Extender el confinamiento “más allá de lo necesario no solo afecta a la economía, sino también a la salud”: Julio Frenk

Las pandemias han acompañado a la humanidad desde que existe la movilidad de los seres humanos, en especial aquellas ligadas al comercio, enfatizó el actual rector de la Universidad de Miami

La pandemia por COVID-19 ha dado lugar a una discusión, en México y en todo el mundo, entre si se debe privilegiar la salud o la economía. Para Julio Frenk, integrante de El Colegio Nacional, se trata de un falso dilema, porque los dos objetivos se refuerzan mutuamente.

“Dada la situación no había más remedio que apelar a las medidas masivas de mitigación, pero es claro que extender esas medidas más allá de lo necesario no sólo afecta a la economía, sino también a la salud, porque la gente no puede estar encerrada indefinidamente, eso ocasiona otros problemas de salud; incluso, muchos hogares experimentaron violencia intrafamiliar”.

Al dictar la conferencia La pandemia en el contexto de la salud global, transmitida por las plataformas digitales de El Colegio Nacional, el 1 de julio, quien fuera titular de la Secretaría de Salud en México -de 2000 a 2006- aseguró que la propia permanencia en casa termina por fomentar el sedentarismo y genera otros factores de riesgo.

“Y al revés: abrir la economía de manera irresponsable, poco cuidadosa o de forma prematura no sólo afecta a la salud, sino también termina afectando a la economía, porque muchas veces está haciendo que los países tengan que volver a caer en las estrategias de mitigación y restituir el aislamiento de la gente tiene un efecto devastador”.

El colegiado aseguró que el confinamiento en casa se tuvo que pedir, porque hubo una respuesta tardía frente a la pandemia, pues para el momento en que muchos países respondieron, ya se había enraizado a tal grado la transmisión comunitaria, que resultaba imposible acudir a la respuesta más tradicional de la salud pública:

“Hacer muchas pruebas, tener un buen sistema de vigilancia epidemiológica, detectar dónde hay un brote al principio, rastrear los contactos de aquellos casos positivos y solamente aislar a estos casos y a sus contactos; aquí, sin embargo, no hubo más remedio que pasar a una estrategia de mitigación”.

Julio Frenk advirtió sobre la importancia de no repetir los errores del pasado: terminar la pandemia y volver a las cosas como antes, “pensando que la vamos a librar la próxima vez”. Resulta indispensable atender esta llamada de atención, donde el mundo desarrolle un operativo permanente de vigilancia global, de alarma y de respuesta rápida para enfrentar las siguientes pandemias.

“En todas las emergencias previas hubo una gran atención, se aplicaron recursos cuantiosos, pero una vez que pasó, las cosas volvieron a la situación anterior, se redujeron las inversiones y caímos en la complacencia y ahora estamos pagando un precio muy alto: con una fracción infinitesimal de las pérdidas económicas que esta pandemia ha ocasionado, pudimos financiar un sistema global de alarma y de respuesta extraordinariamente robusto”.

Dentro de las reflexiones de su conferencia, el director fundador del Instituto Nacional de Salud Pública, alertó acerca del peligro de pedir la desaparición de instituciones como la Organización Mundial de la Sala (OMS), altamente perfectible, pero que permite ofrecer una respuesta a problemas como el que se vive en la actualidad, más allá de que en algunos países no siempre se tomen en cuenta sus recomendaciones.

“Países como Rusia, Brasil, Estados Unidos y México están muy lejos del fin de sus respectivas epidemias; los mandatarios de estos países trivializaron el riesgo que el COVID-19 representaba y desatendieron los llamados de los médicos y de los expertos; muchas veces se opusieron públicamente a las recomendaciones, echando mano de ideas que son más propias del pensamiento mágico y la respuesta es muy clara: el precio que estamos pagando por la desconfianza de los líderes populistas en la ciencia es enorme”.

En su conferencia el especialista reconoció que una de las lecciones de la pandemia fue haber disipado el mito misógino de que las mujeres no pueden ser líderes políticas, porque en esta emergencia “mostraron ser mucho más efectivas que en los países gobernados por varones, donde predominó la visión populista de sus gobiernos”.

Dentro de los efectos positivos de la pandemia, a decir de Julio Frenk, se encuentra el extraordinario nivel de cooperación que se ha generado en la comunidad científica internacional, pues en la actualidad se cuenta con alrededor “de 120 candidatos para una vacuna y más de 10 están entrando en fases de ensayos clínicos, a una velocidad extraordinaria”.

Por ello, durante su exposición llamó a fortalecer la inversión en ciencia y en desarrollo tecnológico, bajo la certeza de que lo único que nos va a permitir derrotar a estos virus es el conocimiento científico, para lo cual “tenemos que construir una plataforma de manera que para futuras pandemias, en cuanto se secuencie el genoma de virus que surja en el futuro, podamos movilizar las plataformas para desarrollar pruebas, medicamentos y vacunas con mucha mayor rapidez”.

“Además, estamos ante un evento realmente muy grave para la humanidad y espero que la gran lección que aprendamos sea que debemos cuidar mejor a nuestro planeta, a las especies no humanas, usar esta oportunidad para elevar la conciencia sobre el daño que le hacemos al planeta y a nosotros mismos, mediante el cambio climático y el uso de combustibles fósiles: tenemos que cambiar nuestras prácticas no sustentables de invasión de otros ecosistemas”, destacó.

Todo ello bajo el convencimiento de que a quienes trabajan en la salud pública: “la pandemia no nos tomó por sorpresa: la pregunta que nos hemos hecho no es si habría una pandemia, sino cuándo”, a decir de Julio Frenk.

Fuente: El Colegio Nacional