psique va en ruta a estudiar en detalle ese pedazo de núcleo para develar cómo eran los ingredientes de nuestra historia en el Sistema Solar. Durante 5 años viajará con una asistencia gravitacional del planeta Marte para finalmente llegar a destino en Agosto de 2029 y observar por más de dos años su objetivo. Los instrumentos pretenden dilucidar si el asteroide se formó así de metálico o alguna colisión pasada desnudó un interior más pesado. La presencia de actividad volcánica, magnetismo, tipos de aleaciones presentes en su superficie, o qué tan diferentes son sus cráteres respecto a aquellos de objetos menos densos, serán respondidas gracias a los datos que serán transmitidos de vuelta a las estaciones la Deep Space Network (DSN). Esta red de antenas está cada vez más saturada ya que debe servir a un número creciente de misiones. Por lo mismo, Psique probará también una novedosa plataforma de comunicación a través de láseres ópticos (DSOC por sus siglas en inglés). Esta tecnología eventualmente revolucionará las comunicaciones en el espacio y en la Tierra.
Da para pensar en el concepto de salir a cazar moscas, o asteroides como en este caso. Podemos pensar que el objetivo de las tareas del señor Miyagi era sólo hacer que Daniel-San entrenara. Esto es como pensar en Psique como actividades de exploración minera, que eventualmente su costo (que ya supera el de Osiris Rex) se pagará varias veces en el futuro. Esta visión utilitarista de la ciencia tiene buenos argumentos a su favor. Sin considerar los efectos sobre los precios se ha calculado la venta del hierro, oro y níquel presentes en 16 Psique a valor actual, que repartida equitativamente transformaría a cada humano en multimillonario.
El objetivo de Miyagi es más sutil y potente. El ejercicio de cazar moscas o pintar cercas desarrolla habilidades especiales, que con la repetición hacen que el protagonista sea mejor. Y es a ese ser mejor al que apunta Psique, a obtener mejores datos y a desarrollar capacidades superiores. Ojalá la inversión pública y privada que hace la sociedad, y la personal que hacemos cada uno estuviera más enfocada en ejercitar esa idea de invertir en mejorarnos a nosotros mismos, nuestra sociedad, nuestros procesos y nuestras metas. El desarrollo no se puede medir sólo en retornos económicos, el más importante se mide en la capacidad de cada uno de los ciudadanos y de la sociedad en su conjunto, en qué tan mejores somos hoy que nosotros mismos ayer.
Fuente: emol.com