En México, es indispensable adaptarse con urgencia a los impactos climáticos: Adrián Fernández

De acuerdo con Estrada Porrúa, “para este año, vamos a tener temperaturas récord, extraordinariamente altas y las precipitaciones serán pocas durante la primavera, en México. Es muy probable tener un año seco”

Para comprender mejor y con más información científica lo que está ocurriendo en México, como los eventos extremos de calor, las inundaciones, los ciclones tropicales, las sequías y los incendios, El Colegio Nacional realizó la mesa Tiempo, cambio climático y acciones, coordinada por la colegiada Julia Carabias, y realizada el 12 de marzo en el Aula Mayor de la institución.

La bióloga mexicana recordó que el 2023 se vivió un enorme retraso en el inicio de las lluvias, al tiempo que ocurrieron tremendas inundaciones, una de éstas el huracán Otis, una de las manifestaciones del clima más emblemáticas que tocó tierra en Acapulco. “Mucha gente nos pregunta, ¿así vamos a vivir a partir de ahora? ¿Esto ya llegó para quedarse? La respuesta que damos es sí, aunque no. Es sí y no, porque depende de lo que hagamos y dejemos de hacer. Para eso está la ciencia, para explicar cuáles son las mejores opciones que tenemos y así tomar las mejores decisiones”.

Explicó que la ciencia ayuda a entender el tiempo meteorológico, la condición atmosférica de la temperatura, de la humedad, del viento y de la lluvia del momento, en un sitio determinado. “Cuando hablamos de clima estamos hablando de un proceso de esas condiciones atmosféricas”.

Se pueden hacer predicciones del clima, pero no sabemos con exactitud qué es lo que va a pasar. Sin embargo, existen modelos construidos a partir de la información con la que se cuenta.

“Gracias a todos esos modelos podemos saber que el clima está cambiando, que si seguimos haciendo más de lo mismo habrá más condiciones extremas, pero también sabemos que si esto lo generó la humanidad, la propia sociedad tiene que hacer sus cambios para poder evitar que se cumplan las predicciones. No hay duda de que el clima está cambiando, hay toda la evidencia científica”, subrayó la colegiada.

En la sesión participaron Francisco Estrada Porrúa, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, y Adrián Fernández, de la Iniciativa Climática de México. Estrada Porrúa recordó que, desde 1940 hasta la fecha, la temperatura del planeta ha aumentado año con año, “el 2023 rebasamos los 1.5°C por primera vez en la historia de la humanidad. Se esperaba que esto sucediese muchos años después, es una clara señal, de que estamos tocándole la puerta a otro clima”.

El coordinador del programa de investigación de Cambio Climático de la UNAM señaló que se tiene una ciudad con servicios planeados para 30 años atrás. “El año pasado fue la temporada más caliente para 77 países, entre ellos México. En el caso de este país, el calentamiento es más rápido que el promedio global. Ha aumentado 1.7°C al año, eso es para preocuparse”.

El especialista explicó que, en el norte del país, se calientan, en promedio, a una tasa de seis grados por siglo, mientras que el sur, en un promedio de cinco grados por siglo. A grandes rasgos, se puede decir que el norte se está secando, y el centro junto con el sur, reciben un poco más de lluvia. Esto significa que la distribución espacial ha cambiado mucho. “Si bien, en promedio cae la misma cantidad de lluvia, la distribución temporal ha variado, lo que ocurre es que tenemos muchos días de sequía, y de pronto suceden eventos muy extremos de precipitación”.

De acuerdo con el experto, desde 1940, el 2023 fue el año en que menos precipitaciones recibió México. “Después de hacer estudios antropogénicos, el resultado fue que somos los seres humanos los responsables del calentamiento global que hemos visto. Para este año, probablemente vamos a tener temperaturas récord, temperaturas extraordinariamente altas, y las precipitaciones serán pocas durante la primavera, es muy probable tener un año seco”. Además, del lado del Pacífico, se prevén 15 tormentas tropicales y seis huracanes que van a tener más energía de lo normal. “El cambio climático nos puede costar durante este siglo el equivalente al 85% del PIB, y cinco veces el PIB actual de México”, concluyó Estrada Porrúa.

