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Experimento mexicano en la Estación Espacial Internacional (EEI) de la NASA

José Ángel Cobos Murcia

Doctor en Química por la Universidad Autónoma Metropolitana y es beneficiado con la Cátedra Conacyt desde 2014 en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, en el área académica de Ciencias de la Tierra y los Materiales

En 1998 se inició la construcción de una Estación Espacial Internacional (EEI), que se encontraría rodeando la Tierra en una órbita de 400 km sobre la superficie terrestre a una velocidad de 28,000 km/h. Sin embargo, la noticia más importante no era la capacidad técnica, ni las ventajas de estas instalaciones o que fuera la primera, ya que la estación espacial rusa MIR ya se encontraba en órbita y tripulada desde mediados de los 80´s. La verdadera noticia era considerar la construcción de la EEI con la participación de 16 países, siendo un gran logro para la humanidad después de haber pasado la guerra fría.

A finales de ese año, el proyecto vio su amanecer al poner en órbita el primer módulo Zarya y comenzó su crecimiento con el acoplamiento del primer módulo Unity. Posteriormente se fueron incorporando más módulos de diferentes países como Estados Unidos, Rusia, Japón, Brasil, Canadá, Italia y la Unión Europea. Estos módulos son nodos, habitaciones, laboratorios centros de producción y control del soporte vital como agua, energía y atmósfera. Aunque su conclusión estaba programada para el año 2011, los países involucrados consideraron su continúa ampliación, y desde el 2000 hay una tripulación permanentemente en la EEI de tres expertos y en 2009 incrementó a seis.

El conocido divulgador de la ciencia, Carl Sagan manifestó su desacuerdo respecto a la utilidad que tendría la Estación Espacial Internacional, y fue hasta después de su muerte que despegó aquel cohete ruso Protón para colocar al Zarya. Sin embargo, la EEI ha arrojado resultados importantes en los experimentos realizados en los cuatro laboratorios con los que cuenta.

El Laboratorio Nacional de la EEI de Estados Unidos es administrado por el Centro para el Avance de las Ciencias en el Espacio, CASIS por sus siglas en inglés. En 2001 implementaron Los Experimentos de Materiales de la EEI (MISSE) en el exterior de la estación, donde han evaluado diferentes materiales utilizados en su construcción. Este estudio dió continuidad a los cuatro realizados en la Estación Espacial Rusa MIR entre los años 96 y 97 para evaluar el Efecto Ambiental en la Carga Útil (MEEB).

Por lo que, el propósito principal de los estudios MISSE es evaluar la exposición de polímeros y recubrimientos a condiciones ambientales de una órbita baja, donde se encontrarán expuestas a partículas cargadas como electrones y protones, radiación ultravioleta, rayos X y cósmicos, dilatación y contracción por cambios de temperatura y choque con oxígeno atómico. La intensidad de cada una de ellas dependerá de la posición en la cual se colocan en el exterior de la EEI y que pueden ser cuatro posiciones diferentes en el sentido de la dirección del viaje: de frente (Ram), en contra (Wake), por arriba (Cenit) y por debajo (Nadir).

Los primeros ocho experimentos MISSE se realizaron en Contenedores de Experimentos Pasivos (CEP), que son módulos cuadrados no mayores a un metro de cada lado, evaluando las diferentes posiciones y cuyo principal objetivo era analizar todos los materiales usados en la construcción de la EEI.

A partir del noveno experimento se consideró la instalación de la MISSE-FF, que es una plataforma para colocar 14 contenedores intercambiables con experimentos, orientándolos en cualquiera de las posiciones y que fue lanzado hacia la estación espacial apenas el pasado 15 de diciembre.

Con los MISSE se han probado más cuatro mil muestras de diferentes materiales como lubricantes, pinturas o polímeros para demostrar la durabilidad en un entorno espacial. Sin embargo, como sucede con los desarrollos tecnológicos de la NASA, los resultados son privatizados una vez explotada la tecnología en aplicaciones requeridas.

Es así, como crean la empresa Alpha Space, la cual tiene el propósito de brindar el servicio a particulares que requieran evaluar materiales en condiciones extremas y aceleradas. Lo cual es importante en pinturas, recubrimientos o acabados, ante el efecto de la radiación solar o lo erosivo del oxígeno atómico con el propósito de mejorar sus productos en un tiempo relativamente corto.

A principios de este año la empresa AEXA anunció que, derivado de un convenio firmado con la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, se enviará un experimento que será lanzado al espacio en el mes de noviembre próximo.

La muestra tiene el propósito de evaluar cinco recubrimientos metálicos preparados por métodos electroquímicos sobre acero inoxidable, para evaluar el cambio de las propiedades de los depósitos bajo estas condiciones de exposición a lo largo de un año.

Por lo que, la ciencia mexicana estará representada en la EEI por la investigación electroquímica realizada en Hidalgo con la realización de un experimento sin precedentes en los MISSE y en la electroquímica, ya que permitirá desarrollar metodologías, protocolos y procedimientos para nuevos materiales de gran relevancia en todas las ramas económicas donde la electroquímica tiene impacto.

Fuente: Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo