Las enfermedades olvidadas afectan a más de dos mil millones de personas en el mundo: Adolfo Martínez Palomo

El médico e investigador señaló que existen enfermedades que por su mortalidad son atendidas y estudiadas, como las diarreicas, causantes de hasta un millón 400 mil muertes al año

Mientras el mundo lleva dos años inmerso solamente en la discusión e investigación del COVID-19, en América Latina, incluido México, existen al menos una docena de enfermedades desdeñadas que, con la pandemia y los problemas sociales asociados a la pobreza, incrementan sus efectos en la población, alertó el doctor Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, durante el inicio del ciclo Las enfermedades olvidadas.

En la sesión, transmitida en vivo el jueves 10 de febrero, a través de las plataformas digitales de la institución, participaron Pablo Kuri-Morales, presidente del Comité de Salud de la Fundación Río Arronte, y el colegiado Martínez Palomo, también coordinador del ciclo, quien habló de las causas que en pleno siglo XXI permiten la existencia de padecimientos relegados, conocidos como “tropicales”, y que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “afectan a más de dos mil millones de personas en todo el mundo”.

El médico e investigador señaló que existen enfermedades que por su mortalidad son atendidas y estudiadas, como las diarreicas, causantes de hasta un millón 400 mil muertes al año. Mientras que otros padecimientos, como la cisticercosis, con 25 mil muertes al año en África, “son la causa de síntomas debilitantes, pero no una causa importante de muerte”, por lo que son “olvidadas por los gobiernos”.

También definidas como Enfermedades Tropicales Desatendidas (ETD), padecimientos como la oncocercosis, el paludismo, el chikungunya, la sífilis congénita, o la amibiasis, entre otros, afectan a los países más pobres y la industria farmacéutica deja de interesarse en ellos “porque las personas que tienen ETD no representan un mercado potencial económicamente atractivo”.

El olvido también afecta su investigación. Martínez Palomo señaló que mientras en el mundo había 346 millones de personas con diabetes, en un año se publicaron más de 200 mil investigaciones. “En cambio, sobre la filariasis linfática (o elefantiasis) que se conoce sobre todo en África y que se presentó en 120 millones de personas, la cantidad de publicaciones es verdaderamente abismal, con solamente dos mil.”

En su cátedra, el especialista habló del artículo publicado en la revista Nature, el 10 de febrero de 2022, en el que se señala que “actualmente están en desarrollo 56 mil productos para mejorar situaciones de salud. De éstos, 57% son para tratamiento de cáncer, y solamente el 0.5% es para enfermedades olvidadas que afectan a más de dos mil millones de personas”.

Martínez Palomo habló de los esfuerzos que desde hace más de tres décadas se iniciaron en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para combatir las ETD y alertó sobre los efectos de la pandemia sobre su control, sobre todo después de las desalentadoras cifras de la CEPAL que afirman que en América Latina la pobreza extrema subió a “86 millones en 2021, como consecuencia de la profundización de la crisis social y sanitaria derivada del COVID-19.

Más que un sistema de salud

En la charla inaugural del ciclo que consta de cinco sesiones, Martínez Palomo invitó al doctor Pablo Kuri-Morales, presidente del Comité de Salud de la Fundación Río Arronte para hablar de las alternativas para enfrentar las enfermedades olvidadas.

En su exposición señaló que el año pasado, la OMS publicó el documento “Poner fin a la desatención para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, donde incluye una hoja de ruta sobre las ETD que se espera eliminar en 2030. Se trata de un conjunto “heterogéneo” de 20 enfermedades con características comunes: que tienen “un impacto muy importante sobre las comunidades empobrecidas” y que incluye padecimientos infecciosos, con excepción del envenenamiento por mordedura de serpiente.

“Para que las ETD sean eliminadas hay que contar con un sistema de salud, hay que tener una capacidad de respuesta, trabajo de campo, acceso a medicamentos en muchos casos y una efectividad en la comunicación de riesgo. Es muy importante entender que si solucionamos los problemas de salud, de vivienda, de alimentación, de medio ambiente, de exclusión, de pobreza, de inequidad, incluso hasta de seguridad e ingreso, vamos a poder modificar el curso de estas enfermedades”, afirmó.

“En síntesis, si mejoramos las condiciones sociales generales de la población con trabajo, con seguridad, evidentemente va a haber una mejora en salud”, dijo.

Kuri-Morales señaló que es posible revertir el efecto de los padecimientos olvidados. Como ejemplo, habló de la disminución en México de los casos de lepra y dengue, así como la eliminación de la oncocercosis, la enfermedad de chagas y el tracoma o de la rabia humana transmitida por perros, donde el país es el único del mundo que la ha erradicado totalmente.

Fuente: El Colegio Nacional