Por su parte, Adrián Fernández Bremauntz, de la Iniciativa Climática de México, expuso que esta iniciativa es una organización de la sociedad civil sin fines de lucro, creada para promover la implementación de políticas, programas y proyectos de mitigación para enfrentar la emergencia climática e impulsar un desarrollo bajo en carbono y socialmente incluyente. Además, actúa como donante, generador y divulgador de información técnica y científica relevante para la toma de decisiones.

Subrayó que es fundamental comprender que el cambio climático no es sólo un problema ambiental. “El cambio climático es ya la principal amenaza sobre el desarrollo económico y la prosperidad de las poblaciones actuales, de las generaciones futuras y de la biodiversidad. Si no se atiende oportunamente, este fenómeno puede acentuar aún más las diferencias entre diversos grupos sociales y cancelar las oportunidades de movilidad social, dentro de los estratos más pobres y vulnerables de la población”.

Según el especialista, en 2016 entró en vigor el Acuerdo de París dentro de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que establece medidas para reducir las emisiones de gases invernadero. “Lo que se necesita limitar es el aumento de la temperatura global a 1.5 °C, se requiere reducir las emisiones globales de carbono por la mitad para el 2030 y alcanzar emisiones netas cero para el 2050”.

Lo anterior se identificó después de que los científicos estuvieran aún más seguros de que 2°C de aumento de la temperatura conduciría a más impactos cataclísmicos. El científico apuntó que, en la COP27, México presentó nuevas metas. Incrementó su meta de mitigación de 22% a 35% para el 2030 y ofreció incrementar la capacidad de generación eléctrica hasta 40GW.

Según Fernández Bremauntz, hasta el año 2030 se requiere una inversión de 105 mil 640 millones de dólares, con cantidades anuales de 13 mil 205 millones de dólares. Lo que generaría beneficios que ascienden a 19 mil 610 millones de dólares anuales, esto significa que hay ganancias si se invierte en la tecnología adecuada y se reducen los contaminantes. “Para México es indispensable adaptarse con urgencia a los impactos climáticos, no tiene escusas”.

El especialista compartió algunos ejemplos de proyectos emblemáticos, como la adaptación al cambio climático basada en ecosistemas con el sector turismo; el fortalecimiento del manejo y la resiliencia de las Áreas Naturales Protegidas para proteger la biodiversidad amenazada por el cambio climático; la conservación de cuencas costeras; el proyecto de Bosques y cambio climático; la adaptación en humedales costeros del Golfo de México; y la reducción de emisiones de carbono en humedales.

“En realidad, lo que debería ocurrir es que cada cabeza de sector debería ser corresponsable de atender, además de su objetivo fundamental, dos cosas más, por ejemplo, a la Secretaría de Agricultura le toca garantizar la seguridad alimentaria en México, pero debería tener como meta de corresponsabilidad blindar al campo mexicano y a la producción de alimentos ante los impactos del cambio climático”.

Fernández Bremauntz puntualizó que toda actividad productiva emite gases de efecto invernadero, como la extracción de petróleo, la producción de alimentos, la generación de electricidad, y el transporte de pasajeros y mercancías, pero de igual manera, todas sufren ya impactos graves por el calentamiento global, como las sequías, inundaciones, incendios, temperaturas extremas y destrucción de infraestructura diversa. “Por tanto, para trazar la nueva ruta de desarrollo del país, debemos llevar a cabo dos tipos de esfuerzos simultáneos: mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero e implementar medidas que nos permitan adaptarnos a las nuevas condiciones climáticas adversas que afectan nuestra vida diaria”, finalizó el experto.

Fuente: El Colegio Nacional