En 2022 el ‘Ran’ fue utilizado para cartografiar la plataforma de hielo Dotson de la Antártida Occidental en un proyecto sueco
En una misión en 2022, el ‘Ran’, un submarino no tripulado, pasó 27 días bajo la plataforma de hielo Dotson con el objetivo de descubrir por qué su lado este se estaba derritiendo lentamente y el lado oeste se estaba derritiendo rápidamente. Tuvo tiempo de hacer sólo una parte de su trabajo a cargo de la Universidad de Gotemburgo, un estudio que se publicó en Science Advances.
Después de mapear 139 km cuadrados de hielo, Ran mostró a los investigadores mesetas planas, fosas y escalones en formato terrazas, todos causados por el derretimiento basal, donde el hielo se derrite desde debajo de la superficie. Pero en una de las jornadas, dejó de emitir sonidos, ni alertas, ni mensajes. Simplemente, desapareció a 16 km de profundidad.
Eso cree al menos la profesora Anna Wahlin de la universidad sueca, quien envió para cartografiar la plataforma de hielo Dotson de la Antártida Occidental al RAN. La investigación se centraba en la erosión de las plataformas de hielo por las corrientes oceánicas que las derriten desde abajo. El submarino no tripulado pudo trabajar durante 27 días bajo el hielo.
Así se pierde el hielo
Alrededor de la Antártida, el Agua Profunda Circumpolar, una corriente salada cálida proveniente del Océano Austral, se desplaza hacia la plataforma y derrite las plataformas de hielo desde abajo.
La altimetría satelital sobre Dotson muestra que los canales de deshielo pierden hielo a un ritmo de aproximadamente 40 pies por año, un patrón de adelgazamiento vinculado al agua cálida. El análisis de las mediciones indica que esta plataforma de hielo agregó 0,05 cm al nivel del mar entre 1979 y 2017. Los mapas bajo el hielo muestran que esta entrada cálida concentra la erosión en el lado occidental de Dotson, mientras que el agua más fría deja protegido el flanco oriental.
Ran también captó imágenes de fracturas de espesor completo que atraviesan la plataforma de hielo, muchas de ellas ensanchadas y suavizadas en sus bases por el derretimiento. Los registros satelitales muestran que algunas de estas grietas han estado abiertas desde la década de 1990, y las fracturas más antiguas tienen las cicatrices de fusión más profundas.
En estas estrechas ranuras, el agua que se mueve más rápido puede canalizar calor adicional contra las paredes de hielo, convirtiendo las fracturas en vías ocultas para la pérdida de hielo. Debido a que la mayoría de los modelos computacionales tratan el derretimiento en términos generales, a menudo pasan por alto cómo las fracturas y los canales dirigen el agua cálida y concentran el daño.
Una desaparición que dejó un legado científico
A pesar de la pérdida, las misiones anteriores de Ran transformaron la visión del equipo sobre cómo interactúan el hielo y el océano en esta cavidad remota. Los mapas muestran que la parte inferior de una plataforma de hielo puede albergar terrazas, canales, fracturas y lágrimas, cada una de las cuales responde de manera diferente a las corrientes. Por ahora, los mapas detallados que Ran envió son una ventana poco común a la maquinaria oculta del derretimiento de la Antártida, recordando a los científicos cuánto queda por explorar.
Fuente: as.com


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