La pérdida del cromosoma y en la vejez tiene impacto en la salud y esperanza de vida: Diego Cortez Quezada

“No todos los tejidos de nuestro cuerpo envejecen igual, por eso, no siempre tenemos el mismo tipo de cáncer”, sostuvo Cortez Quezada

“Cuando se pierde en el cromosoma Y en la vejez, esto tiene un impacto muy importante en la salud y en la esperanza de vida de las personas. En general, las mujeres viven más que los hombres”, expuso Diego Cortez Quezada, investigador del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, en una nueva sesión del ciclo Universidades por la ciencia, coordinado por Jaime Urrutia Fucugauchi, miembro de El Colegio Nacional.

Al impartir la conferencia La vejez y el acto de desaparición del cromosoma Y, Cortez Quezada sostuvo que hace dos años se tuvieron, en México, más defunciones de hombres que de mujeres, a pesar de los desarrollos médicos importantes como las vacunas, la tecnología para cirugía y los tratamientos contra enfermedades. “Vemos que, aunque los hombres y las mujeres tienen acceso a las mismas tecnologías y tratamientos, siempre hay una diferencia en la esperanza de vida entre ambos”.

De acuerdo con un estudio realizado en Suecia, que consistió en tomar muestras sanguíneas en personas de la tercera edad, la esperanza de vida era más alta en aquellas personas con menor pérdida de cromosoma Y. Es decir, que aquellos hombres que tenían muchas células sin cromosomas Y, se murieron antes que las mujeres que tenían células con este cromosoma.

Cortez Quezada, experto en la evolución de los cromosomas sexuales en mamíferos, recordó que los cromosomas contienen la información genética que se encuentra dentro de cada célula, son los genes necesarios para construir un organismo y son los que codifican para que los humanos se vean como se ven. La información genética humana está dividida en cromosomas, que son pares de pedacitos de material genético.

“Los cromosomas sexuales son los conocidos como X y Y. En el caso de los seres humanos y los mamíferos, las mujeres y las hembras tienen dos cromosomas XX, mientras que los hombres y machos tienen un cromosoma distinto cuya estructura es XY”. El científico detalló que el cromosoma X es muy grande, y el cromosoma Y es muy pequeño. “Sabemos que el cromosoma Y era idéntico al cromosoma X hace algunos millones de años, después apareció en el cromosoma Y lo que llamamos el gen que determina el sexo”.

En otras palabras, el cromosoma Y es un cromosoma X degenerado y, con el paso del tiempo, éste ha perdido material genético, a la fecha sólo tiene 40 genes, el 2% de los genes que tenía originalmente cuando era cromosoma X, alrededor de dos mil.

El experto puntualizó que la enfermedad que está más relacionada con la pérdida del cromosoma Y es el cáncer. De todas las enfermedades que existen, fue la más común entre las personas que a las que se les detectó la falta de este cromosoma. “No sabemos con precisión cómo se pierde el cromosoma Y, pero sí los factores que aumentan su pérdida, por ejemplo, fumar. También se ha visto que la perdida de este cromosoma está relacionada con enfermedades degenerativas como el Alzheimer”.

En palabras del investigador, hay un fenómeno que ocurre en diferentes momentos de la vida, conocido como pérdida del cromosoma Y, en inglés denominado LOY (Loss of Y Chromosome). “Quiere decir que hay células en donde están todos los cromosomas, menos el Y. Esa desaparición se puede dar durante el desarrollo embrionario, lo que significa que casi todas las células del individuo no van a tener el cromosoma Y”. En relación a esto, existe el síndrome de Turner, mujeres de estatura pequeña, que tienen problemas cardiovasculares, reproductivos y en el desarrollo del cuerpo en las extremidades y los músculos.

“Si este síndrome se detecta a tiempo, por ejemplo, en un recién nacido, se puede dar terapia hormonal, de estrógenos, para reducir el impacto fenotípico de la ausencia del cromosoma Y, además de tener un fenotipo de una mujer perfectamente normal. También puede suceder la pérdida del cromosoma Y en las células del testículo en jóvenes y adultos, podemos tener errores en la maquinaria celular, en su reparación o mantenimiento y perder este cromosoma”. Lo que repercute en la pérdida de producción de espermatozoides y en la fertilidad.

De acuerdo con un experimento realizado con roedores, en el Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, se detectó que partes del cuerpo como el vaso, el cerebro, el riñón y el hígado pierden con mayor frecuencia el cromosoma Y, mientras que tejidos como el músculo, el páncreas, la piel y la médula no lo hacen. “Esto quiere decir, que no todos los tejidos de nuestro cuerpo envejecen igual, por eso, no siempre tenemos el mismo tipo de cáncer, y porque a veces ocurre en un tejido o en otro”.

“LOY causa la muerte temprana de machos en mamíferos, sabemos que hay un gen en el cromosoma Y que se llama KDM5D, es un protector contra el cáncer que está ahí, en la proteína, evitando un daño en el DNA. Si desaparece el cromosoma, desaparece la proteína y no se puede corregir correctamente a nivel genético, es una célula que rápidamente puede desencadenar en algún tipo de cáncer”, subrayó el experto.

En la conferencia, transmitida el 19 de septiembre por las plataformas digitales de El Colegio Nacional, Cortez Quezada concluyó que no se conoce con exactitud cómo es que desaparece el cromosoma Y, pero se piensa que tiene que ver con que es un cromosoma muy pequeño y, al momento en el que las células se dividen, éste puede desaparecer. “No sabemos cómo lo anterior se relaciona con las edades más avanzadas y no con los jóvenes”.

Fuente: El Colegio Nacional