Gracias al descubrimiento de la estructura del ADN nos conocemos mucho mejor: Francisco Bolívar Zapata

Bolívar Zapata sostuvo que, gracias a esta estructura, se pueden construir organismos transgénicos. “Lamentamos que el gobierno actual no esté dispuesto a discutir su uso, cuando el planeta los utiliza ampliamente por sus importantes beneficios”

A siete décadas del descubrimiento de la estructura del ADN, realizado por los biólogos moleculares estadounidenses James Watson y Francis Crick, quienes publicaron en 1953 su artículo en la revista científica Nature, El Colegio Nacional celebró este hallazgo con la mesa 70 años de la doble hélice del DNA, transmitida en vivo el 23 de mayo por las plataformas digitales de la institución.

La sesión formó parte del ciclo El maravilloso mundo de los virus, coordinado por la colegiada Susana López Charretón, y contó con la participación de los también colegiados Francisco G. Bolívar Zapata y Antonio Lazcano. Al tomar la palabra, el bioquímico Francisco Bolívar Zapata aseguró que el descubrimiento de la estructura del ADN, ácido desoxirribonucleico, proteína que habita el núcleo de las células y es el principal constituyente del material genético de los seres vivos, “fue un momento muy importante para la humanidad, porque gracias a eso nos conocemos mucho mejor”.

Sostuvo que este hallazgo ha permitido la ingeniería genética, la edición del genoma y el desarrollo de organismos transgénicos recombinantes, que son la base para la generación de productos con múltiples y valiosos beneficios en diferentes sectores. “Motivo por el cual es injusto y lamentable que se haya prohibido el uso del maíz transgénico en 2024 por un decreto del presidente”.

El miembro de El Colegio Nacional citó el Capítulo II del libro Transgénicos: grandes beneficios, ausencia de daño y mitos, publicado en 2017 por el Comité de biotecnología de la Academia Mexicana de Ciencias. Definió a la biotecnología moderna como el uso responsable y sustentable de la biodiversidad, del conjunto de los seres vivos que son parte de la naturaleza, incluyendo los organismos transgénicos. “Esta disciplina utiliza los componentes biológicos fundamentales de los organismos vivos, células, ADN, ARN y proteínas”, lo que no sería posible sin el estudio publicado hace siete décadas por los científicos norteamericanos.

Bolívar Zapata expuso que los humanos utilizan a otros seres vivos para satisfacer sus necesidades de alimento, salud y vivienda, por ello se ha dañado y contaminado al planeta y su biodiversidad. “Los recursos naturales se agotan y de ahí la relevancia del desarrollo de la biotecnología moderna de manera responsable, que contribuya al estudio y caracterización científica de los organismos vivos, sus partes y sus productos. El reto es modernizarla”.

El colegiado recordó que el genoma es el conjunto de todos los genes compuestos de ADN que se encuentran en los cromosomas de los organismos vivos, “este es el hallazgo de hace 70 años que celebramos. Se sabe que los humanos tienen trillones de células organizadas y alrededor de 20 mil genes. Además, los humanos tienen 23 pares de cromosomas en las células y son los cromosomas “X”, “Y” los que determinan el sexo”.

Expuso que, al utilizar este conocimiento científico sobre los componentes y funciones de los seres vivos, y con ayuda de las poderosas técnicas de ingeniería genética y edición como CRISPR-Cas9, es posible modificar con transgenes y editar el ADN para conferirle nuevas propiedades importantes. “Esto significa conferirle al ADN fragmentos de ADN de otro origen natural, lo que se conoce como transgenes, para darles un valor agregado”.

En palabras del pionero en la producción de proteínas de origen transgénico, los organismos transgénicos son construidos por ingeniería genética y con técnicas de edición de ADN. Enfatizó que sus beneficios se pueden encontrar en sectores como el de salud, por los medicamentos avanzados, y en el campo, gracias a las plantas transgénicas resistentes a las plagas de insectos, lo que permite reducir el uso de insecticidas y avanzar a un planeta sustentable.

