Las ciencias y la inteligencia artificial (IA)
Máximo Serdán
La inteligencia artificial (IA) ha revolucionado diversas áreas del conocimiento, incluyendo las ciencias. El impacto real de la IA en las ciencias, con un enfoque particular en la educación y formación al servicio es inminente.
La IA se define como la capacidad de una máquina para realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el aprendizaje, la resolución de problemas y la toma de decisiones (Kurzweil, 2005). En el ámbito educativo, la IA puede ser utilizada para mejorar la preparación de mejores ciudadanos; impactando positivamente mediante la personalización de aprendizaje, simulaciones interactivas y análisis de datos para identificar áreas de mejora, desarrollando habilidades críticas y resolución de problemas, de manera más efectiva y eficiente. Por ejemplo, la Universidad de California en Berkeley ofrece un curso en línea sobre “Inteligencia Artificial para la Administración Pública” que utiliza simulaciones y casos de estudio para enseñar a los estudiantes a aplicar la IA en la resolución de problemas públicos (UC Berkeley, 2022)La singularidad está cerca.
Por tanto esta tecnología puede adaptar el contenido educativo a las necesidades individuales de cada estudiante, ajustando el nivel de dificultad y el estilo de aprendizaje. Ayudar a los docentes a evaluar el progreso de los estudiantes, identificando áreas de fortaleza y debilidad. Proporcionar herramientas y recursos personalizados para estudiantes con necesidades especiales, como dificultades de aprendizaje o discapacidades. Inclusive la traducción automática o la descripción de imágenes facilitando la colaboración entre estudiantes y docentes, a través de plataformas de aprendizaje en línea y herramientas de comunicación. Se puede permitir la creación de entornos de aprendizaje inmersivos e interactivos, utilizando realidad aumentada y virtual. También proporcionar tutoría personalizada y adaptativa, ofreciendo retroalimentación y orientación a los estudiantes
En las ciencias, la IA ha permitido avances significativos en la recolección y análisis de datos, la simulación de modelos complejos y la automatización de procesos. Y en concreto en el servicio público ha encontrado aplicaciones en áreas como la gestión de recursos, la planificación urbana y la evaluación de políticas. Por ejemplo, la ciudad de Barcelona utiliza un sistema de IA para optimizar la gestión de residuos y reducir costos (Ajuntament de Barcelona, 2020); o en Estados Unidos, la Administración de Servicios Generales utiliza la IA para analizar datos de contrataciones y mejorar la eficiencia en la adquisición de bienes y servicios (GSA, 2020).
Por tanto algunas de las ventajas de la IA en la administración pública podríamos mencionar la mejora en la eficiencia y reducción de costos que es el gran reto; o el análisis de grandes volúmenes de datos para la toma de decisiones informadas e inclusive la automatización de procesos repetitivos y tediosos. Desde luego que existen desventajas como la dependencia de la calidad de los datos y la programación así como el riesgo latente de sesgo en los algoritmos y la toma de decisiones o hasta la pérdida de empleos debido a la automatización.
En conclusión, la IA ha tenido un impacto significativo en las ciencias, incluyendo la administración pública. Su aplicación en la preparación de mejores ciudadanos y por ende en nuevos servidores públicos puede mejorar la eficiencia y la efectividad en la resolución de problemas públicos. Es fundamental continuar investigando y desarrollando la IA para maximizar sus beneficios y minimizar sus riesgos. Para ello hagamos una reflexión de las implicaciones que conlleva ir dejando más laxo el pensamiento humano al utilizar a las máquinas como una muleta del cerebro, así como nos pasó con los números de teléfono que pocos recordamos ya porque un dispositivo lo hace por nosotros.
Fuente: elsoldepuebla.com.mx