Una nube de gas se dirige en rumbo de colisión hacia la Vía Láctea

Sucederá dentro de 30 millones de años y, según los investigadores, no supondrá un peligro para la propia Vía Láctea, pero parece seguro que sucederá: una nube masiva de gas se estrellará contra la Vía Láctea, según nuevas observaciones del telescopio spacial Hubble.

Esta nube de gas incluso tiene nombre: Nube de Smith. La nube fue descubierta en 1963 por Gail Bieger, cuyo apellido de soltera era Smith, una estudiante de astronomía en la Universidad de Leiden en los Países Bajos

Usando el Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos de Hubble, sabemos que la Nube de Smith contiene azufre, que absorbe la luz ultravioleta de los núcleos de tres galaxias que se encuentran más allá de la nube, y que también nos da una pista sobre su posible origen, tal y como ha explicado Andrew Fox, un astrónomo del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial, que dirigió la investigación:

Hay dos teorías principales, una es que fue expulsada de la Vía Láctea, quizá por un grupo de explosiones de supernovas, y la otra es que la Nube de Smith es un objeto extragaláctico que ha sido capturado por la Vía Láctea. La nube parece haber sido expulsada de dentro de la Vía Láctea y ahora está retrocediendo. La nube se está fragmentando y evaporando a medida que avanza a través de un halo de gas difuso que rodea nuestra galaxia. Esto significa que no todo el material en la Nube de Smith sobrevivirá para formar nuevas estrellas. Pero lo que quede debería producir una explosión impresionante de formación estelar.

Aparentemente, la nube se está moviendo en dirección al disco de la Vía Láctea a 73 ± 26 kilómetros por segundo. A pesar de sus orígenes inciertos, sí que parece evidente que la nube, en aproximadamente 30 millones de años, se estrellará en el brazo de Perseo de nuestra galaxia, uno de los dos principales brazos espirales de la Vía Láctea, lo que originará una oleada de formación estelar cuando las nubes de gas en el brazo espiral estén comprimidas.

Fuente: Xataka