“El conjunto de estos conocimientos científicos acumulados por cientos de años, que no es neoliberal, permite el uso y manejo del material genético, el estudio integral y la modificación precisa y dirigida de seres vivos integrantes en la biota”. Explicó que las plantas genéticamente modificadas son parecidas a las parentales, ya que solo tienen uno o dos genes diferentes, lo que significa que son composicional y sustancialmente equivalentes.

De acuerdo con Watson y Crick, la estructura del ADN consiste en dos hélices complementarias, cada una de estas hebras son polímeros biológicos integrados por cuatro tipos de nucleótidos, A, G, C, T, Adenina, Guanina, Citocina y Tiamina. “Se dice que ambas células son complementarias, porque para ambas a cada A le corresponde una T, a cada G una C, a cada T una A y a cada C una G. el genoma humano tiene más de tres mil millones de pares de nucleótidos en sus 23 pares de cromosomas. Esta es la manera en la que está organizado el ADN en todos los seres vivos”.

El colegiado agregó que el fenómeno de la transcripción del código genético es universal, esto significa que todos los seres vivos lo utilizan para sintetizar las proteínas. “Las proteínas son las herramientas biológicas más importantes con las que cuentan las células de todos los seres vivo, esto fue parte de las enseñanzas de Watson y Crick”, aseguró el científico mexicano.

Comentó que, “gracias a que conocemos la estructura del ADN, podemos hacer ingeniería genética para construir organismos transgénicos y modernizar la biotecnología. Lamentamos que el gobierno actual no esté dispuesto a discutir el uso de los transgénicos cuando el planeta los utiliza ampliamente por sus importantes beneficios. Esperamos que las evidencias sobre los beneficios del maíz transgénico permitan que en 2024 se siga importando y consumiendo en el país, lo que hemos hecho por más de 20 años sin daño. Es necesario avanzar hacia un planeta sustentable”.

Por su parte, el colegiado Antonio Lazcano aseguró que es un privilegio escuchar a alguien que participó en el proceso histórico del desarrollo de las técnicas de RNA recombinante. “El uso y manejo responsable de estas técnicas implica que éstas sean utilizadas al servicio de todo el mundo”. Compartió que, en muchas facultades y escuelas de ciencias, los alumnos toman clases de bioética y participan en discusiones sobre el desarrollo científico para evitar que un descubrimiento repentinamente empiece a ser aplicado y cause daños terribles.

“Históricamente nunca se ha logrado prohibir el desarrollo científico. Necesitamos controles sociales, democráticos, en donde los representantes democráticamente elegidos tengan claro lo que significa el pacto de un nuevo descubrimiento” y la importancia de que la sociedad esté mejor informada, concluyó el biólogo mexicano.

En su participación, la colegiada Susana López Charretón comentó que la doble hélice es una composición absolutamente sencilla y a su vez “una cinta con toda la información que nos hace seres vivos, una poesía escrita en estructura”. Detalló que “estamos viviendo en una época de mucha mala información y por eso es muy importante este tipo de pláticas para que la gente no demonice lo que quiere decir la manipulación del genoma y para mostrar las bondades del DNA y de su manipulación”.

“Estamos acostumbrados a ver demasiadas películas de zombies, que tenemos suficientes malas noticias como para inventarnos nuevas”, también es importante mostrar “el uso responsable de este tipo de metodologías y del DNA, porque es lo que nos permite sobrevivir a muchos sucesos como la pandemia”.

La viróloga mexicana subrayó que las vacunas exitosas que se han utilizado para la COVID-19 están basadas en la modificación del DNA y RNA, “entonces los transgénicos hacen maravillas por nosotros. Con la técnica del CRISPR-Cas9 podemos editar una gran cantidad de secuencias genéticas y estamos muy cerca de terapias génicas”, finalizó.

Fuente: El Colegio Nacional