Los trastornos depresivos terminaron la vena creativa de Charles Gounod
Los biógrafos del compositor francés han ignorado su estado mental a la hora de explicar su continuidad creativa: Adolfo Martínez Palomo
“Las manifestaciones de inestabilidad mental de Gounod denotan la existencia de una enfermedad psiquiátrica que, para los expertos, podría ser un trastorno depresivo mayor ignorado por sus biógrafos. Es posible que este padecimiento mental haya influido en el notable deterioro de su creatividad en la segunda mitad de su vida, después de sus grandes éxitos con Fausto y Romeo y Julieta”, dijo el científico al dictar la conferencia “Charles Gounod (1818-1893). Luces y sombras de un genio parisino”.
El planteamiento de los padecimientos mentales del artista es novedoso, “porque no lo he encontrado en las muchas biografías de nuestro compositor, el cual tuvo un periodo de una creatividad extraordinaria, hizo una de las obras más conocidas de las óperas mundiales, y, después, tuvo otro periodo en donde prácticamente no hizo nada que pasara a la historia”.
“Ningún biógrafo, ni los franceses, ni los ingleses, ni los estadounidenses lo han explicado. La abundante creación musical de Charles Gounod, uno de los más grandes compositores franceses del siglo XIX, incluyó una docena de óperas, además de obras instrumentales, pero de todo ello han sobrevivido el Ave María y dos óperas: Fausto, por décadas la ópera más representada en Europa, y Romeo y Julieta, cuya popularidad ha resurgido en años recientes”.
Nacido el 17 de junio de 1818 “en uno de los rincones más bellos del barrio latino”, la Rue Saint André des Arts, de París, Charles Gounod dio muestras de su malestar siendo joven. “A lo largo de su vida, Gounod fue un individuo sano físicamente, si bien su carácter hipocondríaco acentuaba notablemente las quejas por las molestias que le producían padecimientos habituales como cólicos, reumatismos, eczema, congestión pulmonar, nada realmente importante”.
Sin embargo, explicó el colegiado, su propensión a sufrir de crisis nerviosas en la edad adulta, que es lo que dicen los biógrafos, ha sido un aspecto olvidado de su biografía médica, “asunto que aquí trato de analizar por vez primera”.
En el libro La casa del doctor Blanche, Laure Murat escribió: “Toda su vida, Gounod sufrió de crisis nerviosas. El doctor Blanche intervino de urgencia, desplazándose de día o de noche para calmar las crisis más o menos violentas del compositor, quien en los momentos críticos de sus angustias y de sus escrúpulos religiosos le escribió: ‘Trato de resignarme, de aceptarme a mí mismo y de no luchar con mi nube, pero ya no lo quiero, me hace sufrir y tal vez debería llegar a amarla, es tal vez la encrucijada en la que Dios me espera, tengo que superar dos etapas, aceptarla y amarla. Si pudiera enviarme dos líneas, usted sabe cuánto bien me harían, cuánto lo quiero’, le dijo Gounod”.
La casa del doctor Blanche inclusive ganó un premio muy importante en Francia, el Goncourt, y que es la descripción del hospital psiquiátrico en donde estuvo atendiéndose el compositor. Pero ¿de qué sufría el compositor loco, inmovilizado, literalmente, en su camisa de fuerza?, preguntó Martínez Palomo. “Según el doctor Blanche, sufría de accesos de melancolía, una afección grave con predominio de estados de ansiedad, ideas de autoacusación y de suicidio que Gounod tendrá hasta el final de su vida”.
“Los biógrafos que yo he consultado minimizan las crisis nerviosas pensando que eran provocadas por agotamiento debido a excesos del trabajo, cuando en realidad eran manifestaciones de un padecimiento psiquiátrico, y el único remedio en aquella época era la atención que le brindaba el doctor Blanche, el sometimiento físico en los momentos de mayor violencia y la reclusión por varias semanas en el hospital durante los periodos de crisis, previendo posibles daños al enfermo y a la familia”, determinó el colegiado.
El doctor Blanche, señaló, “era realmente un psiquiatra extraordinariamente avanzado, convivía con sus enfermos, comía y cenaba con ellos, les organizaba grandes tardeadas musicales y literarias. Tan pronto se calmaban un poco, los dejaba salir, lo cual era muy raro”. “El hospital de este doctor se había convertido en el sitio de reclusión de figuras famosas francesas aquejadas de enfermedades de la mente, como Marie d’Agoult, la pareja de Franz Liszt, la condesa de Castiglione, amante de Napoleón III, los escritores franceses Guy de Maupassant y Gérard de Nerval, y el compositor Fromental Halévy, entre otros”. Con el paso del tiempo, Gounod “se convirtió no solamente en el paciente más cercano al doctor Blanche, sino también en un verdadero amigo a quien consultaba con frecuencia”.
La gravedad, la periodicidad y la cronicidad de los episodios de la alteración mental que sufrió Gounod fue narrada por Martínez Palomo: “A los 39 años, cuando trabajaba en Fausto y había ya terminado los dos primeros actos, se enteró con gran disgusto de que un teatro rival en París estaba a punto de estrenar otro Fausto, con el mismo nombre y tema, inquietud a la que añadió el empeoramiento de la enfermedad de su madre. Todo ello propició el inicio de una de sus crisis nerviosas.
“La tarde del 5 de octubre, Gounod terminó de cabalgar en un parque donde habitaban sus suegros, notablemente pálido se apresura a llegar a su cuarto y se desplomó llorando desconsoladamente. Al buscarlo, la familia lo encontró desmayado en el suelo, de inmediato lo regresaron a su casa en París, donde cayó delirando, gritando ‘¡paz, paz!’, como si le hubiera llegado el fin de la vida”.
Una crónica del diario Le Figaro describió que “el delirio está en su punto máximo, mezclado con crisis horribles, quejas dolorosas, los ojos fuera de sus órbitas”. Los médicos diagnosticaron fiebre cerebral. “Finalmente, Gounod se calmó, ya no gritó, lograron darle un poco de leche azucarada y esta lo salvó. Pronto el maestro recuperó el conocimiento, se tocó sus delgados brazos y dijo: ‘Esta camisa de fuerza —le habían puesto una camisa de fuerza—, me hace tanto daño’”.
Lo internaron en el hospital del doctor Blanche, donde se recuperó rápidamente y regresó con su familia. “¿Cómo fue posible que sus biógrafos no hayan visto esto? Nadie lo menciona y solamente hablan de sus crisis nerviosas”, dijo el colegiado.
Berlioz, el famoso compositor, escribe que el pobre Gounod se ha vuelto loco: “Estaba en la clínica del doctor Blanche, se ha perdido la esperanza en su mente. El diagnóstico es, dijo Berlioz, melancolía suicida, alucinaciones, delirios. Nueve días más tarde es dado de alta y una revista francesa anuncia que el joven maestro está en plena etapa de recuperación, al cabo de dos semanas regresa a Saint-Cloud y retoma la composición del Fausto”.
En la segunda parte de la sesión, realizada en el Aula Mayor de El Colegio Nacional, el público pudo disfrutar un recital con algunas obras de Charles Gounod, a cargo de la soprano Angélica Andrade, el tenor Evanibaldo Correa y la mezzosoprano Verónica Alexanderson, acompañados por el pianista Sergio Vázquez.
Fuente: El Colegio Nacional