Muchas personas suelen manifestarse inconformes con su estatura cuando es “baja”. Ya sea porque les dificulta realizar actividades que les gustan (como ir a un concierto de pie -y no ver “nada”-), les impide ingresar al trabajo de sus sueños (azafatas, por ejemplo) o por un simple prejuicio social (que afecta mayoritariamente a hombres).

Sin embargo, la tecnología médica avanza rápidamente y ha encontrado una solución con bajo índice de riesgo para ayudar a quienes tienen problema con su “pequeña” estatura. Ésta se llama “Precice” y está disponible en algunos recintos médicos chilenos.

Precice es un clavo que se inserta quirúrgicamente en la parte superior de la pierna, este mecanismo trabaja con imanes y el crecimiento es aumentado con un control remoto. Este aparato se inserta entre el fémur y la tibia y, un vez adentro, ayuda a la persona a crecer 1 mm al día hasta alcanzar los 8 centímetros (en casi tres meses).

Hace una semana, se realizó la primera intervención en Chile, siendo este paciente un adolescente, cuenta el portal del diario La Tercera. La operación para instalar el dispositivo tardó 90 minutos por pierna y dejó cicatrices mínimas.

El doctor Alejandro Baar, traumatólogo especialista en alargamiento y reconstrucción de extremidades, de la Clínica Las Condes, fue quien realizó la operación.

“El propio paciente se lleva el control remoto y lo aplica por su cuenta. Cada vez que lo aplique se alarga cierta cantidad, según las condiciones de cada paciente y lo programado por el médico. La idea es alargar un milímetro al día”, explica. “Con el tiempo, el espacio provocado por el estiramiento se regenera y el hueso se ve normal”, detalla el experto.

La idea de Precice es reemplazar los incómodos y dolorosos fijadores externos usados hoy por clavos a control remoto, que además tienen un 90 por ciento de riesgo de infección, versus el 5% que presenta la nueva técnica.

Respecto a las limitaciones para acceder a la operación, Alejandro asegura que no existe edad pero no la recomendaría a un adulto mayor, puesto que el proceso de regeneración es extremadamente lento. Las otras limitantes son el estado psicológico del paciente y el precio de la intervención que alcanza los 13 millones de pesos (sin sumar los gastos médicos y otros factores de salud).

“Desde el punto de vista psicológico el paciente no debe tener trastorno de la percepción corporal. Debe ser capaz de entender instrucciones y tener metas realistas. Además, debe evaluarse su tolerancia a la frustración, puesto que son tratamientos que toman un tiempo no menor en completarse”, opina la psicóloga Carolina Baar, de Clínica Las Condes.

Fuente: biobichile.cl