Innovación

Un camerunés de 18 años, el primer africano que gana el concurso de programación de Google

Tiene 18 años, sólo hace dos que programa y en Bamenda, la ciudad en la que vive en el anglófono noroeste de Camerún, hace dos meses que no existe la conexión a internet que él se sufragaba pintando cuadros. Pese a todo, Collins Nji Gbah es uno de los 34 ganadores de la última edición del concurso de programación Google Code-In, que cada año convoca el gigante tecnológico, y en la que han participado 1.300 jóvenes de entre 13 y 17 años de 62 países del todo el mundo. Es el primer africano que lo consigue.

Para añadir algo de dramatismo –y suerte– a su proeza, Collins consiguió entregar las 20 tareas que le pedía Google justo un día antes de que el gobierno camerunés bloqueara el acceso a internet en las zonas de habla inglesa del país, para tratar de dificultar las protestas que sacuden esta zona de Camerún. De hecho, Collins no puede ir al colegio desde noviembre del año pasado. Los profesores de su escuela se han declarado en huelga para unirse a las protestas. El joven no puede dejar de preguntarse cómo va a lograr su título de bachillerato, paso indispensable para cumplir su sueño de trabajar algún día en Silicon Valley. Dos semanas después del bloqueo, Collins supo por correo electrónico que era uno de los gana­dores del certamen. “Para ver los resultados y revisar mi correo electrónico, tenía que ir y venir a Mbouda (50 kilómetros al sur, a una hora y media en coche)”, dice.

Collins fue reclutado hace un año por Wisdom Nji –sin ningún parentesco con Collins–, que forma parte de la red Google Developers Group, que peinaron todas las escuelas de Bamenda (500.000 habitantes) para animar a los jó­venes preuniversitarios a pre­sentarse al concurso de Google. Ahora Wisdom es el mentor de Collins, y le ayuda a mejorar sus conocimientos de programación, que el joven ha ido adquiriendo de forma prácticamente autodidacta, mediante vídeos y contenidos en línea.

Collins programa con el ordenador Lenovo que un amigo le mandó a su padre –costurero de profesión– desde Estados Unidos hace seis años, lo que en términos tecnológicos se puede considerar toda una antigüedad. Al principio, el padre de Collins –Patrick Nji– veía con preocupación la afición de su hijo por el ordenador, que además impedía que él lo siguiera usando para descargarse los patrones de los vestidos que confecciona. Creía que era “extraña” y poco “sana”. Como cualquier otro padre en cualquier otra parte del mundo. Tal era la obsesión de Collins, que sus padres terminaron por prohibirle el acceso al ordenador. “Collins pasaba demasiado tiempo con su computadora. Por la mañana se levantaba tarde y eso retrasaba su salida hacia la escuela”, explica la madre, Eleanor Nji. Pero Eleanor veía a Collins infeliz, y finalmente su amor de madre convenció a su esposo para que permitiera al chico trabajar de nuevo con el viejo Lenovo.

También fue decisivo el tío, Jonhatan Ngeh, que conmovido por la determinación del muchacho le daba dinero para que pudiera pagar parte de la conexión a internet mientras preparaba el concurso. “El resto ha salido del bolsillo de mis padres, del de mi mentor y también de la venta de los cuadros que he pintado”, explica Collins.

Finalmente, Collins Nji Gbah verá su sueño cumplido este mes de junio. Como mínimo en parte. El premio por ganar el concurso es un viaje de cuatro días a San Francisco para conocer las instalaciones y a los ingenieros de Google.

El conflicto anglófono

El noroeste y el sudoeste de Camerún son las dos regiones anglófonas del país y donde vive el 20% de los 23 millones de habitantes del país. Hace tiempo mantienen un pulso con el gobierno de Yaundé, ya que se sienten discriminadas y maltratadas. Una reivindicación que encabezan, sobre todo, abogados, profesores y parte de la sociedad civil bajo el paraguas de distintas organizaciones, que de momento han convocado diferentes huelgas generales, que han tenido un seguimiento importante y se han saldado con la muerte de seis ciudadanos.

Fuente: lavanguardia.es