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Crean primer instrumento que revela los secretos de la niebla

Durante una década, el arquitecto y artista chileno Mauricio Lacrampette ha liderado una investigación en la Estación Atacama UC que fusiona tecnología, arte y ciencia. Un láser que proyecta un plano de luz revela la estructura interna y los patrones de turbulencia de la camanchaca, un hallazgo que ha dado lugar a la creación del primer observatorio interactivo de niebla del mundo

Durante la noche en el desierto de Atacama, cuando la temperatura desciende bruscamente, una densa niebla conocida como camanchaca, avanza desde el océano Pacífico reduciendo la visibilidad a pocos metros. En medio de esta oscuridad, un láser proyecta un plano de luz azul que atraviesa la niebla, revelando por primera vez su estructura interna y los patrones de turbulencia, los que normalmente son invisibles al ojo humano.

Esta escena, que parece casi de ciencia ficción, es el resultado de una década de investigación del arquitecto de la Universidad Católica y artista chileno Mauricio Lacrampette en la Estación Atacama UC, ubicada en Alto Patache, en la región de Tarapacá.

En esta estación -localizada en un oasis de niebla, a 65 km al sur de Iquique- convergen investigaciones de múltiples disciplinas, creando un espacio único de diálogo transdisciplinario donde han surgido proyectos innovadores en los que se conjuga arte y ciencia. Su trabajo ha permitido lograr una mayor comprensión de la niebla costera, un fenómeno atmosférico que durante milenios ha sido una de las pocas fuentes de agua para la vida en el desierto de Atacama, convirtiéndose en un referente internacional en el tema.

La camanchaca, que era utilizada por los antiguos habitantes de este árido territorio, es un tipo específico de niebla costera que se forma cuando el aire caliente del desierto se encuentra con las corrientes frías del océano Pacífico, creando una masa de vapor que puede extenderse por cientos de kilómetros y alcanzar alturas de hasta mil metros.

«Un hallazgo afortunado»

En 2013, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, en colaboración con el Magíster en Arquitectura y el Instituto de Geografía de la Universidad Católica, organizaron una residencia artística en la Estación Atacama UC. La convocatoria tenía dos condiciones específicas: trabajar con la camanchaca y utilizar nuevos medios tecnológicos.

«En ese tiempo, nadie había usado un láser en el contexto del arte en Chile», recuerda Mauricio Lacrampette. «Era difícil conseguir punteros láser lo suficientemente poderosos para que se viera el rayo. Pero yo ya estaba experimentando con reflejar lásers en espejos, y esta convocatoria era perfecta para hacerlo a gran escala, en un espacio abierto y además, con niebla».

Con un presupuesto mínimo, construyó su primera máquina, utilizando un banco de colegio, un panel solar, baterías de moto y punteros láser intervenidos y conectados a un sensor fotovoltaico. La lógica era simple pero elegante: durante el día, el sistema captaba energía solar; durante la noche, cuando aparecía la camanchaca, los lásers se encendían automáticamente.

El resultado superó todas sus expectativas: fue, como el mismo artista lo describe, el inicio de «un hallazgo afortunado». Los rayos láser, reflejados por seis espejos distribuidos en un radio de 300 metros, creaban una geometría de luz que interactuaba con la niebla de formas impredecibles. «Era como si la máquina se hubiera integrado a los ciclos de la naturaleza», explica. «No sabías si lo que estabas viendo era artificial o natural, porque eran lásers, pero funcionaban con la energía del sol traducida en luz, no sabías donde terminaba la máquina y comenzaba el paisaje», relata.

Escaneando lo invisible

El proyecto, que bautizó como «Medium», marcó el inicio de su investigación. Durante la instalación, Mauricio Lacrampette observó que cuando los rayos láser atravesaban la niebla, revelaban flujos de densidad y movimientos que eran completamente invisibles al ojo humano. «Se me ocurrió que, si podía convertir el rayo en un plano de luz, podría tener un corte transversal para ver el dibujo completo de las corrientes de aire», recuerda.

Esta idea se materializó seis años después, en 2019, cuando regresó a Alto Patache con un equipo multidisciplinario y tecnología más avanzada. Junto al cineasta Sebastián Arriagada y el antropólogo Felipe Cisternas, desarrolló el «KMNCHK ScanLab», un laboratorio portátil capaz de «escanear» la estructura interna de la camanchaca.

La metodología que desarrollaron era meticulosa. Cada noche, cuando las condiciones atmosféricas eran propicias, cargaban el equipo y caminaban por el desierto «cazando niebla». Al encontrar una masa densa de camanchaca, instalaban el láser, lo convertían en un plano de luz vertical y fotografiaban las secciones transversales cada segundo durante un minuto. En dos semanas de trabajo, capturaron más de 600 escaneos únicos.

Cada imagen revelaba información nunca vista: la velocidad de las corrientes internas, los patrones de turbulencia, la densidad de la niebla en diferentes alturas. La investigación se benefició enormemente del ambiente colaborativo de Alto Patache, donde las conversaciones diarias con otros investigadores enriquecían constantemente el proyecto.

Pablo Osses, director de la Estación Atacama UC y profesor del Instituto de Geografía, explica que «es muy importante cómo la estación se transforma en un lugar en que se encuentran la ciencia y el arte, y se construyen propuestas cruzadas». Como añade el académico, el desarrollo del proyecto de Lacrampette ha incorporado elementos directamente inspirados en estaciones meteorológicas y metodologías de la climatología, siendo trabajos que crean un puente genuino entre arte y ciencia.

