México, de ejemplo en vacunación a escasez de vacunas y regreso de enfermedades
Uno de los mitos divulgados sobre las inoculaciones es que causan autismo, síndrome de muerte súbita y esclerosis múltiple, puntualizó
“La viruela es una de las primeras enfermedades de las que tenemos información histórica y con mortalidad alta, también existen registros de los primeros intentos para controlarla. Por ejemplo, desde mil años antes de Cristo, la momia de Ramses V tenía cicatrices que pudieron ser provocadas por la viruela”, comentó Susana López Charretón, miembro de El Colegio Nacional, en la conferencia “La vacunación es un acto de responsabilidad”.
La coordinadora del ciclo El maravilloso mundo de los virus recordó que en el año 900 antes de nuestra era, en China, se tenía la costumbre de hacer una práctica que llamada variolación, que consistía en secar las pústulas de las personas enfermas con viruela, para transformarlas en polvo y después soplarlas en la nariz de otros. “Esa aspiración de polvo de costras de viruela funcionaba para estimular el sistema inmune de las personas y como vacuna. El problema era que no había control de calidad”.
De acuerdo con la colegiada, en 1796, se desarrolló la primera vacuna y fueron las inoculaciones las que permitieron erradicar la viruela en 1980, según la Organización Mundial de la Salud.
Al responder a la pregunta ¿cómo funcionan las vacunas? la viróloga mexicana detalló que cuando nos vacunamos, nos aplicamos “una sustancia con varias composiciones conocido como sistema antígeno, porque es un elemento extraño que el cuerpo no conoce. El antígeno despierta la respuesta inmune, activa células llamadas linfocitos B y T, que activan células plasmáticas, encargadas de producir anticuerpos, moléculas que pueden reconocer estos antígenos y también se alertan células de memoria, que reconocen estos anticuerpos extraños y pueden matar al portador de la célula infectada”.
En palabras de la colegiada, existen tres tipos de vacunas: la vacuna inactivada, en las que se utiliza la versión muerta del germen que causa una enfermedad. “Son virus purificados con agentes químicos, son virus que causan daño, pero se presentan ante el sistema inmune y lo alertan”; La vacuna atenuación, en la que se seleccionan virus debilitados o que se pueden replicar muy poco, no causan enfermedad, pero sí despiertan al sistema inmune.
Y la vacuna de subunidades, como las vacunas de COVID-19, en las que se pueden preparar fragmentos con material genético informativo, RNA mensajeros, que entran a las células y dan lugar a que las células puedan producir una proteína del virus, son vacunas muy efectivas. El RNA se introduce en las células de las personas después de la inyección, y esas poquitas células comienzan a producir la proteína viral que alerta al sistema inmune para prepararlo.
Con relación a la inmunidad de grupo o de rebaño, la científica explicó que las vacunas no sólo funcionan a nivel individual. Cuando un número crítico de personas está vacunado, la posibilidad de un brote epidémico es tan baja que aún personas no vacunadas están protegidas. Lo que es importante, porque hay muchos individuos en la población que no pueden ser vacunados.
Detalló que, entre los mitos que existen sobre las vacunas, se encuentran, que las vacunas tienen elementos tóxicos como chips, mercurio, RNA y DNA que cambian material genético. “La OMS consideró, en el 2019, al movimiento antivacunas como una de las principales amenazas a la salud. Ahora vemos que hay un problema de resurgimiento de enfermedades como el sarampión”, concluyó López Charretón.
Al tomar la palabra, Rosa María del Ángel Núñez de Cáceres, investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, comentó que México fue ejemplo de vacunación durante muchos años, lo que se debía a que “el gobierno compraba una buena cantidad de vacunas, había un sistema estricto acompañado de una cartilla de vacunación que tenía que cumplirse con las distintas etapas y eran un requisito para inscribir a los niños a las escuelas, así contribuía el gobierno a la salud de la población”.
Sin embargo, “se hicieron menos estrictas las medidas, el gobierno ya no exige la cartilla de vacunación, tampoco compra, no hay suficientes vacunas y algunos padres no dejan que vacunen a sus hijos, entonces, los niveles de vacunación bajan y las enfermedades regresan. La vacunación es un acto de responsabilidad. Las vacunas son seguras y efectivas. Protegen a los individuos y la comunidad. Cumplir con el esquema es vital para la salud pública”.
La experta en identificación y diseño de antivirales subrayó que “si los niños están sanos, la posibilidad de que crezcan sanos y felices es mucho más alta que cuando tenemos niños enfermos que pueden arrastrar con secuelas de la enfermedad”. Recordó que uno de los mitos que se han divulgado es que las vacunas causan autismo, síndrome de muerte súbita y esclerosis múltiple.
Otros de los mitos son que con higiene las vacunas no son necesarias; que cuando una enfermedad está eliminada ya no es necesario vacunarse; que, si ya los demás niños están vacunados, no es necesario que vacunar a los hijos propios; que la vacuna contra influenza causa gripe; que las vacunas no deben ser aplicadas a personas alérgicas; que con una dosis de una vacuna es suficiente y no son necesarios los refuerzos
Actualmente “hay mil 600 casos confirmados de sarampión, distribuidos en 55 municipios de 17 estados del país. Hasta la semana epidemiológica 15, que concluyó el pasado 12 de abril, en México se registraban 749 casos de tosferina, lo que representa un incremento de 62%, comparados con los 463 registrados durante todo 2024 y de 298%, si se compara con los 188 reportados en todo 2023. Hay más de 45 muertes”, concluyó Núñez de Cáceres.
Fuente: El Colegio Nacional