Cuál fue la civilización prehispánica conocida como la Atenas mexicana por sus avanzados conocimientos en ciencia y arte

La ciudad es recordada por su belleza, su gran producción artística y por ser contar con la “biblioteca” más grande de la época

Historias de grandes civilizaciones del México prehispánico son ampliamente conocidas, como es el caso de todo lo referente a los teotihuacanos, los aztecas o mexicas, los mayas, los olmecas entre otros; sin embargo, existió una pequeña civilización que es poco recordada a pesar de haber sido una de las más avanzadas en su tiempo en cuanto a conocimientos en ciencia y cultura.

Y es que esta civilización, a pesar de ser vecina de la gran Tenochtitlán, fue muy diferente en pensamiento, pues en lugar de cultivar las practicas de la guerra, se dedico a exaltar el estudio de todo tipo de actividades artísticas como literatura, danza, dibujo entre otras.

Nos referimos al gran pueblo de Texcoco y a sus pobladores, los llamados texcocanos o acolhuas, cuya ciudad fue tan elevada en conocimientos que se posicionó como la Capital Cultural de todo el México prehispánico.

¿Cómo era Texcoco, la Atenas mexicana del México prehispánico?

El antiguo pueblo Texcoco se encontraba en la misma zona donde ahora se ubica el actual municipio del mismo nombre; sin embargo, antes era una ciudad de gran belleza y majestuosidad.

Ubicada a orillas del lago, al oriente de Tenochtitlán, esta ciudad también suele ser recordada por ser el lugar de nacimiento de uno de los gobernantes más importantes de México prehispánico, el emperador Nezahualcóyotl, quien suele ser también llamado el Rey Poeta por sus gran producción literaria y poética.

Y es que fue justamente él uno de los principales impulsores del estudio de las ciencias y las artes, logrando así que su ciudad generará todo tipo de conocimiento referente a temas tan variados como botánica, historia, astronomía y matemáticas además de incentivar la enseñanza y los espacios para actividades artísticas como la poesía, la danza, el dibujo y muchas otras.

Dicha producción tuvo como resultado que Texcoco contará con la biblioteca más impresionante del México prehispánico debido a que sus pobladores generaban una gran cantidad de producción literaria.

Conocidas antes como amoxcalli, estas bibliotecas prehispánicas albergaban un sin número de códices, los cuáles recibían el nombre de amatl (libros) sobro todo tipo de temas. Dichos libros se creaban como una manera conservar el conocimiento y de ser un apoyo a la tradición oral y eran elaborados por los tlacuilos, dibujantes expertos que dominaban diferentes técnicas de pigmentación.

Su nivel cultural era tal que entre los mismos mexicanos prehispánicos se solía decir que en Texcoco se hablaba el mejor y más sofisticado náhuatl.

Por su parte, también eran grandes conocedores en arquitectura e ingeniería, razón por la cual su cuidad tenía un perfecto equilibrio entre belleza y funcionalidad, creando así algunas de las piezas de ingeniería más importantes de la época, tal como es el caso de los llamados Baños de Nezahualcóyotl.

Los grandes conocimientos de diseño y arquitectura que poseían tanto Nezahualcóyotl como sus pobladores fueron tan reconocidos que incluso Moctezuma solicitó su apoyo para la remodelación y construcción de varios proyectos de la gran Tenochtitlán como es el caso de la construcción de un acueducto que llevaba agua desde Chapultepec hasta la capital mexica.

Tristemente, de su grandiosidad y majestuosidad solo quedó como testimonio, algunos de los profundos poemas elaborados por Nezahualcóyotl, debido a que tras la conquista, tanto sus templos como la gran cantidad de códices fueron reducidos a cenizas.

Poema de Nezahualcóyotl

“Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:

¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?

Nada es para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.

Aunque sea de jade se quiebra,

Aunque sea de oro se rompe,

Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.

No para siempre en la tierra:

Sólo un poco aquí.”

Fuente: infobae.com