Morten Meldal, Nobel de Química: ‘Enamorarse es química, tener hambre es química, todo es química’

El investigador danés es uno de los padres de la ‘química click’, una forma de unir moléculas para crear nuevos fármacos o materiales más sencilla, rápida y ‘verde’

Que una investigación premiada con un Nobel surja en una cervecera puede resultar algo insólito, pero no en Dinamarca. El químico Morten Meldal (Copenhague, 1954) formaba parte del equipo del laboratorio Carslberg, famoso por su levadura responsable de la cerveza de fermentación, pero también una institución científica de alto nivel comparable, cuando tuvo una idea revolucionaria. Desarrolló lo que se conoce como ‘química click’, una manera más sencilla de unir moléculas para crear otras más complejas que den lugar a nuevos fármacos o materiales. Por estos estudios recibió el Nobel de Química en 2022 junto a Barry Sharpless, quien bautizó el método por su similitud con los juegos de construcción, y Carolyn Bertozzi, que fue más allá y lo empleó en organismos vivos. Profesor de química orgánica en el Centro de Biología Química Evolutiva de la Universidad de Copenhague, recientemente visitó la Universidad de Navarra, en Pamplona, para dar una conferencia. Allí explicó, entre otras cosas, que sus hallazgos llegaron por casualidad o que le gusta hacer sus propios instrumentos científicos.

—¿En qué consiste la química click y por qué supone una revolución?

—Por primera vez, tenemos una especie de pegamento con el que podemos unir dos moléculas para crear una nueva con nuevas propiedades, que puede actuar como un pequeño robot para realizar una actividad como, por ejemplo, matar una célula cancerígena o capturar la luz para crear una célula fotovoltaica. El método es rápido y se puede aplicar a cualquier cosa.

—Hasta se pueden hacer chalecos antibalas más seguros.

—Sí, se desarrolla un nuevo material para eso. Y en Alemania un instituto de química de polímeros trabaja en la preparación de pinturas autorreparables con nanogotas de reactivos click. Si hay una rotura en la pintura, esta se fusionará cerrando la grieta, algo muy útil en automóviles o aviones.

—Se utiliza en la creación de nuevos fármacos, ¿para qué enfermedades se ha obtenido resultados?

—Hay unos 45 medicamentos en investigación clínica. Dos de ellos son para la fibrosis hepática o pulmonar. También hay muchas aplicaciones en la investigación del cáncer. En este caso, la reacción click ocurre en las células cancerosas por reconocimiento selectivo al liberar un compuesto citotóxico, que las mata. Una empresa alemana desarrolla uno de estos fármacos con un material radiactivo que solo se asocia con el tejido canceroso. También trabajamos en alzhéimer y VIH. No hay limitación, todas las enfermedades pueden beneficiarse. Es tan simple que puede haber kits de clicks para que biólogos, hospitales y químicos hagan lo que les interese.

La reacción click es verde, puede llevarse a cabo sin catalizadores ni desperdicios

—Esta técnica se ha utilizado con organismos vivos, ¿para qué?

—Este tipo especial de reacción, desarrollado por Bertozzi, es útil para estudios celulares porque no usa un catalizador de cobre, tóxico para las células normales y que no debe usarse dentro del cuerpo humano. Su método funciona muy bien para etiquetar las células cancerosas con un fluoróforo, una molécula marcadora que te dice, por ejemplo, dónde está la metástasis. Es muy valioso desde el punto de vista del diagnóstico y tal vez se pueda usar también para el tratamiento. Aún no lo sabemos.

—Mucha gente ve la química como algo perjudicial para la salud y el medio ambiente.

—La química no es algo malo, porque la química lo es todo. Y si consideras que todo es malo, estamos en un mal lugar. Deberíamos considerar la química como algo bueno que nos rodea y la click puede contribuir a esa visión porque es esencialmente verde. Puede llevarse a cabo con una cantidad muy muy pequeña de catalizadores, sin desperdicio.

