Antonio Aja
El pasado martes el Senado de los Estados Unidos votó por mayoría abrumadora a favor de una ley para la protección de menores ante contenido dañino en internet. Esta aprobación, demuestra la enorme preocupación que los padres de menores viven ante los graves peligros a los que niños y adolescentes están expuestos principalmente a través de las redes sociales. Destaca la casi unanimidad del Senado en este tema a pesar de algunos escépticos u opositores quienes temen que esta ley cobije violaciones al derecho de expresión de libertad en cuanto a identidad de género, sexualidad o aborto.
De acuerdo con una nota del Wall Street Journal, con una votación de 91 a 3 para aprobar la Ley de seguridad infantil en línea y la Ley de protección de la privacidad en línea de niños y adolescentes, poniendo fin a un debate de años en la cámara sobre la legislación. La propuesta exige que las empresas proporcionen a los niños menores de 17 años las barreras de seguridad más estrictas posibles en sus plataformas de forma predeterminada, para ayudarles a evitar algoritmos adictivos y mensajes de extraños.
Es así como la Comisión Federal de Comercio será la autoridad con responsabilidad de decidir qué se considera contenido dañino. Si los dos proyectos mencionados se convierten en ley, marcarían la primera nueva regulación importante del Congreso sobre el uso de Internet por parte de los niños en décadas. Los legisladores en el Capitolio frecuentemente critican a las empresas de redes sociales por poner en peligro a los niños, pero no han aprobado leyes diseñadas para vigilar la industria, que dirige una sofisticada operación de cabildeo en Washington.
La Ley de seguridad infantil en línea, conocida como KOSA, por sus siglas en inglés (Kids Online Safety Act), responsabiliza a las plataformas con un “deber de cuidado” para los menores de edad. Esta ley obliga a las empresas de tecnología a tomar medidas para afrontar y evitar los trastornos de salud mental, comportamientos similares a la adicción, el acoso, la explotación sexual, las prácticas de marketing engañosas y la promoción de drogas y alcohol. Al mismo tiempo, establece una serie de barreras de seguridad para que las plataformas ofrezcan a los menores. De esta forma, las empresas tendrían la obligación de permitir que los niños limiten la capacidad de otros para comunicarse con ellos; ocultar sus datos personales; evitar funciones que “incrementen, mantengan o extiendan el uso” de la plataforma; y optar por no participar en sistemas de recomendación personalizados.
Fuente: eleconomista.com.mx