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¿Sabías que el zancudo que te pica no es mosquito, sino ‘mosquita’? Esto dice la UNAM

Las hembras se alimentan principalmente de la sangre de mamíferos como el ser humano para poder producir sus huevos

La temporada de lluvias siempre trae consigo los famosos zancudos, de los que se cree son los machos los que siempre andan picando y provocando comezón el piel. Sin embargo, de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) esto es erróneo, en realidad son las “mosquitas” las responsables de esa molesta picazón.

No importa el momento ni el lugar, pareciera que estos insectos siempre están a la orden del día y terminan incomodando no solo por su característico zumbido, sino también por los piquetes que llegan a dar, que minutos después provoca un fuerte picor en la piel.

No son vampiros, pero según lo dicho por la institución, estos insectos, las hembras específicamente, se alimentan de la sangre humana por una razón en específica que te explicamos a continuación.

“Mosquita” no “mosquito”

Durante mucho tiempo se ha tenido la idea de que los que pican son los machos, pero de acuerdo con la UNAM, éstos no se alimentan de la sangre, su alimento principal es en realidad el néctar de las flores.

La realidad es que son las hembras las que pican, pues su fuente principal de nutrición es la sangre, para poder producir sus huevos.

Al ser un insecto hematófago (que se alimenta de sangre) le resulta necesaria la proteína que contiene la sangre de los mamíferos como el ser humano, de otra forma no podría perpetuar su especie.

A diferencia de los machos, ellas están “diseñadas” para poder extraer la sangre al picar la piel, esto con ayuda de una trompa (probóscide) compuesta por seis agujas. Dos de ellas son dentadas y son las que perforan la piel al entrar en contacto y otras dos fungen como mandíbulas para separar la piel.

Otra, el labro, es capaz de detectar los vasos sanguíneos y finalmente, la sexta aguja, la hipofaringe, introduce saliva que lleva anticoagulantes para hacer que la sangre fluya mucho más fácil, permitiendo que la ingesta del insecto sea rápida.

Tras este intercambio de saliva y sangre entre la “mosquita” y la persona a la que hayan picado, se produce el famoso “prurigo”, la pequeña “montaña” que todos han visto brotar en la piel que después genera picor.

Según lo dicho por la Universidad, el prurigo es una respuesta acelerada a la baba o saliva del insecto, pues contiene diferentes sustancias que al entrar al organismo generan esa picazón.

Fuente: oem.com.mx

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