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Nanochips que reprograman nuestras células: así es el futuro tecnológico de la medicina

El futuro de la medicina en las películas de Hollywood hace 20 años nos enseñaba chips que se introducían en el cuerpo para curar nuestra heridas. Es posible que hayamos llegado a punto sin darnos cuenta.

Un equipo de investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana está sacando de la fase de prototipo un nuevo dispositivo en forma de nanochip capaz de reprogramar células de la piel para convertirlas en nuevos vasos sanguíneos y células nerviosas.

Y es que uno de los avances médicos más notables de las dos últimas décadas ha sido la capacidad de tomar células adultas especializadas y convertirlas en el tipo de células madre no especializadas que se encuentran en el tejido embrionario.

Estas células madre tienen un gran potencial terapéutico, ya que pueden inducirse para que se conviertan en diversas células, tejidos y órganos que serán completamente compatibles con el paciente, eliminando el problema del rechazo de tejidos o de la búsqueda de donantes.

Desgraciadamente, hacer esto requiere complicados procedimientos de laboratorio y puede plantear ciertos riesgos, como dar lugar a células cancerosas.

Y ahí entra el planteamiento revolucionario del equipo de Indiana, el cual consiste en prescindir del laboratorio y convertir el cuerpo humano en su propio programador celular mediante una tecnología denominada nanotransfección tisular.

Para ello se utiliza un nanochip de silicio que se ha impreso para incluir canales que terminan en una serie de microagujas. Encima del chip hay un contenedor rectangular que contiene genes específicos.

Impulsados por una carga eléctrica focalizada, estos genes se introducen a la profundidad deseada en el tejido vivo y alteran las células, convirtiendo el lugar en un pequeño biorreactor que reprograma las células para que se conviertan en diferentes tipos de células o estructuras multicelulares.

Estos puede ser vasos sanguíneos o nervios, sin necesidad de elaboradas técnicas de laboratorio o peligrosos sistemas de transferencia de virus. Una vez producidas, estas células y tejidos pueden ayudar a reparar daños tanto locales como en otras partes del cuerpo, incluido el cerebro.

La tecnología lleva más de cinco años en desarrollo, y el equipo de la UI se centra ahora en ir más allá de la creación de prototipos para convertir el nanochip en una utilización práctica que pueda utilizarse en entornos clínicos.

Fuente: computerhoy.com