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Obtener agua potable a partir de carbón y energía solar, una solución contra la sequía

Obtener agua potable a partir de carbón y energía solar, una solución contra la sequía

EXIGIR a los tomadores de decisiones un acceso al medioambiente saludable y sostenible ya es una realidad en el mundo, de acuerdo con la resolución que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) promovió el pasado 17 de octubre. El acceso al agua potable es parte de ese derecho ante un escenario de constantes y graves sequías e inundaciones donde las comunidades rurales llegan a ser las más afectadas.

Además de dar atención a las comunidades afectadas por estos fenómenos naturales, un grupo de investigadores y especialistas se ha dedicado durante más de una década a estudiar y desarrollar un método sostenible que genere agua potable de consumo humano para comunidades semiáridas, rurales y costeras, a partir de la desalinización del agua salobre o de mar, con ayuda de carbón en polvo y la energía solar.

D-SAL, como han bautizado a este sistema de desalinización, es el resultado de años de trabajo para lograr la obtención de agua potable sin dañar el medioambiente. Para obtener agua libre de salmuera —agua saturada de sal—, este proceso utiliza en su totalidad elementos de la naturaleza sin la quema de combustible u otro elemento y, así, proveer de agua a las comunidades rurales afectadas por las sequías.

De acuerdo con Quelita Moreno, cofundadora de la empresa Pera Complexity y miembro del Centro de Procesos de Ciencias No Convencionales (CUP Sciences), la implementación de esta tecnología sostenible conlleva también el trabajo previo con las comunidades locales y organizaciones de la sociedad civil para atender las situaciones de mayor interés para ellos, como sucede con D-SAL.

“Trabajar con sus estructuras organizativas para que podamos saber qué es importante para ellos y cómo trabajar con ellos para darles la tecnología [D-SAL] es infinitamente significativo ante un invento que es simple de usar, que no es tóxico y es reciclable”, señala en entrevista desde California, Estados Unidos, con Newsweek México.

Una desalinizadora sostenible

Para que la tecnología de la desalinizadora sostenible D-SAL lograra concretarse tuvo el reto de conjuntar a los mejores científicos del mundo, a partir de diferentes campos de estudio, para trabajar en esta tecnología y obtener agua potable a partir del agua de mar o salobre, pero sin dañar el ambiente.

Existen diversas tecnologías dedicadas a la desalinización del agua: destilación multietapa (MSF), destilación multiefecto (MED), compresión mecánica de vapor (MVC) y la destilación solar para agua, como la que desarrolla el departamento de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Entre estas tecnologías también se encuentra la electrodiálisis (ED), micro, nano y ultrafiltración y la conocida como osmosis inversa (RO).

En entrevista, Valdemar Oliviera, director de Desarrollo de Negocios de Impacto en Pera Complexity, explica que en el mundo hay grandes poblaciones de personas que viven en pobreza y muchas veces dependen de la captación y acumulación de agua de lluvia para sobrevivir a los periodos de sequía.

“Con el aumento de los periodos de sequía se genera una inseguridad en relación con el agua para esas poblaciones, como una nueva fuente de migración en África subsahariana, el noreste de Brasil y muchas partes de América Latina. Hay agua, pero es salobre, por eso el foco de la tecnología [D-SAL] está direccionada a generar mayor impacto social para estas poblaciones”, agrega Valdemar Oliviera.

¿Cómo funciona D-SAL?

La tecnología D-SAL fue desarrollada por la startup de los Países Bajos Pera Complexity en alianza con la Universidad de Zúrich (UZH) y el profesor Andrea Fratalocchi, de la King Abdullah University of Science and Technology de Arabia Saudita.

Entre los científicos que fundaron este proyecto se encuentra la abogada Quelita Moreno, en CUP Sciences y Pera Complexity, y el Dr. Aluizio M. Cruz, coinventor de D-SAL y cofundador de Pera Complexity. Además de contar con la Alianza de Fundación Avina.

