El proyecto se basa en la integración de la bacteria Shewanella oneidensis, reconocida por su capacidad de extraer electrones de su célula
La investigación une el campo de la biotecnología con el de la ingeniería de materiales, con el propósito de ampliar las posibilidades del cemento tradicional.
El proyecto se basa en la integración de la bacteria Shewanella oneidensis, reconocida por su capacidad de extraer electrones de su célula.
De acuerdo con el ‘Diario AS’, esta propiedad permite que en el interior del hormigón se forme una red capaz de almacenar y liberar electricidad.
Cómo funciona el cemento ‘vivo’
La bacteria incorporada puede sobrevivir tanto en ambientes con oxígeno como sin él, lo que facilita su permanencia en el cemento.
Para que pueda mantenerse activa y reproducirse, los investigadores desarrollaron un sistema microfluídico que aporta proteínas, vitaminas y sales minerales.
Este sistema permite que los microorganismos persistan e incluso que puedan ser reanimados si han muerto.
Este mecanismo contribuye a conservar la funcionalidad del material, tanto en su parte estructural como en su capacidad de actuar como almacén de energía.
Capacidad de recuperación y durabilidad
El investigador Qi Luo, citado por diversos medios, indicó que esta técnica puede recuperar hasta el 80 % de la capacidad original del material, tanto en su componente inerte como en el activo.
Este aspecto destaca la posibilidad de que el cemento mantenga su desempeño aun cuando las bacterias hayan pasado por periodos de inactividad.
El resultado sugiere que el material podría mantener su integridad y eficiencia en condiciones reales, lo que amplía su potencial para aplicaciones prácticas.
Pruebas con bloques y generación de energía
El equipo erigió seis bloques del nuevo cemento para comprobar su funcionamiento. Conectados entre sí, generaron la energía suficiente para encender una lámpara LED.
Aunque el avance está aún en fase inicial, Luo señaló que queda mucho trabajo por delante, pero subrayó que no se trata solo de un experimento de laboratorio.
El desarrollo plantea la posibilidad de que muros, cimientos o puentes puedan funcionar como sus propias baterías. El cemento, un material tradicionalmente pasivo, pasaría a desempeñar un rol activo en el suministro energético de las edificaciones.
*Este contenido fue escrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de conocimiento público divulgado a medios de comunicación. Además, contó con la revisión de la periodista y una editora.
Fuente: eltiempo.com


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