En palabras del arqueólogo mexicano, “el museo es un medio de difusión del INAH que cumple con la misión de formar cuadros de arqueólogos, antropólogos y restauradores, al tiempo que impulsa la investigación, la conservación y la difusión”

El Museo del Templo Mayor es un recinto a escala humana, es decir visitable en su totalidad, que permite que los mexicas conquisten el mundo, afirmó Eduardo Matos Moctezuma, integrante de El Colegio Nacional y coordinador del ciclo En busca de Tenochtitlan y Tlatelolco.

Al impartir la conferencia Los mexicas conquistan el mundo, transmitida en vivo el 13 de agosto por las plataformas digitales de la institución, el arqueólogo mexicano estuvo acompañado por Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor. Recordó que la idea del ciclo fue dar a conocer los aportes de la arqueología en relación con el conocimiento del pueblo mexica, sobre todo, a través de sus dos grandes ciudades, Tenochtitlan y Tlatelolco.

Explicó que el 13 de agosto cayó Tlatelolco, como último reducto de defensa indígena, en poder de Hernán Cortés y de las fuerzas indígenas que apoyaron al conquistador. “El título de esta última conferencia se refiere a cómo, a través de diversos medios de difusión, podemos llevar a todo el mundo los alcances del Proyecto Templo Mayor, del Programa de Arqueología Urbana, de las diversas investigaciones que se han dado con ayuda de los equipos de investigación, museografía, administrativos y una gran cantidad de personas que colaboran.”

Agregó que “por medio del Museo del Templo Mayor tenemos un alcance enorme hacia el mundo”. Afirmó que el recinto es visitado por nacionales y extranjeros y cuenta con medios de difusión como las exposiciones, tanto al interior del espacio como las que han recorrido el país y otros lugares del planeta, además de ciclos de conferencias, libros y catálogos.

En palabras del fundador del Proyecto Templo Mayor, existen alrededor de mil 250 fichas bibliográficas del museo, entre ellas más de cien tesis de diferentes niveles. En 43 años de investigación, la conquista del mundo por los mexicas también se ha dado gracias a los visitantes que acuden a la zona arqueológica. “Tenemos visitas como Margaret Thatcher; el presidente de Estados Unidos en su momento, Jimmy Carter; el presidente de derechas de Francia, Giscard d´Estaing; y de François Mitterrand. Lo que más nos interesa es la presencia impresionante del público, ese público anónimo que recorre las salas y las exposiciones.”

El arqueólogo mexicano hizo referencia a que el recinto histórico fue diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez a escala humana, lo que significa que los asistentes pueden recorrerlo todo perfectamente y cautivarse dentro. “El hecho es que el museo realmente ha logrado una presencia a nivel nacional y fuera del país impresionante. Es un medio de difusión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que cumple con la misión de formar cuadros de arqueólogos, antropólogos y restauradores, al tiempo que impulsa la investigación, la conservación y la difusión.”

Eduardo Matos Moctezuma también explicó que los objetos prehispánicos no pueden salir del país sin la autorización del presidente de la República. “Siempre he dicho que es un trabajo delicado, estamos manejando patrimonio del pueblo de México, parte de su historia, porque cada objeto tiene información para entender a la sociedad que lo creó. El arqueólogo y el restaurador buscan el aspecto científico, que se conozca, que se establezcan vínculos con otros países a través de la cultura y el conocimiento de la historia.”

Al tomar la palabra Patricia Ledesma, directora del Museo del Templo Mayor, comentó que el Templo Mayor surgió del subsuelo de la ciudad cuando no todos apostaban por encontrar algo significativo. “En 1521 ocurrió una guerra sin precedente en la Cuenca de México, cuyo desenlace estuvo bajo el escrutinio del mundo mesoamericano de esos tiempos, es decir desde esos años hemos sido trending topic.”

Explicó que lo ocurrido después de la captura de Moctezuma y su corte el 13 de agosto, reportados en distintas fuentes indígenas y europeas, también se puede identificar por las huellas arqueológicas. “La imposición de la nueva ciudad por encima de la prehispánica, con un cambio radical en los espacios urbanísticos y arquitectónicos, logró por algún tiempo su cometido. Sin embargo, los dioses se negaron a morir, citando a Eduardo Matos. Esculturas del antiguo mundo aparecían aquí y allá, templos y ofrendas en el subsuelo y así como fueron manos humanas las responsables de la destrucción de la ciudad, manos humanas también habrían de ser las encargadas de recuperarla.”

La arqueóloga mexicana enfatizó que fue el antropólogo Manuel Gamio quien dio luz sobre el pasado mexica, después de que en 1914 encontró restos arquitectónicos prehispánicos y determinó su pertenencia al antiguo Templo Mayor de Tenochtitlan. Gamio expresó la importancia de preservar y asegurar el lugar y de construir una modesta ventana arqueológica.

“En los años 40, se logró encontrar el Templo Mayor de Tlatelolco, mismo que fue inmortalizado en el Códice Florentino en una de las últimas imágenes que hablan sobre el episodio de la conquista. El 21 de febrero de 1978 ocurrió un hallazgo que le daría un nuevo giro a la historia, la diosa de la Luna, Coyolxauhqui, aparecía ante la mirada de propios y extraños. Los trabajos de salvamento se le encargaron a Eduardo Matos y junto con un grupo de expertos empezarían uno de los proyectos más destacados de la arqueología mexicana: el Proyecto Templo Mayor.”

De acuerdo con la especialista, los objetos encontrados en el lugar y el descubrimiento de otros edificios contiguos requirieron años de trabajo y estudio concienzudo de las fuentes históricas, la publicación de las investigaciones y la rica discusión con académicos no mexicanos y de todo el mundo. “La riqueza de la colección fue suficiente para que se creara un museo, que fue inaugurado en 1987, y que ha sido visitado por más de 20 millones de personas en sus escasos 34 años de vida.”

Puntualizó que en el recinto ocurren las cuatro labores principales del INAH, se investiga y se conserva, se prepara a los futuros profesionales, y se divulga y difunde el patrimonio, a través de las salas permanentes y temporales, de las conferencias, talleres y redes sociales. “De esta forma, el mundo mexica, que con heroico esfuerzo fue protegido hasta su último aliento en 1521, hoy podemos conocerlo a detalle gracias a la arqueología, la conservación y la historia.”

Ledesma enfatizó que “la colección ha viajado a muchas partes de México y a exposiciones internacionales, incluso ha roto récords de asistencia en otros países. De acuerdo con nuestros registros, hemos estado en 40 exposiciones internacionales, es decir más de una al año. No cabe duda de que el interés por nuestras culturas prehispánicas, por ese mundo que nos enfrenta con una cara distinta a nuestra humanidad, además de atractivo, es fundamental para comprender nuestra naturaleza, como dice Eduardo Matos: los mexicas conquistan el mundo”.

Fuente: El Colegio Nacional