Sabías que el coeficiente intelectual no mide tu creatividad

Alexis Martin, de tres años de edad, lee a un nivel de un estudiante de quinto grado. Aprendió a hablar español con fluidez por su cuenta usando el iPad de sus padres.

“Desde la edad de 12 a 18 meses, dábamos vueltas en el auto y ella recitaba el cuento que le habíamos leído antes de dormir la noche anterior”, expresó su padre, Ian, a  KNXV, afiliada de CNN. “Ella no solo los recitaba, los recitaba con precisión”.

Alexis es la persona más joven entre los miembros de la división de Mensa en Arizona. American Mensa es una organización para personas que tienen un coeficiente intelectual (CI) en el rango superior del 2%. El CI promedio es de 100. El de Martin supera los 160.

Mensa tiene más de 55.000 miembros a nivel nacional. Probablemente reconocerías a algunos de los más famosos: Nola Gould, quien interpreta a Luke en la serie “Modern Family” de ABC; Richard Bolles, el autor de “What Color is Your Parachute?”; el Power Ranger Azul (de acuerdo, él es un miembro ficticio).

¿Pero qué es lo que el nivel de CI realmente nos dice respecto a una persona? ¿Alexis será una genio de por vida? Y si aún no puedes hablar inglés a los 50 años, ¿deberías rendirte?

¿Qué significa tu puntaje de CI?

Un Coeficiente Intelectual, o CI, es una medida de lo que los psicólogos llaman nuestra “inteligencia fluida y cristalizada”. Dicho de forma simple, una prueba de CI mide tus habilidades de razonamiento y resolución de problemas.

Hay diferentes clases pruebas de CI, pero la mayoría analizan tus habilidades visuales, matemáticas y de lenguaje, así como tu memoria y velocidad para procesar información. Un psicólogo autorizado administra una serie de subpruebas; los resultados luego se combinan en un puntaje: tu CI.

“Cualquier persona que tenga un CI muy alto, tiene la habilidad de manipular, procesar e interpretar información a un nivel más profundo y a una mayor velocidad que la persona promedio”, explicó la especialista en jóvenes dotados de Mensa, Lisa Van Gemert.

Lo que tu puntuación numérica específica significa depende de la prueba que realices. El CI en realidad es una medida de qué tan bien te va en una prueba en comparación a otras personas de tu edad.

Por lo general, las puntuaciones se muestran en una curva en forma de campana. La puntuación promedio es de 100. Las personas cuyos resultados se ubican en el extremo izquierdo o en el extremo derecho de la curva tienen valores fuera de lo normal. Alexis, por ejemplo, está en el extremo derecho de la curva para los niños de su edad.

Lo que no significa

“La dificultad con estos tipos de pruebas es que son una representación de momento”, dijo Van Gemert. “Vemos la condición del niño en ese día, en esa prueba particular, con un evaluador en particular”.

Un nivel de coeficiente intelectual no mide tu inteligencia práctica: saber cómo hacer que las cosas funcionen, dice Richard Nisbett, profesor de psicología en la Universidad de Michigan. No mide tu creatividad. No mide tu curiosidad.

No le da información a tus padres o profesores sobre tu estado emocional. Quizá como un niño de 5 años, puedas leer y entender The Economist. Pero, ¿estás preparado para lidiar con historias sobre países devastados por la guerra o prisioneros que están a la espera de ser ejecutados?

Sería un error, dice Van Gemert, ver a un niño con un alto coeficiente intelectual como nada más que un cerebro. Como cualquier rasgo -ojos azules, pies grandes- su coeficiente intelectual es solo una parte de lo que son.

Tu CI puede cambiar con el tiempo

Muchos factores pueden afectar tu nivel de CI con el tiempo. La pobreza. La nutrición. El estrés. Qué tan familiarizado estás con las pruebas estandarizadas. La investigación de Nisbett ha demostrado que los niños de niveles socio económicos más bajos que son adoptados por una familia de clase media suelen aumentar sus niveles de CI de 15 a 20 puntos.

“La transmisión genética de características no es tan importante como algunas personas creen,” dijo Nisbett. “Los factores del entorno son muy poderosos”.

En un estudio, investigadores evaluaron la inteligencia de 33 adolescentes una vez y luego lo hicieron de nuevo cuatro años después. En ese corto período de tiempo, algunos de sus puntajes de CI variaron por más de 20 puntos. Los cambios coincidieron con cambios estructurales y funcionales en sus cerebros.

