De acuerdo con el bioquímico mexicano, ya existen nuevos cultivares transgénicos avanzados que controlan las plagas de insectos, de malezas y permiten incrementar la productividad en las cosechas

La importancia vital y estratégica para la salud y el ambiente de México y del planeta, de los organismos transgénicos y su producto, fue el eje temático que abordó Francisco Bolívar Zapata, miembro de El Colegio Nacional, en su conferencia transmitida en vivo el 26 de septiembre por las plataformas digitales de la dependencia.

La sesión formó parte del ciclo Biotecnología moderna: organismos transgénicos y las nuevas variedades genéticamente editadas; la importancia para la sustentabilidad del planeta, la salud humana y de manera indirecta del efecto invernadero (responsable del cambio climático), de los cultivares transgénicos por dejar de usar en el campo los dañinos y contaminantes insecticidas químicos y en un futuro, los herbicidas químicos como el glifosato, que coordina el bioquímico mexicano.

El investigador emérito del Instituto de Biotecnología de la UNAM recordó que el Premio Nobel y también colegiado Mario Molina alertó del abuso de productos químicos contaminantes atmosféricos y destructores de la capa de ozono, y firmó una declaración a favor de la agricultura de precisión de organismos genéticamente modificados o construidos por ingeniería genética, en colaboración con más de 150 investigadores premiados.

Aseguró que defender estos cultivares no es un capricho, sino un compromiso. “Vivimos en un planeta que tiene una Organización de Naciones Unidas, interesada en la Tierra, en la sustentabilidad y en la salud. Uno de sus mandatos es empujar y apoyar, con base en el conocimiento científico, un desarrollo sustentable y saludable”.

El colegiado insistió en que los organismos transgénicos o recombinantes son seres vivos como los humanos y forman parte de la naturaleza, por lo que se están adoptando con sus productos en muchos lugares. “Sus beneficios son importantes y reales en diferentes sectores, tienen un amplio sustento científico y se han utilizado por más de 35 años sin evidencia de daño a la salud ni al ambiente del planeta. Además, y muy importante, ya existen nuevos cultivares transgénicos avanzados que controlan las plagas de insectos y malezas y permiten incrementar la productividad en las cosechas”.

Explicó que los organismos transgénicos se construyen por ingeniería genética y por técnicas de edición de ADN, lo que permite desarrollar las siguientes generaciones de recombinantes gracias a la biotecnología. “Los humanos utilizamos a otros seres vivos para satisfacer nuestras necesidades de alimento, salud y vivienda, por ello se ha dañado y contaminado al planeta y su biodiversidad. De ahí la relevancia del desarrollo de la biotecnología moderna, que contribuye al estudio y caracterización científica de los organismos vivos, sus partes y sus productos”.

Agregó que, con ayuda de otras tecnologías, la biotecnología moderna pretende la utilización respetuosa de los organismos vivos para responder de forma integral, inteligente y sustentable a las grandes problemáticas y demandas de la sociedad. “La biotecnología se utiliza en México desde tiempos prehispánicos y tiene el potencial para aligerar el impacto de la actividad agropecuaria en el medio ambiente. El reto es desarrollar la de manera responsable”.

Bolívar Zapata sostuvo que existen nuevas técnicas para editar de manera precisa los genomas de cualquier organismo, una de ellas es CRISPR-Cas9. Metodología que utiliza la proteína endonucleasa Cas9 de origen bacteriano y otras proteínas de tipo nucleasa, que cortan el ADN de cualquier origen. “Han revolucionado el diseño de organismos transgénicos mejorados y superiores, de tercera y cuarta generación. Estas técnicas permiten inactivar, activar o modificar cualquier gen o región de ADN en el genoma de cualquier organismo vivo”.

Puntualizó que se cuenta con la caracterización detallada y a nivel molecular de organismos genéticamente modificados como vegetales, que tienen una equivalencia en su composición a los convencionales. Por ejemplo, el maíz modificado genéticamente sólo lleva dos genes adicionales a sus más de 20 mil genes naturales, lo que impide generar daño por su consumo.

En palabras del experto, el uso de proteínas de origen transgénico con actividades enzimáticas ha tenido impacto en la elaboración de alimentos sanos, como las enzimas quimosinas en la producción de quesos, pectinasas para la elaboración de jugos, glucanasas en la generación de cerveza y glucosa oxidasa y catalasa para la deshidratación de huevo. “Se insiste en que las plantas transgénicas son resistentes a las plagas de insectos en las cuales el control es biológico, no químico”.

El bioquímico también reiteró que esta conferencia tiene su origen en el libro Transgénicos: grandes beneficios, ausencia de daño y mitos, publicado en 2017 por el Comité de biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias. Una publicación que contiene más de 500 páginas y más de 2 mil referencias científicas.

Fuente: colnal.mx