Las ideas de Norbert Wiener inspiraron la revolución tecnológica que vivimos hoy en día: Carlos A. Coello Coello
“Su verdadero legado al desarrollo científico y tecnológico del siglo XXI, tal vez, nunca sea comprendido en toda su magnitud”, sostuvo el colegiado
“Norbert Wiener fue un personaje fascinante, complejo y olvidado por la comunidad de las matemáticas y de la computación”, afirmó, Carlos A. Coello Coello, miembro de El Colegio Nacional, al inaugurar la conferencia Norbert Wiener: de la gloria al olvido. En su intervención repasó la vida, obra y legado del llamado “padre de la informática”, nacido en 1894 en Columbia, Missouri, Estados Unidos, y cuyas contribuciones sentaron las bases de la era de la información que vive la humanidad actualmente.
El coordinador del ciclo Miedo, mitos y verdades de la computación recordó que los padres del filósofo estadounidense fueron Bertha Khan y Leo Wiener, ambos de origen judío. Eligieron el nombre de Norbert para su hijo en honor al personaje masculino principal del poema In a Balcony, de Robert Browning. Su padre, Leo Wiener, se convirtió en el primer profesor de lenguas eslavas en la Universidad de Harvard.
“Norbert Wiener se definió así mismo como un prodigio e ingresó a la Universidad a los once años. En su autobiografía, señaló que tuvo una infancia atípica, porque manifestaba dotes de genio desde pequeño. Cuentan que aprendió el alfabeto a los 18 meses de edad, observando cómo su nana escribía letras en la arena”, relató el computólogo mexicano.
Añadió que, como niño precoz, Wiener fue educado por su padre, quien, obsesionado volverlo genio, despertó su interés por la ciencia y, a los tres años, le regaló un libro de historia natural. “Su padre era despiadado, y Wiener luchaba por complacerlo, lo que le provocó un complejo que lo acompañó toda su vida. A pesar de ser un matemático destacado y una eminencia en la cibernética, siempre estuvo preocupado por la opinión de los demás sobre su trabajo”.
Agregó que Wiener desarrolló una memora casi fotográfica y, en 1906, se convirtió en la persona más joven en ingresar a una universidad en Estados Unidos. “Una de sus debilidades fue que no era bueno con las manos, a pesar de su inteligencia. Decidió estudiar matemáticas, porque esa disciplina no requería usar laboratorio. Se graduó a los 14 años, edad en la que ingresó a estudiar su doctorado en Harvard, mismo que terminó a los 18 años. Se convirtió en el graduado de doctorado más joven en la historia de Harvard”.
Gracias a una beca, Wiener estudió bajo la tutela de Bertrand Russell en la Universidad de Cambridge, quien lo introdujo a los artículos de Albert Einstein y lo familiarizó con el movimiento browniano. Durante ese tiempo, también estudió las nuevas teorías atómicas, y comenzó a a aplicar sus conocimientos matemáticos a la solución de problemas prácticos. “Fue durante su estancia en Alemania cuando concibió una idea aplicable a una amplia variedad de sistemas lógicos con múltiples dimensiones”.
En 1919, Wiener obtuvo un puesto como instructor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés), donde desempeñó un rol que iba más allá de sus funciones como profesor de matemáticas. “El primer gran problema que abordó en el MIT fue el que él denominó el problema de las olas. Wiener se interesó en modelar matemáticamente el movimiento tan irregular de las olas. Posteriormente, se percató de que el artículo de Einstein sobre el movimiento Browniano guardaba una gran relación con el problema de las olas que tanto le intrigaba”.
Según el colegiado, Wiener usó la mecánica estadística para describir y calcular las posibles trayectorias de una sola partícula en movimiento Browniano, lo que fue una innovación notable para la época. Además, demostró que todas las trayectorias de las partículas en movimiento Browniano son continuas, sin huecos, ni saltos, aunque siempre resultan extrañas desde una perspectiva matemática. “Wiener proporcionó la primera evidencia matemática de que las leyes de la probabilidad regían el movimiento rowniano, lo que supuso un avance significativo en la teoría de la probabilidad, conocida posteriormente como la “medida de Wiener“.
