Estamos construyendo una sociedad con una gran capacidad científica y autodestructiva: Jaime Urrutia Fucugauchi

Hiroshima fue devastada por el uso de la bomba nuclear. Lo que se ha construido en el lugar después de ese momento representa una búsqueda por la paz y la armonía entre las sociedades: Jaime Urrutia Fucugauchi

“La posibilidad de una guerra nuclear existe, no habrá ganadores ni perdedores, es la humanidad la que estará afectada directamente”, afirmó Jaime Urrutia Fucugauchi, miembro de El Colegio Nacional, al impartir la conferencia Hiroshima y la paz, transmitida en vivo el 10 de mayo por las plataformas digitales de la institución.

La sesión, realizada en el contexto del Año Internacional de Ciencia Básica en el Desarrollo Sostenible, formó parte del ciclo Universidades por la ciencia, organizado por El Colegio Nacional, Fundación UNAM y un grupo de instituciones que conforman el Consorcio Universidades por la Ciencia. Contó con la participación de Araceli Rodríguez, directora ejecutiva de la Fundación UNAM, y de Víctor Hirata, presidente de la Asociación de Hiroshima en México.

Al tomar la palabra, la directora Araceli Rodríguez dijo que, en medio de un conflicto bélico como el de Rusia y Ucrania, es momento de hacer conciencia de lo que podría suceder, de cómo afectaría al medio ambiente y cómo podría dañar a la humanidad: “Hiroshima nos ha marcado y no se debe volver a repetir nunca jamás”.

Por su parte, Víctor Hirata, comentó que la Asociación de Hiroshima en México es una agrupación formada para promover la cultura de esta localidad japonesa. Fomenta e impulsa sus tradiciones, la armonía, la amistad y la paz mundial: “Hay que tomar conciencia, porque con el total de armamento nuclear que hay en el mundo se puede destruir al planeta en 10 segundos”.

Hiroshima fue devastada por el uso de la bomba nuclear el 6 de agosto de 1945, lo que se ha construido en el lugar después de ese momento representa una búsqueda por la paz y la armonía entre las sociedades. La palabra paz se encuentra escrita en toda la ciudad, aseveró Jaime Urrutia Fucugauchi al iniciar su ponencia.

Recordó que el uso de la bomba atómica en una ciudad fue ampliamente discutido y debatido. Aseguró que el blanco se escogió el 10 de mayo de 1945 con la intención de mostrar el poderío y la capacidad de destrucción de estos objetos. Hiroshima fue uno de los lugares menos afectados durante la guerra y era una ciudad tradicional muy querida por Japón, estas fueron las características que la hicieron el blanco perfecto.

“El argumento era simple, si había una bomba con esta capacidad de destrucción, ningún país se iba a atrever a seguir peleando con nadie ni iba a intentar una nueva guerra. Desafortunadamente hemos visto las consecuencias”, puntualizó el geofísico.

De acuerdo con el colegiado, la bomba se detonó en la atmósfera y no en la superficie con la idea de tener una mayor devastación y un impacto radioactivo superior. Muy poco quedó en pie, como un domo que representa la paz en el lugar. Explicó que este instrumento está basado en los desarrollos de la física del Siglo XIX y principios del XX, cuando los científicos buscaban entender la estructura del átomo, la radiactividad y las fuerzas de la naturaleza como el funcionamiento del Sol: “El desarrollo de estas nuevas capacidades que, en principio, debieron usarse en beneficio de la humanidad, siguen permitiendo el hacer armas de mayor poder destructivo”.

De manera paralela al ataque nuclear en Hiroshima comenzaron las iniciativas por la paz que se impulsaron, en gran medida, por el mismo grupo que aportó los conocimientos científicos para el desarrollo de la bomba, por ejemplo, el del Laboratorio de Los Álamos con Robert Oppenheimer y el de físicos como Albert Einstein, agregó el colegiado.

Además, se realizaron tratados como el Manifiesto Rusell-Einstein firmado en 1955, que habla de los peligros de una guerra nuclear y de la posibilidad de la exterminación de la raza humana por el polvo y la lluvia de las nubes radioactivas. También se encuentran las Conferencias de Pugwash, que son un diálogo entre naciones, y el Tratado de Tlatelolco de 1967, en el que Alfonso García Robles, miembro de El Colegio Nacional, impulsó el tener áreas libres de armas nucleares, como los países latinoamericanos. Además, del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares, de Naciones Unidas.

“Hiroshima ha promovido a los alcaldes para la paz, que tiene un número alto de ciudades que se han sumado a esta iniciativa y en 2021 se inició el Hiroshima for Global Peace HOPe. Los niños y jóvenes tendrán que recordar lo que representó Hiroshima y deben llevar la marca hacia la paz, que desafortunadamente no es una de nuestras prioridades”, sostuvo el ponente.

En palabras del autor de estudios interdisciplinarios sobre el Sistema Tierra, las bombas atómicas más recientes son mucho más poderosas y las alturas de los hongos nucleares alcanzan distancias superiores a las que puede volar en un avión: “Tienen la capacidad de afectar el clima a nivel global, debido a que el sistema climático depende de la energía solar, si se cubre todo el planeta habrá un descenso de temperatura en todos los continentes. El efecto será más poderoso que las erupciones volcánicas y no sólo se verá reflejado en el ambiente y en los océanos, también en la economía y la política”.

Agregó que una buena parte del arsenal actual está colocado en misiles que a su vez viajan por vehículos, submarinos y aviones, lo cual se vuelve más factible su uso en un conflicto bélico: “La posibilidad de una guerra nuclear existe, en la cual no habrá ganadores ni perdedores, es la sociedad humana la que estará afectada directamente”.

“Ahora un solo botón puede cambiar todo en unos segundos y lo estamos poniendo en manos de un sector de la sociedad que no tiene capacidades. La guerra no es divertida y la manera en que la hemos idealizado es lo que contribuye a tener una amenaza fuerte entre naciones. Estamos construyendo una sociedad con gran capacidad científica y técnica y, la parte más preocupante, es su capacidad autodestructiva. El llamado a las nuevas generaciones es a la paz”, finalizó el experto.

Fuente: El Colegio Nacional