Unos siete milímetros al año: a este ritmo crece la montaña que más rápido crece del mundo
La orografía cambia con el tiempo, aunque lo haga a un ritmo tan moroso que nos resulta imposible de registrar con nuestros sentidos. De hecho, hay montañas que crecen con el tiempo.
La que lo hace a mayor velocidad de todas es el Nanga Parbat, en Pakistán.
Nanga Parbat
Todavía hay montañas que no han sido capaces de escalar por el ser humano, como ésta, aunque no sea la más alta del mundo. Otras no nos llaman mucho la atención porque no son tan altas. Sin embargo, crecen con el tiempo. Y en ello reside su gracia.
Es el caso del Nanga Parbat, que crece a un ritmo de 7 milímetros al año. Forma parte de la meseta del Himalaya, que se formó cuando la India comenzó a colisionar con la placa continental Euroasiática hace entre 40 y 50 millones de años.
Es la novena montaña más alta del mundo con 8125 msnm y la segunda más alta de Pakistán; está situada en la cordillera del Himalaya.
A lo largo de la historia del montañismo, el ascenso al Nanga Parbat se ha cobrado muchas víctimas, hasta el punto de que fue llamada «la montaña asesina». Después del Annapurna, el Nanga Parbat acumula la segunda mayor siniestralidad de todos los ochomiles en la historia del alpinismo, precediendo incluso la mala reputación del K2.
Desde el punto de vista geológico, el Nanga Parbat está compuesto principalmente de granito y de gneis.
Muchas otras montañas se elevan con el tiempo. El sistema de los Himalayas, por ejemplo, que separa el subcontienente indio de la meseta tibetana, aunque esto a menudo se ve contrarrestado por la erosión causada por los ciclos de congelación y descongelación, los seísmos y las avalanchas.
Este crecimiento es particularmente llamativo en esta zona porque se trata de la zona de colisión continental (entre el subcontinente indio contra el continente euroasiático) más grande del mundo: un fenómeno que sigue su curso en una zona de aproximadamente 2.900 kilómetros de largo y que, de hecho, ocasionó el surgimiento de las montañas del Himalaya.
Fuente: xatakaciencia.com