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Implantes cerebrales para recuperar el tacto

Las fibras nerviosas que se extienden fuera del sistema nervioso central transmiten señales sensoriales al cerebro, a través de la medula espinal. Allí, la región conocida como corteza somatosensorial procesa esta información. Las lesiones medulares interrumpen el flujo de mensajes y, por consiguiente, el individuo pierde la capacidad de percibir estímulos táctiles, aun cuando el tejido cerebral permanece intacto.

Ahora, Richard A. Andersen y su equipo, del Instituto de Tecnología de California, han desarrollado un método que permitiría inducir sensaciones de tacto y movimiento en personas con alteraciones en la medula espinal. El hallazgo facilitaría el uso de prótesis y extremidades robóticas. Además, también ayudaría a los pacientes a percibir como propios los miembros artificiales, hecho que mejoraría su bienestar.

En el estudio, publicado por la revista eLife, participó un hombre de 32 años de edad con daño medular, a nivel de la vértebra cervical 5, acaecido año y medio atrás. Los científicos implantaron pequeños electrodos en la corteza somatosensorial del voluntario, a fin de estimularla mediante corrientes eléctricas. El paciente, incapaz de mover o sentir tanto el torso como las extremidades superiores e inferiores, reportó percibir “presión”, “vibraciones” y “pellizcos” en su brazo, dependiendo del patrón de estímulos eléctricos aplicado. Impulsos mayores incluso lograron generar sensaciones de movimiento.

Según el participante, las impresiones sensoriales inducidas parecían naturales, similares a las experimentadas en ausencia de lesión. Asimismo, podían clasificarse como sensaciones táctiles, que permiten percibir estímulos externos, o propioceptivas, que indican al organismo la posición de las diferentes partes del propio cuerpo. La ausencia de ambas reduce de forma notable la capacidad de movimiento e interacción con el ambiente del individuo. Por consiguiente, Andersen y sus colaboradores creen que su trabajo supone un gran avance que podría mejorar el uso de extremidades prostéticas, pues permitiría a los pacientes recuperar el sentido del tacto.

En un futuro, los investigadores esperan determinar el modo de generar sensaciones específicas, según la localización de los electrodos en la corteza somatosensorial. Ello permitiría identificar las diferentes poblaciones neuronales que rigen las distintas percepciones sensoriales.

Fuente: investigacionyiencia.es