La ciencia no sólo nos ayuda a comprender el mundo en todas sus dimensiones, nos vuelve más humildes: Alejandro Frank

Subrayó que “la vida de un científico es apasionante, es tan emocionante como la de un compositor o un pintor. Yo me diría: no pierdas la esperanza de que podemos cambiar el mundo”

“La ciencia ha tenido impacto en lo complejo, en lo que atañe a los seres humanos en la salud, la ecología y la vida. La ciencia es capaz de analizar todo este enorme rango desde lo más pequeñito hasta el universo mismo”, sostuvo el colegiado Alejandro Frank, en la conferencia ¿Por qué la ciencia es maravillosa?, que formó parte del segundo día de actividades de la 9.ª Feria Nacional de ciencias #micelioPAUTA, realizada en El Colegio Nacional.

En el Aula Mayor de la dependencia, abarrotada de jóvenes de secundaria y bachillerato del Programa Adopte un Talento (PAUTA), el físico mexicano dijo que, para entender la importancia de la ciencia, era necesario recordar a los átomos. “Son tan pequeñitos, del orden de una cienmillonésima de centímetro, y tienen un núcleo diez mil veces más pequeño y, sin embargo, los científicos hemos logrado entenderlos y maravillarnos con sus propiedades que fueron cocinadas dentro de las estrellas. La frase de que somos polvo de estrellas es literalmente cierta”.

Señaló que el libro La más bella historia del mundo (1995) plantea que la ciencia es una de las mayores adquisiciones de los siglos, “la ciencia dispone, en la actualidad, de un relato completo de nuestros orígenes. Ha reconstruido la historia del mundo, su edad y su inicio”. Aseguró que, en los últimos siglos, los científicos han entendido que la naturaleza no es un conjunto de reglas arbitrarias, sino que sorpresivamente sigue ciertos patrones y simplificaciones, basadas en cuatro fuerzas principales que dominan todo lo demás: gravedad, electromagnetismo, fuerza nuclear débil y fuerza nuclear fuerte. “Hemos logrado construir modelos para entender átomos y moléculas sin poderlos ver”.

En palabras del investigador y catedrático, en este momento, la humanidad es testigo del cambio climático y son los científicos los que pueden entenderlo, investigarlo y, tal vez, detener este peligro para la humanidad. Pero los humanos son la plaga de la enfermedad del planeta. “Tengo la confianza de que la ciencia, en colaboración con una política más humana, más inteligente, puede paliar algunos de estos efectos que se manifiestan como los incendios, los huracanes o las inundaciones”.

Puntualizó que los científicos han logrado mucho, desde llegar a la Luna hasta descifrar el ADN que contiene las reglas que rigen a la vida en la Tierra, pasando por los estudios de la conciencia y el funcionamiento del cerebro, pero tienen que ser optimistas. “La ciencia nos muestra que todos somos humanos. No sólo nos ayuda a comprender el mundo en todas sus dimensiones, sino que nos vuelve más humildes”.

De acuerdo con el ponente, México tiene grandes científicos en diferentes áreas del conocimiento tal es el caso de los colegiados Susana López Charretón, Susana Lizano, Julia Carabias y María Elena Medina-Mora, así como los colegiados Ranulfo Romo, Ruy Pérez Tamayo, Pablo Rudomin, José Antonio de la Peña y Luis Felipe Rodríguez Jorge.

Alejandro Frank hizo alusión a una de las frases del divulgador científico Ruy Pérez Tamayo, quien decía que la razón para ser un científico era la de ser feliz. “El esqueleto de la ciencia son los hechos, pero los músculos y los nervios son el significado que se le confiere, el alma de la ciencia son las ideas”. Enfatizó que la verdad no se decide por el voto popular, “la verdad se tiene que buscar con humildad”.

Se refirió a al libro Diez razones para ser científico del médico patólogo fallecido en enero de 2022, en el que se plantearon los siguientes motivos para dedicarse a las disciplinas del conocimiento: para hacer siempre lo que me gusta, para no tener jefe en el trabajo, para no tener horario en el trabajo, para no aburrirme en el trabajo, para usar mejor mi cerebro, para que no me tomen el pelo, para conocer a otros científicos de México y el mundo, para estar siempre bien contento y para no envejecer. “Es casi imposible aburrirse si uno estudia la naturaleza con impulso, con ganas, con pasión”.

Al responder a la pregunta ¿cuál es el futuro de la ciencia?, realizada por uno de los jóvenes asistentes, el colegiado aseguró que no se sabe realmente hacia dónde va la ciencia, “sabemos que la Inteligencia Artificial tendrán un papel clave, que enfrentaremos el cambio climático, pero lo que puedo decir con toda seguridad es que para ustedes (jóvenes) sigue habiendo un universo enorme de conocimientos por encontrar. No creo que la ciencia se vaya a terminar jamás”.

Enfatizó que la ciencia es universal, es un lenguaje común y la mejor manera de impulsar el desarrollo y la independencia de México. “La vida de un científico es apasionante, es tan emocionante como la de un compositor o un pintor. Y las matemáticas son tan o más bellas, sólo que no las podemos escuchar. Yo me digo a mí mismo: no pierdas la esperanza de que podemos cambiar el mundo”, concluyó el científico.

Fuente: El Colegio Nacional