Los niños que son genios a la edad de dos años casi nunca siguen ese camino, dicen los expertos. Es más fácil, explica Van Gemert, que los niños de corta edad se distingan en la curva.

En otras palabras, es fácil detectar a un genio de 3 años cuando está leyendo a un nivel de quinto grado o habla español fluido. Pero, ¿qué hace que una persona de 47 años sea más inteligente que otra? ¿Es la educación? ¿La experiencia de vida? ¿Su capacidad de armar un mueble de IKEA?

Eres más inteligente que tus antepasados

A principios de 1990, cuando las pruebas de CI eran estandarizadas, los investigadores habían observado aumentos importantes en las puntuaciones de CI en las nuevas generaciones. Así que un niño promedio de 10 años de edad hoy tendría una puntación más alta en la misma prueba que un niño de 10 años de edad en 1954.

Esto no necesariamente significa que tenemos cerebros más grandes que nuestros tatarabuelos; simplemente significa que hemos mejorado nuestras capacidades para pensar lógicamente, resolver problemas y/o usar nuestras habilidades en situaciones hipotéticas.

Se le conoce como el Efecto Flynn, por el filósofo moral James Flynn.

“Los autos que la gente manejaba en 1900 han cambiado debido a que las carreteras son mejores y a la tecnología”, dijo Flynn en una conferencia TED el año pasado. “Y nuestras mentes han cambiado también. Hemos pasado de ser personas que se enfrentaban a un mundo concreto y que analizaban ese mundo principalmente en términos de qué tanto les beneficiaría, a ser personas que se enfrentan a un mundo muy complejo”.

Por ejemplo, la educación ha cambiado. Hemos aprendido a clasificar el mundo, a comparar grupos como animales o medios de transporte, dijo Flynn. También nos han enseñado a aceptar situaciones hipotéticas (recuerdas el álgebra, ¿verdad?). Nuestros antepasados ​​solamente lidiaron con lo que estaban frente a ellos.

Nuestros trabajos también han cambiado. A principios de 1900, solo el 3% de los estadounidenses tenían profesiones que eran “cognitivamente exigentes”, dijo Flynn. Hoy en día, el 35% de nosotros las tenemos. Como tal, estamos acostumbrados a resolver problemas hipotéticos y complejos, como los de una prueba de CI.

Los factores de salud también podrían haber influido. Estudios han demostrado que las tasas de vacunación temprana en la infancia son un gran predictor de la puntuación promedio de CI de una nación. Así que la disminución de enfermedades infecciosas en todo el mundo podría estar relacionada al aumento global de las puntuaciones de CI de las generaciones posteriores.

“Desde el punto de vista de la energética, un ser humano en desarrollo tendrá dificultades para construir un cerebro y para combatir las enfermedades infecciosas al mismo tiempo, ya que ambas son tareas metabólicamente muy costosas”, escribieron los autores de un estudio.

¿No eres un genio? No entres en pánico

Probablemente recuerdes la temida “prueba de aptitud académica” o el “examen de admisión” de la Universidad. Ese es un tipo de prueba de CI. Pero Nisbett cree que el promedio general (GPA) de un estudiante es un mejor indicador de su éxito que sus calificaciones en las pruebas.

“El GPA es la inteligencia pura multiplicado por qué tanto te esfuerzas, multiplicado por tu autocontrol, multiplicado por muchas cosas más. Eso aplica para tener éxito en la vida”, dijo. Veo estudiantes graduados con un CI extremadamente alto que no pueden lograr mucho porque les hace falta curiosidad. …Carecen de la habilidad para llevarse bien con la gente”.

Van Gemert está de acuerdo en que tener un CI alto no es una garantía de éxito, al igual que tener un CI bajo no es una garantía de fracaso. Los buenos hábitos, la perseverancia y una fuerte ética laboral son igual de importantes que la inteligencia.

“Si no desarrollas esas otras cualidades, puedes desperdiciar un CI inteligente”, dijo.

Van Gemert recomienda que los padres vean sus hogares como una placa de Petri, una en la que están tratando de criar a sus hijos. Esto significa que deben pasar una gran cantidad de tiempo juntos, interactuar, leer muchos libros, utilizar bloques de construcción y juegos de mesa.

“Lo más importante que podemos hacer por los niños es jugar con ellos”, dijo.

Fuente: ccnespanol.cnn.com