“En la actualidad, cerca de la mitad de la población mundial corre riesgo de contraer dengue y cada año se producen entre 100 y 400 millones de infecciones”, sostuvo Ana Fernández-Sesma
“Aunque muchas infecciones por el virus del dengue son asintomáticas o provocan cuadros leves, en ocasiones, se dan casos graves e incluso mortales”, expuso la viróloga Ana Fernández-Sesma, en la conferencia cambio climático y los virus transmitidos por mosquitos, que formó parte del ciclo El maravilloso mundo de los virus, coordinado por Susana López Charretón, miembro de El Colegio Nacional.
La profesora del Icahn School of Medicine at Mount Sinai recordó que el dengue es una infección vírica transmitida por la picadura de las hembras de mosquitos infectadas, particularmente de mosquitos del género Aedes, que transmiten también el virus de la fiebre amarilla, del Zika y de Chikungunya. “Hay cuatro serotipos de virus del dengue DEN 1, DEN 2, DEN 3 y DEN 4. Los síntomas aparecen de tres a catorce días después de la picadura infectiva”.
Los síntomas del dengue leve son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, náuseas, vómito y erupciones cutáneas, pero no es una enfermedad grave, explicó la científica española. Enfatizó que el Dengue grave comienza cuando desaparece la fiebre y se produce un dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias en las encías o la nariz, cansancio, agitación, heces con sangre, sed intensa, piel pálida, así como debilidad. “Lo que no se sabe todavía es por qué hay personas que desarrollan dengue leve y otras, dengue grave”.
De acuerdo con la experta, después de una infección primaria de dengue el cuerpo desarrolla anticuerpos neutralizantes contra ese serotipo o variante. “Como tal no hay un tratamiento un tratamiento específico para el dengue, los tratamientos se centran en aliviar el dolor. En la mayor parte de los casos, el padecimiento se puede tratar en el domicilio con medicamentos que alivian el malestar. Contra el dolor se prescribe a menudo paracetamol, pero deberían evitarse los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y la aspirina, porque aumentan el riesgo de hemorragia. Y las personas con dengue grave necesitan ser hospitalizadas”.
Señaló que hay vacunas en desarrollo que se llaman tetravalentes, porque tienen componentes de los cuatro serotipos, es decir, de las cuatro variantes del dengue. “En la actualidad, cerca de la mitad de la población mundial corre riesgo de contraerlo y cada año se producen entre 100 y 400 millones de infecciones”. El dengue se presenta en los climas tropicales y subtropicales de todo el planeta, sobre todo, en las zonas urbanas y semiurbanas.
Fernández-Sesma sostuvo que, entre los factores que influyen en la propagación del dengue a nivel global, se encuentran los cambios en la distribución de los vectores de mosquitos, especialmente en los países que no habían padecido dengue, y la inestabilidad política y financiera de los países que se enfrentan a crisis humanitarias complejas y a grandes movimientos de población. Así como “las consecuencias del fenómeno de El Niño en 2023 y el cambio climático, que incrementa las temperaturas; las precipitaciones y la humedad; y la fragilidad de los sistemas de salud durante la pandemia de COVID-19. En lo que va de 2024, se han reportado un total de 2 mil 241 casos en los Estados Unidos”.
Por su parte, la viróloga Andrea Gamarrik explicó que, en la región de las Américas, el número de casos de dengue registrados durante el primer semestre de 2024 superó al máximo número de los años anteriores. “En lo que va de este año se reportaron 10 millones 363 mil 448 casos de dengue, una cifra dos veces mayor al número de casos registrados durante todo el 2023, que fue de 4 millones 617 mil 108 casos. De la cifra actual, se registraron 5 mil 416 casos fatales”.
La investigadora de la Fundación Instituto Leloir – lIBBA CONICET también hizo referencia a la presencia del dengue en Argentina, país que enfrenta la peor epidemia de esta enfermedad en su historia. “El sistema de salud no estaba preparado para abordar esta situación y el colapso puso en evidencia la importancia de comenzar a trabajar cuanto antes para la próxima temporada”.
“Para evitar el colapso en el sistema hospitalario, es importante hacer un diagnóstico oportuno”, subrayó la científica argentina. Detalló que es necesario contar con herramientas de diagnóstico de desarrollo local que se produzcan en países como Argentina y México para identificar qué virus circulan en el territorio. Así como realizar vigilancia en mosquitos, estudiar las características de los virus de la región, tener control de vectores y desarrollar vacunas y antivirales.
“Los virus emergentes debido a la expansión de vectores son: Dengue, Chikungunya, Virus de Zika, Fiebre amarilla y Virus Rocío. La expansión del mosquito vector a nuevas regiones guarda relación con varios factores como el fenómeno de El Niño en 2023 y el cambio climático, que incrementan las temperaturas y las precipitaciones, así como las urbanización y deforestación”.
De acuerdo con la experta, el dengue es un problema multifactorial en el que influyen los laboratorios, las vacunas, la salud pública, la educación, el medio ambiente y el manejo de vectores.
Finalmente, la viróloga Rosa M. del Ángel se refirió a la situación del dengue en México y explicó que la mayor cantidad de mosquitos se presentan en verano, en la época de lluvias y en donde hay suficientes de depósitos de agua. “En México, esta enfermedad ha estado presente desde hace 35 años, en 30 de los 32 estados, las regiones que se han librado son Tlaxcala y la Ciudad de México debido a su altura, por lo que los mosquitos no se reproducen. Los cuatro serotipos circulan en este momento y se sabe que en el sur del país transita el dengue durante todo el año debido a que es endémico”.
La investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, sostuvo que, debido a que la prueba de PCR es cara, en México, sólo se confirman del 5 al 10% de los casos. “Los casos confirmados en el año 2019 fueron 43 mil 363; en el año 2020 hubo 25 mil 226; en el 2021 existieron 6 mil 939; en el año 2022 fueron 12 mil 879; mientras que en el año 2023 se identificaron 56 mil 333 casos”.
“A diferencia de lo que está ocurriendo en Sudamérica, en donde hay muchos casos de dengue 1 y dengue 2, la mayoría de los casos en nuestro país es dengue 3, esto es relevante, porque, a pesar de que en México existe la co-circulación de los 4 serotipos a lo largo de la historia, hacía 30 años que no había dengue 3”, señaló la especialista.
Al responder a la pregunta ¿Qué podemos hacer? La científica mexicana aseguró que se tiene que controlar el vector, “podemos hacer mosquiteros para nuestras casas y evitar que los insectos entren en nuestro hogar. Utilizar repelentes y ropa protectora, evitar acumular agua, la fumigación y larvicidas ejecutadas principalmente por los gobiernos. La ciencia también juega un papel importante, por ejemplo, se pueden tener mosquitos genéticamente modificados”, concluyó.
Fuente: El Colegio Nacional