Este spray convierte tus manos en un teclado con Inteligencia Artificial

La Universidad de Stanford creó una piel inteligente eléctricamente activa que descifra la escritura y el lenguaje de señas, entre otros actos

Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford creó un spray que convierte las manos en un teclado con Inteligencia Artificial.

Especie de guantes invisibles, este spray forma una piel inteligente eléctricamente activa que descifra la escritura, el lenguaje de señas y la forma de un objeto familiar. Tras aplicarlo, un simple movimiento de las manos genera la respuesta.

El material, que es biocompatible y estirable, se rocía en el dorso de la mano, como un bronceador. En la malla hay una pequeña red eléctrica que detecta cómo la piel se estira y se dobla. En el antebrazo se coloca un módulo de red aérea para el aprendizaje rápido.

Gracias a la Inteligencia Artificial en la red, los investigadores interpretan varias tareas diarias, basándose en los movimientos de las manos.

Así trabajan los “guantes invisibles” que convierten tus manos en un teclado con Inteligencia Artificial

Zhenan Bao, profesor de ingeniería química, es el autor principal del estudio, publicado en la revista Nature Electronics.

“A medida que los dedos se doblan y tuercen, los nanocables de la malla se aprietan y se separan, cambiando la conductividad eléctrica de la malla. Estos cambios se pueden medir y analizar para decirnos con precisión cómo se mueve una mano, un dedo o una articulación”, explica el profesor Bao.

Con el aprendizaje automático de la Inteligencia Artificial, las computadoras monitorean los patrones cambiantes en la conductividad de las manos, asignando esos cambios a gestos y tareas físicas específicas.

El ejemplo que plantean los investigadores es este: escriba una X en un teclado y el algoritmo aprende a reconocer esa tarea a partir de los patrones cambiantes en la conductividad eléctrica, producida por el spray. Cuando el algoritmo está entrenado totalmente, el teclado físico ya no es necesario.

Además de Zhenan Bao, en la investigación trabajaron otros científicos de Stanford, como Kyun Kyu Kim, Min Kim y Samuel Root, entre más compañeros.

Fuente: fayerwayer.com