D-SAL surge como una solución para atender la necesidad de acceso al agua en zonas semiáridas del mundo. Hasta ahora, esta tecnología es totalmente sostenible, de acuerdo con la explicación que especialistas dieron a Newsweek México.

Este invento tiene la capacidad de proporcionar agua potable de manera sostenible a los 475 millones de pequeños agricultores que viven en las tierras secas costeras y rurales. De acuerdo con Pera Complexity, este es uno de los grupos más pobres y de mayor riesgo de los 3,600 millones de personas en el mundo que enfrentan escasez de agua.

Según datos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), que se presentan en el artículo “La desalinización del agua”, de Manuel Fuentes Díaz, en los cinco océanos del mundo (Atlántico, Pacífico, Índico, Ártico y Antártico), mares y golfos, cada litoral cuenta con diferentes niveles de salinidad. Lo mismo sucede al explicar cuáles son los diferentes tipos de agua y el origen de esta, como las aguas de abastecimiento urbano, de riego, de drenaje, subterránea y agua de mar, entre otros.

Para los creadores de D-SAL, este invento tiene la capacidad de producir agua que cumple con los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), según datos que presentan en la “Guías para la calidad del agua de consumo humano”, es decir, en la mayoría de los países se considera agua potable para consumo humano que tenga una salinidad por debajo de 500 partes por mil de sales.

En ese sentido, D-SAL cumple con la norma establecida por la OMS y logra producir agua dulce en un récord de 12-15 litros/día/m2, “tres veces más que un desalinizador solar tradicional”, señala Pera Complexity.

“Ahora tenemos un nuevo problema moderno, que mucha del agua dulce está tornándose más salada. Es un nuevo problema que está pasando, que tiene muchas relaciones y no sabemos cómo será el futuro. Si tendremos más agua salada, es una probabilidad también”, señala Quelita Moreno.

Una solución sostenible

El Dr. Aluizio M. Cruz explica cómo fue el trabajo en laboratorio y campo al seleccionar la energía solar y el carbón como materiales para D-SAL. Para su equipo de especialistas y científicos, el carbón que usaron y dirigieron fue parte de un proceso de fuentes naturales de los que observaron su comportamiento durante el proceso de desalinización en la obtención de agua potable para consumo humano.

De acuerdo con el Dr. Cruz, los procesos de desalinización de agua de alto volumen usan el agua exacta del océano a alta presión “y esta es la oposición de lo que hacemos para capturarla”.

Usar la energía solar, como señalan los fundadores de esta tecnología sostenible, responde a la creciente problemática que se presenta en el mundo para tener acceso al agua con la opción de aprovechar al máximo los recursos naturales con los que se disponen en las zonas semiáridas o costeras y, así, abastecer de agua potable para consumo humano las áreas pobres y agrícolas, como lo harán en Brasil.

“Fue muy importante encontrar una manera de introducir rápidamente una cantidad suficiente de agua para una mayor producción. Así que, usar el sol como única fuente de energía muestra que, incluso, en un pequeño espacio es posible utilizar elementos naturales de una manera que no daña la vida del medioambiente”, añade el especialista.

Para los científicos, fundadores y aliados en la creación de D-SAL, generar los primeros pilotos como sucede con el caso de Brasil les ha llevado a estar de cerca con las organizaciones de la sociedad civil que tienen la experiencia en el desarrollo de las cisternas para almacenar agua como una forma de autoconstrucción de estas comunidades y que, al mismo tiempo, les da identidad.

Hasta ahora, con un primer piloto en Brasil en una comunidad semiárida, esperan traer esta tecnología a comunidades costeras, como es el caso de la península de Baja California, en México, a través de alianzas con universidades o la sociedad civil.

El desafío es que esta opción se logre adoptar como una opción sostenible de mayor eficacia frente a los desalinizadores solares no tradicionales o de captación de lluvia, pues D-SAL ha presentado buenos resultados en la obtención de agua a un bajo costo, el cual oscila en 50 dólares.

Fuente: newsweekespanol.com

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