Más allá de la “Matrix”

Óscar Manuel Rodríguez Ochoa

Comprender el desarrollo evolutivo de nuestro planeta y de la humanidad abre nuestros ángulos de percepción hacia lo que somos y nos corresponde. Representa un factor esencial de los tiempos actuales en la ruta de ascenso y con ello de apertura consciente.

Nuestra madre tierra es un espíritu viviente que experimenta realidades cósmicas orientadas a su propia expansión. Para entender todos y cada uno de sus procesos debemos tener en claro que coexistimos con la inmensidad de energías, entidades, ciclos, etcétera, ya que ellos son reflejo de nosotros mismos, siendo cada uno de los componentes siderales producto de la creación universal.

El multicosmos se integra en su totalidad como un macroverso que transita interna y externamente en la dualidad y multidimensionalidad. Es así que el todo interactúa con el todo. Y lo que se genera y emana es perfecto en un reordenamiento permanente de energías ciclos y vibraciones.

El planeta tierra es una manifestación en lo absoluto del proceso universal y por lo cual es rector de la inmensidad de lo que integra y direcciona.

Cinco han sido las etapas por las que gaia ha trazado su historia cósmica. Es así que la humanidad en tiempo presente está transitando como la quinta generación existencial con etapas y subetapas que dan como producto el presente que nos toca vivir.

Todas las almas que aquí existimos somos testimonio de los actuales acontecimientos que por libre albedrío elegimos experimentar antes de encarnar los cuerpos que ocupamos. En el umbral a una nueva faceta planetaria somos abanderados de una misión determinante en el salto cuántico de nuestra madre tierra.

Es así que en este momento cósmico, las ondas electromagnéticas que acceden a nuestro mundo en procedencia original de la fuente energética viajando mediante fotones a través de los distintos soles estrechamente interconectados, juegan un papel trascendental en la incorporación humana a la denominada ” Quinta dimensión” donde la paz y el amor son el eje de acción en todas y cada una de las estructuras de la colectividad humana.

El aumento de la frecuencia del planeta denominada ” Frecuencia Schumann” ocasiona un drenaje constante a nivel energético a los seres que aquí vivimos. Es por ello que experimentamos importantes cambios en nuestro organismo a consecuencia de la adaptación a las nuevas realidades que experimentamos.

Paralelamente estamos dando saltos a nuevas líneas de tiempo en que la frecuencia vibratoria humana, facultades psíquicas y nivel de conciencia toman un ascenso constante a importante velocidad en donde el clima ambiental cambia, el tiempo se comprime y con ello las horas del día se vuelven más cortas.

Ante esta transmutación cuántica, las personas se vuelven más susceptibles emocionalmente dadas las actualizaciones electromagnéticas llegadas desde el sol central de la galaxia, con lo que el ADN se reconecta a sus esencias originales.

Esto nos orienta a saber que toda energía negativa no forma parte de este proceso planetario a las dimensiones de luz y armonía, en nuestro sendero universal mismo que ha sido trazado por el “Plan Cósmico”.

Es importante comprender que las entidades involutivas que han estado al frente de la manipulación en nuestro planeta hacen lo que en su esencia les corresponde como lo es pretender mantenerse en el dominio de nuestra raza ya que para estos seres representamos su alimento energético.

El plan denominado ” Blue Beam” es parte del ” Nuevo Orden Mundial”. Con esto los seres negativos pretenden mantener a la humanidad dentro del cautiverio de esta realidad ficticia – holográfica llamada “Matrix” ubicada en la tercera dimensión con la finalidad clara de tener a la población en bajas vibraciones y no permitir empoderarse de los dones que todos los seres poseen, mantenerla en el adormecimiento.

La matrix es un sistema de control donde códigos negativos de programación se procesan hacia diversos sectores de nuestra civilización. Sin embargo, estos ante el ascenso de energías también sufren importantes transformaciones en el salto trasmutativo orientándolos a cambios abruptos que incluso tienden a su extinción.

Así mismo la presencia de razas cósmicas de luz en su labor de apoyo en dicho proceso transmutacional también forman parte de las realidades que aquí atestiguamos.

Focalizar a un mundo de armonía es la ruta a seguir hoy en día. Todo aquello que impulsa la subcultura del miedo no es parte de los que en apertura de conciencia les corresponde a las personas que pretenden romper los esquemas cerrados, limitantes y finitos en un mundo al que se le ha calificado como “Planeta prisión”.

El corazón es el portal más grande que poseemos para nuestra liberación y simultáneamente el acceso a las verdades universales que nos pertenecen como semillas estelares y chispas divinas.

Las visualizaciones en los cielos de naves a las que tanto se les ha dado importante difusión tienen una gran diversidad de orígenes e interpretaciones. Van desde aquellos objetos volantes creados en nuestro planeta con tecnologías alienígena hasta las naves dirigidas a distancia por entidades oscuras.

Muy importante tener en consideración que lo que se comparte en gran proporción es desinformación, ya que muchas de las filmaciones son falsas, tantas veces que lo que se observa en ellas son drones.

La presencia de estos artefactos no es nueva a sabiendas de que desde las primeras civilizaciones, el hombre tenía encuentros con los que en su momento llamaron ” Seres de las estrellas”.

La presencia de multiobjetos surcando nuestro espacio es parte del proceso evolutivo que seguimos, pero también hay que entender que las realidades ” Matrix” toman estas ante todo para infundir el miedo y bajar la vibración tal y como lo mencionamos anteriormente.

El Pentágono de los Estados Unidos declara y reconoce la presencia de naves cuando desde décadas anteriores gobiernos norteamericanos tuvieron diversos encuentros con seres de origen extraterrestre.

Es de comprender que las declaraciones oficiales en la Unión Americana son parte del plan “Blue Beam” con pretensiones claras de crear a corto y mediano plazo expectación y temor, tendiente al pánico.

De nosotros depende salir de la” Matix” creadora de falsos escenarios y bajas frecuencias. La pandemia vivida es muestra fehaciente del procesamiento del “Nuevo Orden Mundial”. Y los objetos en los cielos del planeta llevan esa misma ruta.

Lo importante es no caer en las redes de lo que entidades han previsto para el desempoderamiento de la humanidad. Focalizar hacia la luz y el amor nos permite reconectarnos a lo que somos como seres eternos e infinitos de la creación universal. Es momento de despertar a lo que somos y nos pertenece. Abrámonos a las verdades universales. Elevemos conciencia y vibración.