Un telescopio detecta impactos de pequeños meteoros en la Luna

El proyecto griego NELIOTA de la ESA ha comenzado a detectar, a través de su telescopio, destellos de luz provocados por el impacto de pequeñas rocas sobre la superficie lunar.

Fue durante su fase preoperativa de puesta en servicio, cuando el telescopio registró cuatro destellos de impacto en unas once horas de observación.

El proyecto NELIOTA (Near-Earth object Lunar Impacts and Optical TrAnsients, o Impactos y Transitorios Ópticos en la Luna de Objetos cercanos a la Tierra, en español), ha estado monitorizando el hemisferio nocturno de la Luna, gracias a flashes de luz causados por pequeñas rocas que golpean la superficie lunar, desde que se puso en marcha el proyecto, el 8 de marzo de 2017.

Tanto la Tierra como la Luna se ven bombardeadas constantemente por residuos espaciales de origen natural, que en su mayoría suelen tener tamaños similares a los de partículas de polvo o pequeñas piedras. En cualquier noche oscura y limpia es posible apreciar cómo se desintegran partículas de pocos milímetros: se trata de los meteoros o ‘estrellas fugaces’.

No obstante, no se conoce con exactitud el número de objetos que llegan con tamaños de decímetros a varios metros. Son demasiado pequeños para que los telescopios los detecten directamente, por lo que las cámaras no suelen capturarlos cuando llegan a la atmósfera terrestre.

Una forma de determinar el número de objetos de mayor tamaño y su potencial de impacto en la Tierra es observar la Luna, y especialmente el área no iluminada por el Sol. Cuando pequeños asteroides chocan a alta velocidad contra la superficie lunar, se desintegran por el impacto, generando un breve destello luminoso que puede verse desde la Tierra. Si se asume una velocidad y una densidad típicas, el brillo del impacto permitirá calcular la masa y el tamaño del objeto.

El proyecto NELIOTA constituye una nueva campaña para estudiar estos destellos lunares. Para ello, emplea un telescopio adaptado, operado por el Observatorio Nacional de Atenas y situado cerca de la ciudad de Kryoneri. El objetivo del proyecto ahora es estudiar estos destellos en el lado oscuro de la luna durante un periodo de 22 meses.

Este telescopio de 1,2 metros divide la luz incidente en dos colores, y emplea dos cámaras digitales avanzadas para grabar los datos a 30 fotogramas por segundo. Siempre que la Luna se encuentra sobre el horizonte y casi oscura –entre las fases de luna nueva y cuarto creciente, o entre el cuarto menguante y la luna nueva– se llevan a cabo observaciones del hemisferio nocturno de este satélite natural.

Un software automatizado analiza los vídeos obtenidos e identifica posibles destellos por impacto. Los efectos que pudieran presentar las cámaras se eliminan al identificar únicamente eventos detectados por ambas cámaras. Estas funcionan con gamas cromáticas diferentes, permitiendo así calcular la temperatura de cada destello por impacto. NELIOTA es el primer sistema que puede determinar la temperatura de estos destellos.

“La gran apertura del telescopio permite a NELIOTA detectar destellos más tenues que otros sistemas de monitorización lunar y ofrecer información de color precisa, que otros proyectos hasta ahora no podían proporcionarnos”, explica en un comunicado el investigador principal de NELIOTA, Alceste Bonanos.

“Nuestro sistema de doble cámara permite confirmar los impactos lunares con un solo telescopio, algo imposible hasta el momento. Una vez hayamos recopilado datos durante el periodo operativo de 22 meses, podremos acotar el número de objetos cercanos a la Tierra a un rango de tamaños de decímetros a metros”, explica el investigador, que añade que los datos también permitirán determinar la física de los destellos por impacto.

“Estamos analizando los destellos en colaboración con la Oficina de Soporte Científico de la ESA para medir la temperatura de cada destello y calcular la masa y el tamaño del objeto, así como el tamaño del cráter creado por el impacto”, concluye.

Fuente: Euro Press