Crean un vendaje de compresión que cambia de color para indicar el nivel de presión

La terapia de compresión es una forma habitual de tratamiento para pacientes que sufren de úlceras venosas y otras afecciones en las que las venas tienen dificultades para permitir que la sangre regrese desde las extremidades inferiores. Las medias de compresión y vendajes especiales, envolviendo con la fuerza compresiva necesaria la extremidad afectada, pueden ayudar a estimular el flujo sanguíneo. Pero actualmente no hay una forma práctica y fiable de medir si el vendaje o media está aplicando la presión óptima para el estado concreto de las venas afectadas.

Ahora, el equipo de Mathias Kolle, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha desarrollado fibras fotónicas sensibles a la presión que se pueden tejer en un vendaje típico de compresión. A medida que el vendaje se estira, las fibras cambian de color. Usando una tabla de colores, la persona puede estirar un vendaje hasta que su color coincida con el de la presión deseada, antes de envolver, por ejemplo, la pierna de un paciente o la suya propia.

Las fibras fotónicas pueden servir después como un sensor continuo de presión: si su color cambia, los cuidadores o pacientes pueden guiarse por la tabla de colores para determinar si se necesita aflojar o apretar el vendaje, y en qué medida hay que hacerlo.

El color de las fibras fotónicas no procede de una pigmentación intrínseca, sino de su configuración estructural, diseñada meticulosamente. Cada fibra tiene tan solo unas 10 veces el grosor de un cabello humano. Los investigadores fabrican cada fibra a partir de capas ultrafinas de materiales transparentes de goma, que se enrollan para crear una estructura concreta. Cada capa dentro del rollo tiene solo unos pocos cientos de nanómetros de espesor.

Las nuevas fibras fotónicas sensibles a la presión se pueden incorporar en el tejido de un vendaje de compresión típico. (Foto: cortesía de los investigadores)

En esta configuración enrollada, la luz se refleja desde cada punto de contacto entre capas individuales. Con suficientes capas de grosor consistente, estas reflexiones interactúan de un modo que fortalece algunos colores en el espectro visible, por ejemplo, el rojo, debilitando al mismo tiempo los otros. Esto hace que la fibra parezca de un determinado color, dependiendo del grosor de las capas dentro de ella, e indirectamente de la fuerza de compresión.

Fuente: noticiasdelaciencia.com