El colegiado Adolfo Martínez Palomo sostuvo que el sarampión es una de las enfermedades más contagiosas. “Se disemina tan fácilmente que, si una persona lo tiene, hasta el 90% de los no protegidos, cercanos al enfermo, desarrollarán la infección”
“El sarampión es una enfermedad viral potencialmente grave y muy contagiosa. Genera síntomas como fiebre alta, secreción nasal, tos, conjuntivitis, manchas blancas en la boca y cara interna de la mejilla, así como manchas rojas en la piel”, sostuvo Susana López Charretón, miembro de El Colegio Nacional, al iniciar la mesa ¿Debemos preocuparnos del sarampión?, en la que participaron el colegiado Adolfo Martínez Palomo y la especialista María Eugenia Jiménez Corona.
La coordinadora del ciclo El maravilloso mundo de los virus recordó que se tenían registros de este virus desde el siglo X, en regiones en las que empezó a haber una acumulación de personas y ganadería, y en 1963 se realizó la primera vacuna. Fue a partir del año 2011 que se identificó el resurgimiento de esta enfermedad. “El único huésped para el virus del sarampión es el hombre, no existe otro animal que sea susceptible a la infección por este patógeno”.
Agregó que el origen del virus del sarampión no es muy claro y su ancestro más cercano es el virus rinovirus que infecta bovinos. “Este virus es pleomórfico, su genoma es de RNA de cadena sencilla de polaridad negativa, esto quiere decir, que tiene el sentido opuesto al RNA mensajero.
Una de las características de la infección es que, además de que el virus se fusiona para entrar a la célula huésped, al expresarse esta proteína en las células infectadas, provocan la fusión entre varias proteínas formando un sincitio, una célula gigante con varios núcleos que se han fusionado entre sí”.
Según la viróloga mexicana, la ruta de infección en las personas inicia por la vía respiratoria y se replica en los macrófagos, las células dendríticas de los pulmones, de ahí pasa a los nódulos linfáticos y a varios órganos del sistema inmune, por lo que provoca una viremia, el transporte del virus por la sangre. Es muy amplio el espectro de células que puede infectar y causar una infección sistémica.
“El problema que tenemos es que, si bien hacía finales del siglo pasado se veía que se podía erradicar, a través de la vacunación, la circulación de este virus; sin embargo, hemos tenido brotes desde el año 2018 a lo largo del mundo y esta situación se complicó aún más por la pandemia.
En parte, el resurgimiento del virus se debió a la falta de accesibilidad a vacunas en diversas partes de bajo desarrollo como en África, pero en Europa y Estados Unidos se debió a la negación de muchas personas a vacunarse”, concluyó la colegiada.
Al tomar la palabra, Adolfo Martínez Palomo, miembro de El Colegio Nacional, explicó que, para los que nacieron antes de 1964, el sarampión era parte de la infancia. Se conocía como la primera enfermedad y era tan normal que no se investigaba. Los artículos sobre el sarampión vienen de 1829, pero fue en 1963 cuando se descubrió la vacuna y comenzaron las investigaciones, hasta antes, no había interés.
Aseguró que, en enero de 2024, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) informó que se estima que los casos de sarampión ascienden a nueve millones en el mundo, y el de personas fallecidas a 136 mil, la mayoría de ellas, niños. “El sarampión mata a 373 personas cada día, la mayoría infantes menores de cinco años”.
En palabras del médico mexicano, la enfermedad tiene tres etapas, inicia por el ingreso del virus por la boca y los ojos, se traslada por la tráquea y se dirige a los bronquios hasta llegar a los alvéolos. La segunda etapa, es la diseminación del virus por todo el organismo, pero se concentra en los órganos linfáticos y en el vaso, después de unos días se distribuye por todo el cuerpo. Y la tercera etapa es la transmisión del virus, a través de la tos. “El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas. Se disemina tan fácilmente que, si una persona lo tiene, hasta el 90% de los no protegidos, cercanos al enfermo, desarrollarán la infección”.
Recordó que las complicaciones del sarampión más comunes son la conjuntivitis de estomatitis, que son las ulceras en mucosa oral; laringitis; padecimientos neurológicos; otitis, que puede generar sordera, neumonía que puede ser mortal y también, si se trata de una mujer embarazada, puede haber problemas con el embarazo. “Susana López tiene un libro que recomiendo, que se llama Pablo tiene sarampión, contiene información sobre el sarampión y cómo cuidarse”.
Generalidades del sarampión
Por su parte, María Eugenia Jiménez Corona, del Departamento de Epidemiología del Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, se refirió a las generalidades de este padecimiento. Subrayó que el inicio de los síntomas es de siete a 21 días después de la infección.
“Un paciente es infeccioso cuatro días antes y hasta cuatro días después del inicio de la erupción. La mayoría de las personas se recuperan en dos o tres semanas. Y la letalidad oscila entre el 10% a 30% en los grupos desplazados. Puede provocar complicaciones graves como la ceguera, encefalitis, diarrea severa, infecciones de oído y neumonía. Las complicaciones graves ocurren de forma más común en los niños menores de cinco años o en los adultos mayores de 30 años. No existe un antiviral específico”.
Los objetivos actuales para la eliminación del sarampión por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hablan de una vigilancia basada en casos sospechosos y después confirmar los casos con pruebas de laboratorio. La OMS coordina la Red Mundial de laboratorios de Sarampión y Rubéola. La Red utiliza métodos estandarizados y existen más de 700 laboratorios en 180 países, detalló la experta.
Sostuvo que la vigilancia epidemiológica del sarampión en México se realiza a través de la vigilancia sindromática. “A partir del 2020, la detección de enfermedades febril exantemáticas se reduce a 41 casos promedio por día, a pesar de los brotes ocurridos durante el año 2020, durante la primera ola de la pandemia.
El virus del sarampión tiene 24 genotipos, es decir, 24 grupos genéticos. De los 196 casos que se notificaron, en México, en 2020, la mayoría fueron del tipo D8”. Agregó que, en 2020, se identificaron 87 casos en la Ciudad de México, 13 casos en el estado de México y un caso en Campeche.
“Para esos casos, es muy importante que un gran porcentaje de ellos no estén vacunados, por eso hay que destacar la importancia de las coberturas altas de vacunación. La meta que se tiene considerada para una cobertura adecuada de vacunación es del 95% tanto para sarampión como para rubéola, en el periodo 1998 y prácticamente hasta el 2011, las coberturas representaban un 96% de la población vacunada.
Con los datos actualizados, detectamos que, en el año 2021, la cobertura de vacunación para sarampión era del 72.6% y para el año 2022 descendió al 61.8%”.
En palabras de la especialista, entre los retos que se tienen, se encuentra, detectar los casos y un diagnóstico de laboratorio concluyente en tres días. Como parte de las estrategias que se recomiendan para mejorar las coberturas, es buscar alternativas de vacunación, no sólo por la vía subcutánea que es la que más se utiliza, sino también buscar que no necesiten de una red de frío para que sean más fácil de suministrar.
“Se necesita una mayor cobertura no sólo en el país, sino a nivel global de la vacunación para la primera y segunda dosis del sarampión. Y reforzar la vigilancia basada en casos con el apoyo de la Red Mundial de Laboratorios de Sarampión”, concluyó.
Fuente: El Colegio Nacional