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Colillas de cigarro, el gran desafío ambiental

Andrea Gordillo

Consideradas como el residuo con mayor presencia en las playas y océanos, las colillas de cigarro tienen un impacto tóxico medible en el medio ambiente que va en aumento. Una de cada tres colillas termina cayendo en nuestras calles, parques, cauces fluviales y playas, dejando en ellos una huella imborrable, afectando cada vez más nuestro aire y agua.

Las colillas de cigarro es uno de los residuos con mayor presencia en las playas y océano. De acuerdo con un informe de Ocean Conservancy, una organización ambiental de EEUU, desde la década de los 80 se han limpiado más de 60 millones de éstas en los océanos de todo el mundo. Mientras que el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente calcula que al año se genera 766 millones de kilogramos de colillas en el mundo.

Las colillas poseen una capa que, aunque es de celulosa, en esencia parece un plástico que tarda más de 10 años en descomponerse y, cuando ocurre, libera más de 7 mil químicos, entre ellos algunos cancerígenos. Asimismo, cada colilla puede llegar a contaminar entre ocho y 10 litros de agua marítima y hasta 50 litros de agua dulce.

No sólo en estos ecosistemas se generan impactos, es común saber la variedad de incendios que se generan al año, en esta época de seca, por cigarrillos mal apagados en el bosque o por algún vehículo en movimiento. También existe problemas en las ciudades por que se tapan los drenajes por las personas que tiran sus colillas en la calle y terminan en el drenaje.

Existen varios esfuerzos individuales y colectivos para evitar estos daños ambientales. Existen varias acciones que se pueden iniciar desde la comunidad como compartir y apoyar campañas para disponer las colillas en lugares específicos. Si tienes un restaurante puedes poner un cenicero especial, si eres un consumidor puedes cuidar y ser consciente de no arrojarlo a ningún lugar y guardarlas en una cajetilla vacía o en un recipiente o se pueden generar distintos productos como macetas, papel o ropa. Aunque la mejor la mejor estrategia es disminuir el consumo.

Y hoy, conscientes del impacto negativo en materia ambiental y en la salud de las personas, somos más los interesados alrededor del mundo que han decidido tomar cartas en el asunto y establecer acciones y normas para combatir el problema.

Debemos promover acciones conjuntas para resolver estos problemas e implementar estrategias para mitigar las colillas, así como sanciones para que las personas generen una consciencia de los actos.

Fuente: elsoldecuernavaca.com.mx