Los factores socioambientales y su vínculo con los problemas de conducta en los y las niñas

Vázquez Pérez Lucía, Amador Buenabad Nancy Gigliola Ortiz Gallegos Ana Beatriz,  Sánchez Ramos Rodrigo, Gutiérrez López Ma. De Lourdes, Villatoro Velázquez Jorge Ameth

Contacto: Nancy Amador Buenabad naagy14@yahoo.com.mx

En los últimos años, hemos podido conocer datos sobre los problemas emocionales y conductuales en los niños, de manera que a nivel internacional se identifica que el 12.6% de niñas, niños y jóvenes de 4 a 17 años, ha padecido algún trastorno mental1.

Los problemas emocionales, también denominados conductas internalizadas, se pueden manifestar como ansiedad, timidez, retraimiento y depresión; en tanto, en los problemas de conducta o externalizados encontramos a la desobediencia y a la agresividad2.

El papel que juega el medio ambiente como una influencia para que estos factores aparezcan, resulta fundamental ya que, además de factores biológicos, su estudio e identificación, permite apoyar en la planeación integral de intervenciones preventivas que incidan en la disminución de dichas problemáticas y en la mejora de la salud mental3.

En una investigación realizada sobre la prevención de conductas de riesgo en niñas y niños en el Instituto Nacional de Psiquiatría  Ramón de la Fuente Muñiz” 4   se identificaron diversos factores socio-ambientales que influyen en la sintomatología internalizada y externalizada en niñas y niños  de educación primaria.

En el estudio, se analizaron las respuestas sobre  hijas e hijos, de 243 cuidadores de 4 escuelas de educación primaria de la Ciudad de México, cuidadoras y cuidadores con un promedio de edad de 38 años, donde la mayoría fueron mujeres; en tanto, la edad promedio de los niñas y niños  fue de 9 años.

Los resultados indicaron que la sintomatología externalizada en niñas y niños de primaria es mayor cuando las y los cuidadores perciben una mala relación con ellos y ellas, y más frecuente con los niños varones. También se observó que si la niña o niño cuenta con más hermanos, se presentan más estas conductas. Así mismo “si en la familia o escuela encuentran formas de expresar sus afectos  y relacionarse con los demás”3, con un adulto sensible  a las necesidades del , menor, pueden presentar menos estos síntomas.

Para los problemas internalizados, se encontró que el ambiente juega un papel importante para estos síntomas y,  a diferencia de los problemas externalizados, el ingreso mensual del hogar influye en estos problemas internalizados del menor, como se muestra en la figura 1.

Figura 1: Variables predictoras de sintomatología internalizada y externalizada

Debido a que las mujeres cuidadoras reportan mayores problemáticas que los hombres cuidadores, y a que los niños presentaron puntuaciones más altas que las niñas; es decir, mayor problemática, se debe considerar como relevante que las intervenciones dirigidas a reducir estas problemáticas, contemplen componentes de género para su implementación.

También se debe resaltar la  importancia de incluir soluciones; es decir, proponer estrategias de regulación emocional ante las situaciones que no estaban previstas, como la pérdida del empleo, enfermedades, entre otras, y  dar estrategias claras sobre cómo favorecer la comunicación y los vínculos al interior de la familia, para la resolución de conflictos.

Al mismo tiempo, es importante señalar estrategias precisas para promover la comunicación al interior de la familia y  en las escuelas de las niñas y niños, priorizando la mejora de la interacción cuidad@r-niñ@ y entre hermanos.

Adicionalmente, se deben tomar en cuenta factores como la economía en la familia. Al respecto, Infante Blanco et al (2016) refiere que “la situación económica actual obliga a los padres/madres a trabajar más tiempo para poder cubrir las necesidades de la familia, lo que resta tiempo de convivencia entre padres e hijos”.

Estos elementos llevan a que las intervenciones preventivas en salud mental y adicciones, tienen que abordar la interacción entre las variables individuales y del entorno ya que esa interacción influye de manera importante en el desarrollo psicológico5. Por lo que el contemplar los factores socio-ambientales, permitirá que las intervenciones puedan favorecer la generación de conductas prosociales en los niños y la disminución de la sintomatología externalizada e internalizada. No hacerlo podría generar consecuencias más graves como comportamientos antisociales, de riesgo o trastornos como la ansiedad y depresión.

De la misma forma, es importante resaltar la propuesta de diversos estudios que proponen como punto central, el desarrollar en los niños y las niñas habilidades socioemocionales como la autocrítica, autoeficacia, resolución de problemas, negociación, adaptación y búsqueda de apoyo, etc., que pueden ser retomadas para el diseño de intervenciones psicoeducativas, a fin de fomentar en los menores estas habilidades que les sirvarán de herramientas en su vida, que les permitirá responder de manera más eficiente, incluida la búsqueda de ayuda con sus personas de mayor confianza, ante las demandas del medio en el que se desarrollan6.

El trabajo con los niños, niñas y  sus cuidadores, sin duda debe ser prioritario para mejorar y recomponer el tejido social de México, y de aquellos paises donde las problemáticas de salud mental y consumo de drogas se han venido incrementando.

Bibliografía:

  1. Waddell, C., Shepherd, C., Schwartz, C., & Barican, J. (2014). Child and youth mental disorders: Prevalence and evidence-based interventions. Vancouver, Canada: Children’s Health Policy Centre, Simon Fraser University.
  2. Molina, M., Tomas, J., Sabaté, N., & Baeza, E. (2001). Trastornos depresivos en niños y adolescentes. Problemáticas de la adolescencia y otros aspectos de la edad evolutiva. Barcelona: Laertes.
  3. Romagnoli, C., Kuzmanic, V. & Caris, L. (2015). La familia y su rol en la prevención de conductas de riesgo: Factores protectores. Recuperado de: http://valoras.uc.cl/images/centro-recursos/familias/ValoresEticaYDesarrolloSocioemocional/Fichas/La-familia-y-su-rol-en-factores-de-riesgo.pdf
  4. Proyecto CONACyT PDCPN-2014-248428. Evaluación de un modelo escolar para la prevención integral de conductas de riesgo en escolares a partir del desarrollo de habilidades sociales y de prácticas de parentalidad positiva en niños y sus cuidadores.
  5. Bronfenbrenner, U. (1987). La ecología el desarrollo humano: experimentos en entornos naturales y diseñados [The ecology of human development: experiments in natural and engineered environments].Barcelona: Paidós
  6. Masten, A. S., Burt, K. y Coatsworth, J. D. (2006). Com-petence and Psychopathology. En D. Cicchetti y D. Cohen(Eds.), Developmental Psychopathology, Vol 3: Risk, Disor-der and Psychopathology (2 nd ed., pp. 696–738). New York:Wiley En Romero Godínez, E., Lucio y Gómez Maqueo, E., Durán Patiño, C., & Ruiz Badillo, A. (2017). Afrontamiento y algunos problemas internalizados y externalizados en niños. Acta de investigación psicológica, 7(3), 2757-2765.

Equipo CAPAS-Mx. Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente Muñiz”