Reconocimiento científico mundial

Los resultados fueron tan innovadores que llamaron la atención de la comunidad científica internacional. En 2020, el proyecto fue seleccionado para el Festival Ars Electronica en Austria, considerado el evento de artes electrónicas más importante del mundo. En plena pandemia, gracias a la iniciativa interescuela (UC-UCH) PRISMA Arte y Ciencia; liderada por Valentina Serrati, recibieron financiamiento para regresar a Alto Patache y crear material específico para el festival.

Durante esta segunda expedición lograron un hito técnico: grabaron un plano secuencia de 9 minutos, mostrando los patrones de turbulencia de la camanchaca en movimiento y tiempo real, siendo la primera vez que se documenta este fenómeno con esta resolución espacial y temporal.

El primer observatorio de niebla del mundo

El éxito de los proyectos anteriores llevó a este artista a concebir algo aún más ambicioso: un observatorio permanente que permitiera a cualquier visitante experimentar directamente el fenómeno de la niebla «cortada» por luz láser. «La experiencia de ver las entrañas de la camanchaca en movimiento es indescriptible», dice y añade: «Era demasiado extraordinario para limitarlo solo a nosotros».

El KMNCHK ObsLam, instalado permanentemente en Alto Patache en 2024, representa el primer observatorio de niebla interactivo de la estación. El sistema utiliza un láser de 10 w de potencia que proyecta un plano de luz de hasta 10 kilómetros de alcance, cortando la camanchaca y revelando su estructura interna en tiempo real. Los visitantes pueden observar el fenómeno a simple vista o conectarse a través de sus teléfonos móviles para capturar sus propios escaneos de niebla.

Milton Avilés, coordinador regional de la Estación Atacama UC, ha sido testigo directo de esta evolución. «Cuando yo llegué, los chicos estaban en la estación de mi primera semana de trabajo y estaban con un láser muy fino, nada comparado con el que tienen ahora. Y aun así era bastante impresionante de observar», recuerda el profesional sobre la primera visita a terreno del equipo, antes de ejecutar el proyecto.

La instalación del observatorio permanente en 2024 marcó un momento especial para la estación. «Fue emocionante ver cómo armaban pieza por pieza, hasta que lo encendieron, lo probaron», relata el coordinador. El momento culminante llegó cuando «finalmente cuando se fueron, me dijeron que quedaba como un regalo para la estación».

En lugar de depender de equipos costosos importados, el proyecto de Mauricio Lacrampette consiste en una «tecnología situada» que utiliza componentes accesibles y disponibles localmente: microprocesadores Raspberry Pi, piezas impresas en 3D y tuberías metálicas reutilizadas. Esta aproximación garantiza que el sistema sea reparable y modificable según las necesidades de la estación.

El resultado ha sido la creación de un instrumento único que permite observar la niebla en todo su esplendor directamente en el oasis de niebla de Alto Patache, transformando un fenómeno invisible en una experiencia visual accesible para todos los visitantes de la estación.

Innovación tecnológica en condiciones extremas

El desarrollo del observatorio requirió resolver desafíos técnicos complejos. El equipo tuvo que diseñar un sistema que funcionara de manera autónoma en uno de los ambientes más hostiles del planeta, donde las temperaturas varían más de 40 grados entre el día y la noche, y entre 6 y 20 en el desierto costero, y los vientos pueden superar los 80 kilómetros por hora.

La solución integra múltiples tecnologías: un sistema de energía solar dimensionado para alimentar simultáneamente un láser de alta potencia y un microcomputador, una carcasa impresa en 3D diseñada para resistir la corrosión salina, y un sistema de conectividad que crea una red wifi local que permite a los usuarios interactuar con el observatorio desde sus dispositivos móviles para escanear niebla in situ, diseñado por el ingeniero en software Sebastián De Andraca.

El desierto de Atacama presenta desafíos únicos para la electrónica: la radiación UV es intensa, la humedad cambia dramáticamente con la camanchaca, y hay partículas de sal en el aire que corroen los metales. Estos desafíos requirieron soluciones innovadoras desarrolladas específicamente para las condiciones extremas del lugar.

La fabricación del observatorio involucró un equipo de especialistas que refleja la naturaleza transdisciplinaria del proyecto, en el que participaron Dannery Elizondo, arquitecta especialista en fabricación digital que materializó las piezas impresas en 3D; los diseñadores Lucas Margotta y Diego Gajardo (Sistema Simple Studio); y Eduardo Tobar, metalúrgico reconocido en el medio artístico chileno, quienes fabricaron todas las piezas de la estructura metálica con precisión de laboratorio.

Una herramienta para el futuro

La investigación de Lacrampette ha generado un modelo único de colaboración entre arte y ciencia. Todos los escaneos están georreferenciados mediante GPS y vinculados con datos atmosféricos de las estaciones meteorológicas de Alto Patache, creando una base de datos que tiene valor tanto artístico como científico.

Sus máquinas funcionan como «portales a lo oculto», revelando fuerzas invisibles que modelan el paisaje y creando nuevos modos de entender fenómenos naturales. La camanchaca, en esta visión, se convierte en una «interfaz» que media relaciones complejas entre múltiples agentes: el océano, la atmósfera, la radiación solar, los microorganismos, la vegetación del desierto, y ahora, la tecnología humana.

Actualmente, el KMNCHK ObsLam funciona de manera permanente en Alto Patache, disponible para investigadores, estudiantes y visitantes que coordinan previamente con la estación. El proyecto continúa expandiéndose: se está mostrando en el Museo Regional de Iquique y hay proyectos educativos, artísticos y de difusión que podrían incluir la instalación de observatorios similares en otros lugares del mundo donde ocurren fenómenos de niebla.

El observatorio de Alto Patache se ha convertido en un modelo de cómo la tecnología puede integrarse respetuosamente al paisaje natural, y cómo la colaboración transdisciplinaria puede producir resultados que ninguna disciplina podría lograr por sí sola.

Fuente: uc.cl

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