La IA es muy eficiente, pero no creo que haga descubrimientos realmente nuevos

—¿La inteligencia artificial, que ya ha llegado al mundo de la biología, puede ayudar en su campo?

—La IA puede hacer cosas muy eficientes, pero probablemente también sea bastante difícil que haga descubrimientos realmente nuevos. Creo que, en realidad, la IA es importante para la defensa. Y el problema es que solo necesita unos segundos para tomar decisiones que pueden ser catastróficas para el ser humano. Los políticos deben considerar este peligro, es real.

—Entiende la química de manera creativa, como la pintura y la música, aficiones que practica.

—Creo que la química tiene mucho en común con las artes porque es un mundo visual. Es un mundo tridimensional de moléculas que reaccionan, interactúan, se reconocen y operan entre sí, desde la lectura de secuencias de ADN y secuencias de ARN hasta la traducción a proteínas. No creo que la inteligencia artificial tenga la capacidad de entrar en estos detalles en un futuro cercano.

—Pero una IA llamada Alphafold pudo predecir la estructura de las proteínas.

—Alphafold puede predecir los pliegues estructurales en función de una gran cantidad de datos que le hemos proporcionado. Pero no puede definir el proceso que lleva a la estructura. Lo que hace es observar estadísticamente las secuencias y ver con qué frecuencia ocurren en la base de datos estructural.

—¿Cómo ha cambiado su trabajo desde que le dieron el Nobel?

—Oh, es un mundo completamente diferente. Es como si tuviera dos trabajos ahora. Uno está relacionado con el Premio Nobel y el otro es el mismo que antes. Pero es emocionante. Ya sabe, conoces a muchas personas con experiencias muy diferentes. Te invitan a lugares emocionantes. Regresamos hace un mes de Vietnam, que fue una experiencia maravillosa. Un país de 100 millones de personas y en una fase de desarrollo muy rápido, con muy buenas tecnologías en las universidades. Así que creo que ese es un lugar en la Tierra donde uno debería buscar el futuro.

—Era habitual en las quinielas del Nobel. ¿Sintió que por fin sucedía?

—Fue una experiencia muy feliz, pero nunca ha sido mi ambición. Mi ambición es la propia investigación: ser curioso y estar interesado en lo que hago, saber por qué las moléculas hacen esto o lo otro… En 2013 hubo muchos rumores de que obtendríamos el premio, pero no sucedió, así que los siguientes años no me interesé. En 2019 personas de mi instituto me hicieron una broma pesada con esto, así que cuando me llamaron por el Nobel el año pasado pensé que era la misma broma.

Ofrecí la patente de la química click a la cervecera Carlsberg y la rechazaron. ¡Y ahora está en todas partes!

Saber de química es tan importante como leer y escribir. Nos ayudará, por ejemplo, a afrontar el cambio climático de forma más profesional

—Tiene una iniciativa para que la química tenga más peso en la educación de los niños.

—Cualquier cosa a tu alrededor es química. Cuando te cansas, es química. Cuando te enamoras, es química. Cuando tienes hambre, es química. Así que es importante que nuestros estudiantes la entiendan, tanto como leer y escribir. No es difícil si la aprendes visualmente. Estamos tratando de establecer un instituto en Dinamarca para ello. Además, creo que nos ayudaría a tener un debate más profesional sobre temas clave como el cambio climático, de modo que cuando elijamos a nuestros políticos, se preocupen por las respuestas correctas. El libro ‘Los límites del crecimiento’ predijo exactamente lo que está pasando: las inundaciones en Alemania o Pakistán, etc. Pero nadie lo leyó y ese es el problema. Porque es una simple comprensión química. Si subes los océanos dos grados, todo cambia completamente.

—¿Ha utilizado Carlsberg su química click para hacer una mejor cerveza?

—(Risas). No, la verdad es que traté de solicitar la patente con Carlsberg en su día, pero sus abogados lo miraron un par de veces y me dijeron: No. Se equivocaron porque ahora está en todas partes.

Fuente: abc.es