Aseguró que Wiener también estudió un problema fundamental en la teoría electrostática; determinar la forma geométrica que debía tener un conductor eléctrico para soportar una carga fija. Formuló una nueva prueba, conocida hoy como el criterio de Wiener, que se utiliza para determinar si un conductor es discontinuo al voltaje. “Su contribución más importante fue de extender la denominada capacidad electrostática a formas geométricas arbitrarias”.
Coello Coello afirmó que un problema que preocupaba a los ingenieros eléctricos de la época era el denominado “efecto de tiro”, que generaba ruido en las comunicaciones. Wiener demostró que este ruido blanco podía ser capturado y congelado en el tiempo, así como medido físicamente y analizado matemáticamente de maneras que resultarían verdaderamente útiles para los ingenieros eléctricos.
“El trabajo de Wiener sobre el análisis generalizado comenzó a publicarse a principios de la década de 1920, junto con su investigación sobre el movimiento Browniano y el desarrollo de la teoría de la probabilidad. “En conjunto, estas tres contribuciones establecieron las bases de la era de la información que vivimos hoy en día, pero estaba tan adelantado a su época que tuvo que transcurrir una década para que fuera reconocido y adoptado en aplicaciones prácticas, dando pie al diseño de dispositivos electrónicos de gran precisión”.
En 1933, Wiener conoció a Arturo Rosenblueth, un neurofisiólogo mexicano que en ese entonces era profesor en la Escuela de Medicina de Harvard y fue miembro de El Colegio Nacional. A Wiener le intrigaba la relación entre los sistemas mecánicos y fisiológicos, particularmente en lo que respecta a la retroalimentación. Wiener y Rosenblueth propusieron modelar ciertos espasmos musculares usando un ciclo de retroalimentación inestable. Posteriormente, aplicaron estos mismos principios al estudio del corazón. Estasideas fueron fundamentales para el desarrollo posterior de la cibernética, enfatizó el pionero y líder mundial en optimización evolutiva multiobjetivo.
Durante varios años, Wiener participó activamente en una serie de conferencias organizadas por la Fundación Josiah Macy Jr. En estas reuniones, Arturo Rosenblueth destacó que los métodos estadísticos desarrollados por Wiener constituían los fundamentos teóricos de los procesos biológicos de los seres vivos y sugirió comenzar un revolucionario programa de investigación alrededor de estas ideas, el cual fue nombrado como la ciencia cibernética. “Cybernetics es la pronunciación inglesa del término griego original, porque Wiener pensó que era la mejor palabra para expresar el arte y ciencia del control sobre un amplio rango de campos en los que esta noción es aplicable”.
Hacia 1950, la cibernética comenzó a aplicarse en Europa. Pronto, quedó claro que la ciencia ofrecía unabase conceptual revolucionaria y un fundamento práctico para el diseño y producción de máquinas automáticas y tecnología electrónica, así como para la teoría e investigación de las ciencias duras, las ciencias de la vida e incluso las ciencias sociales. “Wiener había iniciado una revolución cuyas implicaciones superarían por mucho las expectativas de su creador”.
El padre de la cibernética fue declarado muerto a las 3:30pm del 18 de marzo de 1964 a los 69 años. “Aunque con el tiempo, la cibernética perdió la batalla por el financiamiento frente a la inteligencia artificial en los Estados Unidos, y a pesar de que la rebeldía de Wiener fue castigada con el olvido de su gobierno y de sus coterráneos, sus ideas inspiraron la revolución tecnológica que vivimos hoy en día”.
“Wiener no sólo realizó contribuciones de gran originalidad, sino que también fue un visionario que anticipó la miniaturización de las computadoras, la revolución tecnológica y la era de la información que vivimos hoy. Su verdadero legado al desarrollo científico y tecnológico del siglo XXI tal vez nunca sea comprendido en toda su magnitud”, concluyó el colegiado.
Fuente: El Colegio Nacional