Un nuevo motor eléctrico de metal líquido puede revolucionar la industria espacial

El GO-2 de Morpheus Space es un motor de propulsión eléctrica que promete revolucionar el movimiento de naves en órbita usando metal líquido como combustible

Este es el motor GO-2, un dispositivo capaz de empujar naves espaciales hasta 250 kilogramos utilizando metal líquido como propulsor. Según su fabricante, la empresa alemana Morpheus Space, es modular, mejor y más eficiente que cualquier otro método de propulsión para operaciones orbitales. Su tecnología es similar a los motores de iones, pero, en lugar de utilizar gases nobles como el xenón que complican el diseño y encarecen el coste de lanzamiento, utiliza metal líquido.

El GO-2 utiliza una tecnología llamada Propulsión Eléctrica por Emisión de Campo (FEEP en sus siglas en inglés) como los motores de iones. Como los sistemas de propulsión por iones, el FEEP de GO-2 usa un campo eléctrico para extraer iones de un depósito de metal líquido. Estos iones se aceleran a altas velocidades gracias a este campo, creando el empuje necesario para mover la nave y mantenerla en órbita.

Espacio más eficiente y más barato

Según Morpheus, la utilización del metal en vez de gas noble resulta en una sistema más sencillo, modular, barato, estable y eficiente, como cuenta el CEO de Morpheus Space, Daniel Bock, en un correo electrónico al medio The Debrief: “Este sistema de propulsión eléctrica autónomo fácil de instalar y operar es una de las soluciones más capaces, eficientes e innovadoras para la movilidad en el espacio”.

El presidente de la compañía, Kevin Lausten, afirma que GO-2 es tan asequible y estable que tiene el potencial de cambiar la industria de los satélites pequeños, desde unidades nanosatelitales hasta el rango del cuarto de tonelada. La clave, explica, es la tecnología de propulsión eléctrica de emisión de campo que han inventado, convirtiendo un depósito de metal líquido en un haz de iones estable.

La diferencia fundamental con los propulsores de iones tradicionales es que, aunque los gases nobles como el xenón son efectivos para generar empuje, requieren el almacenamiento y gestión de gases presurizados, lo que añade complejidad y peso a las naves espaciales.

El uso de una aleación de metal líquido en el GO-2 elimina la necesidad de almacenamiento presurizado, reduciendo la masa total —aunque pueda parecer contraintuitivo— y la complejidad general del sistema. Además, el metal líquido ofrece una mayor eficiencia de ionización en comparación con los gases, lo que conduce a una mayor eficiencia de combustible y una mayor vida útil de la misión.

Como bloques de Lego

Lausten dice que GO-2 “está en el extremo inferior del empuje en el espectro de la propulsión, pero [es] increíblemente eficiente y mucho más seguro” que las soluciones actuales. Su diseño es también modular, por lo que cualquier compañía puede construir impulsores más grandes conectando estos módulos como si fuera un juego de Lego.

Este diseño modular del motor GO-2 es otra de sus ventajas más significativas. Esta flexibilidad permite escalar el GO-2 para adaptarse a una amplia gama de tamaños de satélites, desde pequeños CubeSats hasta satélites más grandes de hasta 250 kilogramos.

Según la compañía, esto lo convierte en una solución de propulsión ideal para una variedad de empresas, desde pequeñas startups de la industria espacial hasta organizaciones establecidas que buscan desplegar naves espaciales de mayor tamaño pero más pequeñas que los grandes satélites convencionales, una tendencia de la industria que busca crear redes de naves más pequeñas para diversificar el riesgo sin reducir su utilidad.

Fuente: elconfidencial.com