Vapor de agua para comprender la evolución de las galaxias luminosas
El agua (H2O) es una de las especies moleculares más abundantes del universo, pero en nuestra galaxia está en su mayor parte en estado sólido (hielos adheridos a los granos de polvo interestelar). No obstante, en los núcleos de las galaxias luminosas se observa una gran acumulación de H2O en otro estado: el gaseoso, asociada a fuertes brotes de formación estelar.
Gracias al uso del interferómetro ALMA (Chile), un conjunto de 50 antenas que observan a la vez la misma fuente (lo que incrementa enormemente el área recolectora y mejora drásticamente la resolución angular), un grupo internacional de investigadores ha podido observar ahora que ese disco nuclear,de tamaño inferior a la centésima parte de la distancia que separa la Tierra del centro de nuestra galaxia,contiene una asombrosa cantidad de H2O, equivalente a 30 billones (millones de millones) de veces el agua contenida en todos los océanos de la Tierra.
Este estudio, en el que ha participado el profesor Eduardo González Alfonso del departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá (UAH), se ha centrado en detectar, por primera vez, la transición de fase del agua a una frecuencia de 448 gigahercios (GHz) en el espacio. El trabajo se ha publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, que además lo ha seleccionado como uno de los artículos más destacados en lo que va de 2017.
Los discos nucleares galácticos pueden resultar claves para nuestra comprensión de la transformación de galaxias con enormes brotes de formación estelar en galaxias elípticas, sin apenas formación estelar y por tanto ‘muertas’ (dicho en argot astrofísico), así como en la formación y crecimiento de agujeros negros súpermasivos en los centros galácticos.
Según los autores, esta investigación contribuirá a observar en detalle y comprender mejor la evolución cósmica de las galaxias luminosas. Además del investigador de la UAH, en el trabajo han participado otros del Observatorio Astronómico Nacional (OAN-IGN), el Centro de Astrobiología (CSIC/INTA), el Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) junto a colegas británicos y brasileños.
Fuente: SINC