Un asteroide se acercó incómodamente a la Tierra en julio. ¿Podríamos haberlo detenido?

En julio de este año, un asteroide de aproximadamente 30 a 60 metros de diámetro pasó por la Tierra a un cuarto de la distancia a la Luna. No representó ninguna amenaza para nuestro mundo, pero si hubiera golpeado la Tierra, habría creado una explosión tres veces mayor que el impacto de Chelyabinsk en 2013. Y sólo lo notamos dos días después de su muerte.

Es un buen ejemplo de cómo los asteroides de gran tamaño aún no son detectados. No son lo suficientemente grandes como para amenazar nuestra extinción, pero sí lo suficientemente grandes como para amenazar millones de vidas. Si se detectara un asteroide similar pocos días antes del impacto, ¿podríamos detenerlo? Esa es la pregunta que plantea un estudio reciente publicado en el servidor de preimpresión arXiv .

El artículo analiza un asteroide similar al mencionado 2023 NT1 y analiza si podría contrarrestarse mediante el método Pulverize It (PI). Suena como algo sacado de una película de gran éxito, donde los héroes hacen volar la roca en el último minuto, pero con solo una breve advertencia es la única opción. Se puede desviar un asteroide, pero sólo si disponemos de un largo plazo de antelación. Entonces, la pregunta realmente es si podemos lanzar una contraofensiva a tiempo y si esa contraofensiva sería suficiente para fragmentar el asteroide en pedazos inofensivos.

Sorprendentemente, la respuesta a ambas preguntas parece ser sí. Dada la tecnología de lanzamiento actual, podríamos lanzar un cohete de defensa en un día, suponiendo que tuviéramos uno en espera. Para pulverizar el asteroide, los autores proponen utilizar una combinación de impactadores cinéticos y explosivos. El cohete liberaría una nube de impactadores a una alta velocidad relativa al asteroide, rompiendo el cuerpo en fragmentos de no más de 10 metros de diámetro. Dadas una densidad y composición típicas, las simulaciones de hipervelocidad muestran que esta sería una forma eficaz de destruir el asteroide. Incluso si la fragmentación se produjera apenas unas horas antes del impacto con la Tierra, la nube de escombros resultante representaría un riesgo limitado para nosotros.

Dicho todo esto, esta propuesta sigue siendo sólo una prueba de concepto. No tenemos cohetes para lanzar ni ningún sistema impactador que pueda transportar. Si mañana detectáramos un asteroide inminente no tendríamos forma de contrarrestarlo. Tenemos la capacidad de construir un cohete de defensa planetaria , pero la pregunta sigue siendo si tenemos la voluntad de construir uno.

Fuente: phys.org