El azar y la necesidad, reflejo de una persona que habla de la complejidad del secreto de la vida: Antonio Lazcano

El libro El azar y la necesidad (Francia, 1970), tiene que ser visto como el resultado de una visión crítica con respecto a los excesos de lo que una izquierda dogmática puede llegar a hacer y como el reflejo de una persona aguda y culta, que habla de la complejidad estructural y funcional en donde subyace el secreto de la vida: Antonio Lazcano

Con la publicación del modelo físico-químico del ADN, en abril de 1953, se inició de manera clara la visión molecular de la vida. Este modelo permitió explicar el fenómeno a nivel molecular de la reproducción celular y entender la transmisión de la información genética, un momento importante en el desarrollo de la biología, las ciencias de la vida y la ciencia, en general, aseguró el miembro de El Colegio Nacional, Antonio Lazcano, al impartir la conferencia La vida ¿azar o necesidad?

La sesión forma parte del ciclo El azar y la necesidad: 50 años después, coordinado por el colegiado Pablo Rudomin y Ranier Gutiérrez, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) IPN, en la que participó el también colegiado Luis Felipe Rodríguez Jorge con la ponencia Búsqueda de vida extraterrestre.

En palabras del doctor Antonio Lazcano, existen tres maneras de entender los fenómenos biológicos: desde la perspectiva histórica, desde la perspectiva molecular y desde el fenómeno de origen no causal, que entusiasma a los matemáticos y permite comprender cómo surgen estructuras cuasi instantáneas. El biólogo y químico francés Jacques L. Monod “se desarrolló en un momento dorado del nacimiento de la biología molecular, él es uno de los instrumentos de esta época dorada.”

Agregó que Monod era de espíritu libre, su refinamiento intelectual, su personalidad compleja, no se puede entender sin tomar en cuenta su extraordinaria libertad intelectual y científica. “Su libro, El azar y la necesidad (Francia, 1970), tiene que ser visto como el resultado de una visión crítica con respecto a los excesos de lo que una izquierda dogmática puede llegar a hacer. En segundo lugar, como el reflejo de una persona extraordinariamente aguda y culta, que habla de la complejidad estructural y funcional en donde subyace el secreto de la vida.”

Sin embargo, el científico mexicano explicó que a Monod le falló un punto importante, “lo que nunca entendió fue el proceso de selección natural y cómo llevarlo a nivel subcelular. La crítica que Monod hace a la posibilidad de vida en otras partes del Universo, de que haya aparecido la vida muchas veces en nuestro planeta, es resultado de una visión muy refinada, pero mecanicista de los procesos biológicos, esto lo llevó a enfrentarse con el biólogo soviético Aleksandr Oparin. Hubo un diálogo trunco entre dos personas esenciales para comprender la biología moderna.”

Basado en las ideas del naturalista alemán Ernst Haeckel, Oparin propuso un proceso del origen de la vida en un marco darwinista en el que no se tiene un origen repentino de los seres vivos, sino que primero sucede la síntesis de compuestos orgánicos de donde saldrá el primer metabolismo. Sugirió que el origen de la vida es un evento gradual, en donde poco a poco se tiene una serie de procesos atenidos a leyes químicas y físicas que van permitiendo que aparezcan moléculas y sistemas más complejos. “Lo que se diría hoy en día sobre este proceso es que no hay moléculas vivientes y ninguna sustancia está viva por sí misma”.

De acuerdo con el especialista en biología evolutiva, El azar y la necesidad tiene coqueteos sutiles de Monod con la idea de que los ácidos nucleicos representan ya una forma de vida en sí misma, lo que se puede entender porque él venía de una escuela en donde los virus eran vistos como una sustancia viva. “El reconocimiento de que la vida tiene una base material, que es una de las tesis centrales de Monod, implica que no podemos comprender su naturaleza sin reconocer los límites y las posibilidades impuestas por las leyes físicas y químicas, así como el papel de la contingencia histórica.”

“Las leyes físicas y químicas constituyen un marco rígido que ningún ser vivo puede violar, pero la contingencia histórica representa el azar, porque no se puede predecir hacia donde van esos límites temporales. Por la falta de diálogo entre Oparin y Monod, creo que ambos deben ser leídos como un enorme beneficio y creo que el mejor homenaje que le podemos hacer a Monod es leerlo y seguirlo discutiendo.”

Búsqueda de vida extraterrestre

Por su parte, el colegiado Luis Felipe Rodríguez Jorge se refirió a cómo la astronomía ha intentado responder a la pregunta ¿Estamos solos en el cosmos? A partir de entender la formación de planetas como la Tierra. “Algo que no se sabía cuando Monod escribió el libro fue la existencia de planetas más allá del sistema solar.”

En palabras del astrónomo y académico mexicano, hay dos tipos de planetas: los terrestres, que son pequeños con superficies sólidas; y los jovianos, planetas de gas y hielo, parecidos a Júpiter, que no tienen superficie ni son propicios para la vida. “Si se va a buscar vida similar a la de nosotros, basada en carbono, que requiere de agua líquida y se forma de los elementos químicos del Universo, tendrá que ser en planetas terrestres. El sistema solar se formó hace 4,600 millones de años, el Universo hace 13,800 millones de años, no podemos ver cómo se formó el sistema solar. Hasta donde se sabe sólo hay vida en la Tierra.”

Agregó que se ha hecho un gran esfuerzo por buscar vida en otros planetas del sistema solar, en particular en Marte. Por ejemplo, el vehículo robótico Perseverance, que llegará al planeta rojo el 18 de febrero y se instalará en una región donde se piensa hubo agua en el pasado. Otro planeta en el que se tiene interés es Venus, el objeto cósmico más cercano al Sol después de la Tierra, en el que recientemente se encontró fosfina, elemento que habita en los intestinos de los seres humanos.

“Lo que se ha hecho es reconocer que nuestro Sol es tan sólo una de aproximadamente 100 mil millones de estrellas que están en la galaxia. El argumento que le da optimismo a los astrónomos de que debe haber vida en algún lugar, es que existen aproximadamente 100 mil millones de galaxias, cada una con cerca de 100 mil millones de estrellas y un número inmenso de planetas.”

De acuerdo con el experto en radioastronomía los estudios se han enfocado en la búsqueda de exoplanetas parecidos la Tierra, algunos llamados potencialmente habitables porque tienen la temperatura y una superficie rocosa, pero no se sabe si cuentan con atmósfera o agua líquida, por ejemplo, el sistema TRAPPIST-1 que posee siete planetas de tamaños similares a la Tierra. “En la actualidad se conocen más de 4,300 exoplanetas, distribuidos en 3,200 estrellas.”

“Un gemelo del Sol-Tierra se llama Kepler-160, el objeto 160 detectado por este satélite, tiene temperatura y tamaño similar al Sol, este planeta le da la vuelta a su estrella en 368 días y es uno de los resultados que estimula la imaginación. El siguiente paso será estudiar la atmósfera de los exoplanetas.”

Fuente: El Colegio Nacional